Consumo. La cerveza sin alcohol va por la revancha
La tercera es la vencida. Al menos eso es lo que piensan en la Cervecería y Maltería Quilmes, la compañía líder del negocio cervecero argentino, que anunció el lanzamiento de Quilmes 0,0%, la nueva marca con la que intentarán imponer el consumo de cerveza sin alcohol en el mercado local.
Para la empresa se trata de su tercera incursión en este negocio. El debut se produjo en 1994 con Liberty que en 2011 fue reemplazada por Quilmes Lieber. En la compañía igualmente están confiados que el panorama actual es mucho más favorable para este tipo de productos y que el consumidor argentino ya está maduro para adoptar una propuesta que a nivel mundial se convirtió en la categoría con mayor crecimiento dentro de la súper competitiva industria de la cerveza industrial.
Mercado potencial
"El consumo de este tipo de cerveza es una tendencia que aumenta en el mundo y desde Quilmes vemos que hay una gran oportunidad para desarrollar esta categoría para aquellos consumidores que debido a diferentes circunstancias no deseen consumir bebidas con alcohol en cierto momento", explicó a LA NACION De Bona, gerente de marca Quilmes.
"Esta categoría tiene con mucho potencial, la idea es equiparar las oportunidades que hay versus lo que pasa en otros mercados", agrega De Bona.
El optimismo de Quilmes se sustenta en algunos datos duros. Si bien las cervezas sin alcohol representan solo el 5% del volumen de cerveza vendido en todo el mundo, la categoría ha crecido un 3,9% en promedio durante los últimos cinco años en comparación con el 0,2% de la cerveza tradicional. Un informe de la consultora Globaldata indica que la cerveza sin alcohol es el segmento de más rápido crecimiento del mercado de la cerveza, justo por delante de la cerveza "fuerte".
Si bien en la Argentina aun este crecimiento es lento, estudios locales señalan que siete de cada diez personas probarían la cerveza sin alcohol.
Según un informe de la consultora Kantar, cuatro de cada diez argentinos consumirían cerveza sin alcohol. De acuerdo al estudio, la curiosidad es lo que motiva a probar el producto, seguida de situaciones que actúan como barrera al consumo de alcohol, como una salida en la que se debe volver manejando el auto.
"En torno a la cerveza sin alcohol, existe un imaginario de que el producto es más saludable y se alinea a tendencias y preocupaciones del consumidor contemporáneo, más consciente de la relación entre la alimentación y la salud. Los consumidores de hoy buscan soluciones que complementen la salud personal con la evolución de sus necesidades", aseguran en Quilmes.
Recuperar el crecimiento
La incursión en la cerveza sin alcohol se inscribe dentro de la pelea que está dando la industria para recuperar las tasas de crecimiento de las que podía ostentar hasta hace poco tiempo.
De la mano de fuertes inversiones por parte de las multinacionales AB InBev (dueña de Quilmes y otras marcas como Stella Artois, Budweiser, Brahma o Andes) y el grupo CCU (Heineken, Schneider, Imperial) la cerveza le fue quitando consumidores al vino, especialmente en el segmento más joven. Sin embargo, esta expansión se cortó en los últimos años, con un consumo que ya venía estancando hasta que sufrió el golpe de la cuarentena y le pegó con especial fuerza a las marcas de cerveza que tienen gran parte de su consumo en el circuito de la noche.
Además de ampliar el mercado, sumando nuevas ocasiones de consumo, la cerveza sin alcohol también tiene un atractivo desde el punto de vista impositivo. "Las cervezas que tienen 1,2% o menos de graduación alcohólica no pagan el impuesto interno", reconocen en Quilmes.
Ejemplo a seguir
El ejemplo a seguir para la industria cervecera argentina es el mercado español. España hoy lidera la elaboración y el consumo de cerveza sin alcohol en el mundo.
El boom de estos productos se inició en 2005, cuando el gobierno español avanzó con una reforma impositiva que dispuso que las cervezas con una graduación alcohólica inferior a 1,2° dejaran de tributar una serie de impuestos especiales, similar a los impuestos internos locales.
De la mano de esas ventaja y de los cambios en los hábitos de consumo, la cerveza sin alcohol se convirtió en una categoría de consumo masivo más exitosa en España y hoy su participación ya ronda el 15% de las ventas totales de la industria y el 95% de los bares las ofrecen en sus cartas. En 2000 había solo cinco marcas de cerveza sin alcohol en el mercado español y hoy ya suman más de veinte.
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