Conrado Estol: “En la Argentina tenemos un problema de individualismo y una dificultad para trabajar juntos”
El reconocido médico neurólogo habló sobre la prevención de ACV, el manejo de la pandemia en el país y la combinación de vacunas para ir al exterior
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El evento “Salud”, organizado por LA NACION, tocó todas las aristas del sector, desde la innovación, los ensayos clínicos, la industria farmacéutica y la telemedicina, hasta los desafíos que instaló la pandemia. Y el cierre estuvo a cargo del director de BREYNA, medicina de corazón y cerebro, Conrado Estol, quien, en un mano a mano con José Del Rio (secretario general de Redacción de LA NACION), compartió su visión acerca de los accidentes cardiovasculares (ACV) y del manejo de la pandemia en el país.
Para el médico neurólogo, “la educación lo es todo”. Dice que, frente al diagnóstico de una enfermedad grave, la persona que la entiende mejor, la maneja mejor. Sobre ese punto justifica su aparición desde el sector comunicacional, ámbito al que le dedicó tiempo de su agenda para ayudar a la gente, por ejemplo mostrando cómo hacer un barbijo casero.
Como jefe de la Unidad de ACV del Sanatorio Güemes, la primera creada exclusivamente con ese propósito, brindó un panorama sobre la incidencia de este tipo de patologías. “El ACV es la causa número dos de muerte y la causa número uno de discapacidad para la persona que lo sobrevive en el mundo”, estableció.
Como solución a un problema de semejante dimensión, comentó que “todo está en que las arterias estén sanas y eso es muy fácil: nutrición sana, hacer ejercicio, no fumar, alcohol moderado y presión, colesterol y diabetes controlados”. Y añadió: “Después viene la genética muy sofisticada. Si hiciéramos todo lo que debés hacer, el ACV, su hermano mellizo el infarto de corazón -ambas enfermedades en las arterias- y la pérdida cognitiva disminuirían un 80%”, dijo.
Después de un año agotador anímicamente para el personal de salud, Estol opina que para sobrellevar el enfrentamiento diario con la muerte “algo de adaptación darwiniana debe haber”. Nuestra especialidad se asocia a la muerte y además vemos gente intubada, que también tiene un impacto. Hacemos `intensivismo´. En la pandemia vimos gente morir sola y eso a mí, personalmente, me causó un impacto. Pasé media hora con una médica llorando, hablándome de que estaba impactada y de la impotencia que sentía al ver morir gente”, detalló.
Por otro lado, comentó la satisfacción que le da la profesión cuando tiene buenas noticias. “Esa droga que en 1988 inyectamos por primera vez a una persona del barrio chino de Boston que llegó hemipléjico y comprobamos con un cateterismo que la arteria se había abierto. Y eso era magia. Hoy sigue siendo el tratamiento número uno del ACV”, recordó, sintiendo orgullo del avance disruptivo.
Respecto a la expectativa de vida, el médico opinó que “hay que dejar de tratar las enfermedades” y que se debe hacer todo lo posible para “preservar la salud”. “Es la primera vez en la historia de la humanidad que la expectativa de vida supera la expectativa de salud”, graficó. ¿El secreto de la longevidad? “Tener arterias jóvenes. Así se evitaría que se muera el tercio de la población que fallece por accidentes vasculares”, dijo.
Frente a la crisis sanitaria, cada país adquirió las vacunas que estuvieron a su alcance. En un escenario donde la inoculación con determinados fármacos prohíbe el paso de la frontera, como el caso de Estados Unidos, que no permite ingresar a su territorio a las personas vacunadas con la Sputnik V. Estol aconsejó combinar las vacunas. “No ha habido problemas al mezclar vacunas. Dejando pasar por lo menos un mes, no hay evidencia de que eso pueda ser negativo”, se pronunció, y ejemplificó que él mismo tiene la combinación de Sputnik V por ser médico y el esquema completo de Pfizer que se administró en un viaje al país norteamericano.
Sin duda, la manera en la que la población atravesó la pandemia estuvo fuertemente impactada por el manejo que cada gobierno hizo de la crisis en la nación que administra. En ese aspecto, el reconocido médico celebró el trabajo colaborativo y ejemplar de Uruguay, donde se unieron el liderazgo político y científico a pesar de sus diferencias. No obstante, en el caso argentino, Estol analizó: “Hemos fallado en esto en la Argentina. Tenemos un problema con el individualismo, con la dificultad para trabajar juntos”.
Criticó entonces la “pobre escucha y toma de decisiones” de parte de los dirigentes gubernamentales a los asesores de salud sobre la imperativa necesidad de testear, adquirir todas las vacunas y la lentitud de un país de gran escala que vacunó a 300.000 personas por día, un número similar al de países vecinos mucho más chicos como Chile o Uruguay, explicó el experto.
Para finalizar, Estol dijo que esta crisis sanitaria será recordada como un suceso histórico: “Vamos a ver cómo el mundo moderno se sobrepuso con herramientas a la pandemia, [lo que] significó el comienzo de la era de la genética. Va a cambar completamente cómo vivimos la medicina, la posibilidad de leer el mensaje genético que tenemos cada uno. Vimos la realidad de las personas y vimos que el poder, el dinero y la pandemia no cambian a la gente, sino que los muestra como son. Y de nuevo Darwin, la capacidad de adaptarse: no sobrevive el más fuerte sino que sobrevive el que se adapta mejor”, finalizó.
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