China recurre a los robots para mantener su ventaja
Una fábrica cerca de Shanghai confía en que una nueva clase de trabajadores le ayude a mantener su ventaja competitiva en el ensamblaje de dispositivos electrónicos: unos pequeños robots diseñados en Alemania.
Yugen Gao, presidente de la junta de Suzhou Victory Precision Manufacture Co., dice que los días en los que la empresa extraía su fortaleza de empleados baratos y dedicados han quedado atrás.
“Hemos estado perdiendo esa ventaja en los últimos tres años”, dice Gao en su oficina con vista a hileras de edificios donde un batallón de robots arma teclados de computadoras. “Es uno de los efectos de la política de hijo único”.
El apetito de China por los robots industriales hechos en Europa aumenta rápidamente a medida que un alza de los salarios, una fuerza laboral que se encoge y cambios culturales llevan a más empresas chinas hacia la automatización. Los tipos de robots favorecidos por los fabricantes chinos también están cambiando, conforme la automatización se expande de industrias pesadas como la fabricación de autos hacia sectores que requieren robots más precisos y flexibles capaces de manejar y ensamblar productos más pequeños, incluyendo electrónicos de consumo y ropa.
Lo que está en juego es el predominio de China en el sector manufacturero.
“China está diciendo: ‘Tenemos que robotizar nuestra industria para mantenerla’”, señala Stefan Lampa, presidente de la junta de la división de robótica de Kuka AG, empresa de automatización alemana y proveedora de Suzhou Victory.
La carrera por comprar robots se produce en parte porque la población de trabajadores de entre 15 y 59 años de China empieza a reducirse, lo que obliga a las empresas manufactureras a recurrir a la automatización. Naciones Unidas estima que el número de trabajadores en China llegó a su nivel máximo en 2010, de más de 900 millones, y caerá a menos de 800 millones para 2050.
Sumado a ello, el costo laboral promedio por hora —definido como salario más prestaciones— de US$14,60 en el bastión manufacturero en la costa se ha más que duplicado como porcentaje de los salarios manufactureros en Estados Unidos, de casi 30% en 2000 a 64% en 2015, según Boston Consulting Group. Esta evolución torna al país menos competitivo como destino para los fabricantes.
En 2013, China se convirtió en el mayor mercado para robots industriales, sobrepasando a toda Europa Occidental, según la Federación Internacional de Robótica. En 2015, las fábricas chinas compraron cerca de 67.000 robots, casi un cuarto de las ventas globales, y se proyecta que la demanda se más que duplique para 2018, a 150.000 unidades al año.
Las compañías chinas también invierten en tecnología industrial, con la mira puesta en la fabricación de sus propios robots. En mayo, Midea Group Co., fabricante de electrodomésticos chino, hizo una oferta de compra por Kuka de más de US$5.000 millones y ahora posee casi 86% del constructor de robots. Algunos políticos alemanes criticaron el acuerdo, diciendo que Kuka es un activo estratégico que debió permanecer en manos alemanas o europeas.
En una conferencia de investigación de robótica llevada a cabo en mayo en Estocolmo, compañías como Kuka y la suiza ABB Ltd. mostraron robots ligeros con brazos ágiles capaces de manipular objetos tan pequeños como tapas de botellas.
El año pasado, ABB presentó una versión de dos brazos de su robot YuMi, un modelo liviano diseñado específicamente para el mercado chino. El robot puede ensamblar los componentes electrónicos del tablero de un auto, relojes de pulsera y gafas.
YuMi, que se fabrica tanto en una planta de Suecia como en una instalación hermana que abrió hace una década en Shanghai, fue diseñado como un robot de “colaboración”, es decir que es pequeño y lo suficientemente seguro como para compartir la línea de ensamblaje con humanos, sin requerir una caja protectora como muchos grandes robots industriales.
En los últimos cinco años, China se ha convertido en el mayor mercado de clientes de robótica para ABB, de acuerdo con Steven Wyatt, director de marketing y ventas de la empresa de Zúrich.
Wyatt señala que China comenzó a adoptar la automatización en masa en respuesta a las preocupaciones sobre la calidad de los productos manufacturados en el país. Ahora, sin embargo, las fábricas chinas, incluidas aquellas que hacen productos de consumo, compran robots para llenar las vacantes que de otra manera seguirían vacantes debido a las altas tasas de rotación de empleados.
“Por difícil que sea de creer, a pesar de tener 1.300 millones de habitantes, China no encuentra suficiente gente para cubrir el trabajo que generan sus fábricas”, dice Wyatt.
Otro factor son los costos. Las tecnologías de robótica que alguna vez fueron increíblemente costosas son ahora lo suficiente-mente económicas como para ser viables en las fábricas chinas.
OptoForce Ltd., de Budapest, fabrica sensores de 2.500 euros (US$2.796) que pueden ser incorporados a los brazos de los robots y ser usados para pulir partes metálicas que van dentro de las cajas de cambio de los autos y otros productos. Su director de ventas, Szabi Fekete, cuenta que en los últimos años esos sensores se han vuelto considerablemente más baratos de producir.
“Hace 10 años, cuando un sensor de fuerza costaba 20.000 euros, nadie quería automatizar el pulido, porque era más barato contratar a 100 trabajadores”, explica Fekete.
Suzhou Victory, que ensambla computadoras portátiles para Dell Inc. y Lenovo Group Ltd. y relojes inteligentes para Fitbit Inc., comenzó a aumentar su inversión en robots hace dos años, impulsado por la reducción de los ciclos de productos, el aumento de los salarios y la alta rotación de los trabajadores, sobre todo después de las vacaciones anuales alrededor del Año Nuevo Lunar. Este año, el fabricante firmó un acuerdo para comprar 160 robots de brazo articulado hechos por Kuka.
“Tenemos que considerar la inversión en robots para que la empresa pueda sobrevivir por más tiempo”, sostiene Gao.
Esther Fung y Robbie Whelan