Sus inversiones en 2020 la convirtieron en una figura reconocida del mundo financiero.
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Cathie Wood comparte algunas semejanzas con Warren Buffett, el nonagenario inversor que por años ha estado entre los primeros en la lista de las personas más ricas del mundo.
Los dos han ganado mucho dinero y han ayudado a sus clientes a ganarlo escogiendo cuidadosamente inversiones que obtienen resultados por encima del promedio del mercado.
Ambos también cuentan con una gran cantidad de fanáticos deseosos de escuchar sus consejos y de seguirlos con fervor como si se tratara de la verdad revelada.
Pero sus similitudes acaban allí.
Sus estilos de inversión son muy distintos. Casi antagónicos. Al punto que en Estados Unidos han comenzado a referirse a Wood como la “anti Warren Buffett”.
Además, mientras el fundador de Berkshire Hathaway ha sido una cara conocida en el mundo entero, incluso para quienes no siguen con detalle la información económica, es solo ahora, a sus 65 años de edad, cuando Wood ha comenzado a estar bajo los reflectores.
¿Por qué?
Resultados excepcionales
Aunque Wood inició su carrera a inicios de la década de 1980, fueron los excepcionales resultados de sus inversiones en 2020 los que la convirtieron en una figura reconocida más allá del mundo financiero.
En 2020, cinco de sus siete fondos de inversión cotizados generaron una ganancia promedio de 141% y tres de ellos se ubicaron entre los que mejores de Estados Unidos.
El conjunto de sus fondos tuvieron la tasa de crecimiento más rápida registrada hasta la fecha por este tipo de mecanismos de inversión en las últimas dos décadas, de acuerdo con una base de datos de Morningstar, una empresa especializada en investigación y seguimiento del mercado de inversiones.
En el último año, ARK, la compañía que Wood fundó en 2014, recibió US$37.000 millones en nuevas inversiones, un monto solamente superado por otras dos compañías de gestión de inversiones Vanguard Group y iShares, que manejan centenares de fondos.
De hecho, Ark Innovation, el fondo principal de Wood, multiplicó por 10 su tamaño en el último año hasta sumar US$22.000 millones.
No sorprende, entonces, que la publicación Barrons haya incluido a Wood en la lista de las 100 mujeres más influyentes en finanzas en Estados Unidos en 2021.
Un reconocimiento que llega luego de que Bloomberg la incorporaran en dos ocasiones como parte de la lista de las 50 personas de diversos sectores que marcaron el año. La vez más reciente que Wood fue incluida allí, en 2018, el ARK Innovation había duplicado su valor.
Buscando intersecciones
A diferencia de Warren Buffett que ha hecho su fortuna prestando atención a los aspectos fundamentales de las empresas en busca de fortalezas que no estén siendo valoradas debidamente por el mercado, Wood mira primero el mercado en busca de oportunidades de gran crecimiento y luego busca las empresas que podrían sacar provecho del mismo.
Esta estrategia le ha llevado a especializarse, sobre todo en compañías que trabajan con tecnologías emergentes como el blockchaino la secuencia genómica que tienen potencial de transformar la economía.
Tesla, Reddit, bitcoin y Robinhood se cuentan entre sus apuestas exitosas más recientes. De hecho, gran parte de sus ganancias del ultimo año tiene que ver con el crecimiento exponencial del valor de las acciones de la empresa de Elon Musk en 2020, en torno al 700%.
En su portafolio también están presentes otras empresas innovadoras como Shopify, Square o Roku.
Una estrategia arriesgada
El éxito de las inversiones de Wood se basa, en parte, en que invierte en sectores con oportunidades de gran crecimiento pero con elevada volatilidad.
Eso hace que cuando las cosas van bien, las ganancias sean elevadas pero cuando no, la caída suele ser notable.
Esta estrategia hizo, por ejemplo, que su fondo principal perdiera 6% en un día, cuando los inversores decidieron recortar sus posiciones en acciones de empresas tecnológicas.
También perdió dinero cuando uno de sus fondos de inversiones adquirió acciones de Wirecard, una compañía alemana proveedora de pagos electrónicos, que resultó ser un fraude.
“Los fondos de ARK son historias de mercados alcistas, obviamente les va a ir mal en un mercado a la baja. No hay nada controversial al respecto. Estas son acciones altamente agresivas y de mucha volatilidad”, comentó John Rekenthaler, vicepresidente de investigación de Morningstar, a Barrons.
Pero Woods ha dicho que ella no se centra en las fluctuaciones de los mercados y que tiene su vista puesta en el largo plazo.
Más que hacer apuestas especulativas, su estrategia está centrada en áreas que tienen potencial de transformar la economía como la inteligencia artificial, la robótica o las tecnologías para almacenar energía.
¿El agotamiento de los fondos indexados?
Woods debe parte de su éxito al rechazo que desarrolló hacia la fórmula predecible y estable que Warren Buffett y otros expertos recomiendan para los inversores comunes: poner el dinero en fondos indexados como el S&P500. Una estrategia segura y de bajo riesgo en el largo plazo.
“Sentí que la apuesta por los fondos indexados había ido demasiado lejos y que había un vacío en el mercado relacionado con la innovación”, contó Woods a Barrons.
Fue así como tras pasar casi 35 años trabajando en compañías de inversión más tradicionales, decidió fundar ARK en 2014, usando su propio capital y desde donde podía desplegar sin cortapisas su visión de apostar por empresas innovadoras en mercados de alto potencial de crecimiento.
Hasta ahora, los resultados le han sido favorables. Desde entonces, los fondos de ARK han crecido 500%, mientras que Berkshire Hathaway lo han hecho 80%.
Aunque claro, mientras Wood dispone ahora de una fortuna personal valorada por Forbes en US$250 millones, Warren Buffett sigue siendo inmensamente más rico.
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