Carrera profesional. Cómo volverse más abierto de mente y dispuesto a cambiar
Dejar de lado las certezas y animarse a entrar en terrenos desconocidos facilita la incorporación de nuevas habilidades
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¿Alguien hoy es igual a lo que lo era hace cinco años? ¿Y antes de la pandemia? Probablemente, no. Y eso puede ser algo bueno. El crecimiento es positivo y es importante tener la mente abierta y estar dispuesto a cambiar. Desafortunadamente, muchos se enorgullecen de aferrarse a creencias que tal vez ya no sean ciertas o que no se ajusten a su estilo de vida, y este enfoque puede inhibir el crecimiento.
Aferrarse a la certeza es una adicción que puede causar ansiedad, dice John Delony, autor del libro Sea dueño de su pasado, cambie su futuro: un enfoque no tan complicado para las relaciones, la salud mental y el bienestar.
“La adicción ayuda temporalmente a calmar la ansiedad”, escribe. “Pero en el momento en que estamos seguros de algo, nuestra energía vital se canaliza para mantener la certeza a toda costa, incluso frente a un cambio masivo. Esto magnifica y amplifica la ansiedad”.
Por otro lado, las personas de mente abierta son intelectualmente curiosas, creativas e imaginativas, dice Frieda Birnbaum, psicóloga investigadora y psicoterapeuta en Saddle River, Nueva Jersey, y autora de What Price Power: Un estudio en profundidad de la mujer profesional en pareja.
“Las personas de mente abierta procesan la información de manera diferente y pueden ver el mundo de manera diferente a la persona promedio”, asegura la especialista. “Tienden a ver cosas que otros bloquean. Ser abierto es ser honesto”, agrega.
Terror al cambio
La voluntad de cambiar de opinión cuando se enfrenta a algo nuevo debe verse como una fortaleza. Stephen McGarvey, autor del libro Encender un cambio: Involucrar a las mentes, guiar las emociones y conducir el comportamiento, dice que la capacidad de cambiar requiere evaluar la forma de pensar que tiene una persona, su estado emocional y su posición frente al cambio.
“¿Cómo quieres estar pensando en su lugar? ¿Qué emoción quieres experimentar en su lugar? ¿Qué comportamiento quieres hacer en su lugar? es lo primero que hay que preguntarse. Luego hay determinar lo que debe suceder para comprometerse y avanzar en esa dirección”.
Persuadirse a uno mismo para pensar de una manera nueva incluye ser sincero. McGarvey advierte que los cerebros de las personas, en un nivel inconsciente, procesan la negación. “El diálogo interno de la mayoría de las personas es abismal”, dice. “Se enfocan en lo que no quieren que suceda, y luego obtienen más de eso”.
Pero el diálogo interno positivo no es suficiente. “Parte de esto es el lenguaje y la comprensión”, dice McGarvey. “La segunda pieza es usar el lenguaje para involucrar y guiar el cerebro”.
McGarvey dice que puede ser poderoso hacerse pregunta que resultan pertinentes. Por ejemplo, “¿Qué puedo hacer cuando empiezo a asumir algo?” El poder de las preguntas involucra y guía al cerebro para crear una estrategia para hacer un cambio, asegura el especialista.
Abrazar la ambivalencia
También se puede adoptar una postura de ambivalencia emocional, sugiere Naomi Rothman, profesora asociada de la Facultad de Negocios de la Universidad de Lehigh, que ha estado estudiando el tema durante las últimas dos décadas. Escuchar la nueva información con empatía y respeto y sin juzgar, es su recomendación.
“Hemos teorizado que la función evolutiva es que la ambivalencia hace que las personas sean cognitivamente más flexibles”, sostiene Rothman. “Son de mente más abierta, tienen un alcance de atención más amplio y están motivados para participar en una consideración equilibrada de múltiples perspectivas diferentes”.
Beneficios concretos
La ambivalencia brinda una variedad de beneficios para la efectividad del líder, el desempeño del equipo, la conciencia de los sesgos y la precisión en los juicios, dice Rothman. Por ejemplo, es más probable que alguien que entra en una situación ambivalente se involucre en un razonamiento equilibrado.
La ambivalencia también aumenta la motivación de las personas para considerar tanto la información positiva como la negativa sobre los demás antes de tomar decisiones que les afecten.
“Las personas que estaban preparadas para experimentar ambivalencia emocional en el momento presente estaban motivadas para buscar comentarios tanto positivos como negativos sobre un posible candidato para el trabajo”, dice. “En comparación, los participantes felices estaban más motivados para buscar comentarios positivos que negativos”.
Cuando alguien está dispuesto a dejar de lado las certezas, a hablarse a sí mismo en forma sincera y a entrar en terrenos que se presentan como emocionalmente ambivalentes, se le terminan abriendo nuevas posibilidades.
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