Carolina Castro: por qué hay pocas mujeres en las mesas de decisión

Carolina Castro fue la primera mujer en integrar el Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA) y ni bien llegó se encontró con un problema: el baño más próximo a la sala de reuniones era solo para hombres. Pero, más allá de la falta de cupo femenino en las mesas de decisión, dijo que la mayor dificultad es la baja participación de mujeres en las organizaciones gremiales empresarias y sindicales, es decir, y que la clave es que accedan en la base de la pirámide.

Castro es directora de Industrias Guidi, una fábrica argentina de autopartes, y antes fue parte de UIA Joven, hasta que Miguel Acevedo la convocó para integrar el Comité Ejecutivo cuando fue reelecto al frente de la entidad el año pasado.

"Miguel [Acevedo] tuvo esta idea de renovar a la UIA, no solo en términos de género, sino para sumar jóvenes. Como yo, también está Miguel Zonnaras, de Georgalos, que venía del área joven cumpliendo un rol con más responsabilidad", contó en diálogo con el secretario general de Redacción de LA NACION, José Del Rio, en el encuentro Mujeres Líderes.

En tanto, consultada por el porcentaje de mujeres que hay en las mesas de decisión de las organizaciones gremiales, dijo que la UIA es la que más tiene y es un 10%."Eramos dos y ahora somos ocho. No había ninguna en el Comité Ejecutivo y ahora estoy yo. En las organizaciones gremiales empresarias y sindicales igual tenés el problema de la baja participación. Está bien querer cambiar las mesas para que sean diversas, pero también en la base de la pirámide necesitás que más mujeres accedan", explicó.

En este sentido, se refirió a un informe de la economista Mercedes D'Alessandro, según el cual el tiempo que la mujer le dedica al cuidado de otros representaría un 16% del PBI y sería el sector con más peso en la economía. "El problema de la mujer es la conciliación entre el cuidado de otros (hijos, parientes, etcétera) y la carrera. Las que tenemos más posibilidades podemos contratar gente que nos ayude o pagar colegios con doble escolaridad, pero, para que haya más diversidad arriba, necesitás que más mujeres ingresen al mercado laboral", agregó.

Por otro lado, dijo que los espacios de poder se conquistan porque nadie quiere dejar su lugar no solo en términos de varón-mujer, sino que también hay un tema generacional. Otro problema es que características como la ambición, que son necesarias para llegar, son vistas negativamente en el caso de las mujeres. "A un varón también le cuesta llegar, pero la mujer carga con una calificación negativa si tiene las características que se necesitan para llegar a esa mesa", continuó.

En cuanto a su impronta, dijo que ella representa algo distinto para la UIA "por ser mujer y joven", pero que lo más importante es mostrar que uno tiene valía y puede aportar algo para lo cual hay que formarse.

"Lo nuevo en los últimos años es que la diversidad no solo es empujada por élites, sino que, en las nuevas generaciones, está a tope de agenda. Es algo muy fuerte para los jóvenes y no admiten otra posibilidad de que pase algo distinto. Hasta el varón más patriarcal, si quiere ser parte del siglo XXI, tiene que tomar esto", cerró.

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