Carlos García Ottati, fundador del unicornio mexicano de venta de vehículos usados, asegura que su empresa está preparada para economías como la Argentina y anticipa el plan para crecer en la región con equipos locales
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A la hora de invertir en una economía como la Argentina, Carlos García Ottati, el fundador y CEO de la plataforma mexicana de venta de autos usados Kavak, asegura que tiene una ventaja: su origen venezolano. El creador del unicornio valuado en más de US$8700 millones, explica que ser nacido y criado en Venezuela le permite saber cómo funcionan los negocios en un contexto inestable y sostiene que en este tipo de economías, el mercado de los autos adquiere un atractivo especial, ya que la compra de un vehículo se convierte en una herramienta para protegerse de la inflación. “El auto se convierte en un activo que protege su valor de la inflación más que cualquier otro en el tiempo. Es un elemento de ahorro”, explicó a LA NACION en una entrevista en la que adelantó sus planes de crecimiento en la región. “El equipo de la Argentina está liderando nuestra expansión hacia otros países latinoamericanos”, aseguró.
-¿Cuáles son sus planes de expansión en la Argentina?
-La Argentina es un mercado muy importante para nosotros. En el último año creció 10 veces. Pasamos de ser 60 a tener un equipo de más de 1000 personas y hemos hecho inversiones significativas en toda nuestra área de manufactura y acondicionamiento en Tigre. Además, montamos un hub tecnológico que ya tiene cientos de personas trabajando con nosotros para toda la compañía a nivel global. El equipo de la Argentina está liderando nuestra expansión hacia otros países latinoamericanos.
-¿Qué características tiene el mercado argentino que lo hace distinto del resto?
-La Argentina es el tercer mercado más importante en Latinoamérica. Hay una penetración muy baja de autos en los ciudadanos. En los Estados Unidos, siete de cada 10 personas tienen auto. En Latinoamérica es más cercano a una de cada a dos personas. Es una oportunidad inmensa, poder ofrecer un servicio que, por un lado, elimine todos los fraudes que hay en estas transacciones de autos usados y además dar todas las garantías mecánicas y de post venta necesarias para que los consumidores se vayan felices con su auto.
-¿Qué obstáculos encuentran en la Argentina?
-Trabajamos en muchas economías inflacionarias. Yo soy venezolano entonces entiendo muy bien cómo funciona. El auto se convierte en un activo que protege su valor de la inflación más que cualquier otro en el tiempo. Es un elemento de ahorro. Vemos la oportunidad de introducir mecanismos de financiamiento que permitan que más clientes tengan acceso al auto. Sin embargo, hay que estar diariamente entendiendo cuál es el valor real de los autos. Es a lo que se enfrentan todos los argentinos, todos los días y como empresa global nos enfrentamos a eso a diario. Intentamos asegurar que podamos construir nuestro negocio bajo esa incertidumbre y la volatilidad. Por otro lado, en la Argentina hay desconfianza a la hora de invertir. Yo estoy construyendo la compañía en países emergentes y para mí hacer la inversión que estamos haciendo en la Argentina se trata también de apostar. En cualquier país emergente siempre hay un riesgo. Yo creo que es un país con un montón de oportunidades y la única manera de que estos países salgan adelante es con empresas que invierten en talento e infraestructura. Yo soy muy optimista. Creo que más bien hace falta inversión, confianza y más emprendedores apostando a invertir. En el último año crecimos 10 veces nuestro negocio en Argentina y ha sido algo que sin duda alguna nos agarró por sorpresa. La velocidad en la cual pudimos crecer y la fuerza. Con Jaime Macaya y Juan Cruz de la Rúa -los fundadores de Checkars, la empresa con la que nos fusionamos- estamos apostando muy fuerte y tenemos un equipo bien robusto que nos asesora en todos los riesgos y las cosas que tenemos que ir mitigando. Por ahora, todo lo que vemos es una gran oportunidad.
-¿Cuál es el mejor y el peor escenario que imagina para los próximos años?
-Soy venezolano, entonces mi matriz de riesgo y de entendimiento de hacia dónde puede ir una economía es bien diferente. En Venezuela el último mercado en deteriorarse fue el de los autos, porque fue el negocio las personas podían mantener el valor de su dinero protegido mejor que en cualquier otro. Hicimos la inversión en Tigre para desarrollar una de nuestras plantas más importantes de manufactura de autopartes para desarrollar capacidades que nos permiten a nosotros poder -independientemente de dónde esté la economía- servir a nuestros consumidores y que puedan continuar utilizando sus autos. Como latinoamericano, no voy a ser de los que sacan capital de nuestra región sino voy a ser de los que traen y ayuda a que nuestros países tengan un chance de crecer. Cuando compré mi primer auto, estaba en mis 20 y había empezado a trabajar. Para mí fue un cambio de vida, personal y profesional. Mis ingresos mejoraron, pude navegar mi carrera. Estoy inspirado en eso para poder asegurar que más personas puedan también cambiar su vida.
-¿Cómo ves la realidad de las autopartes en la Argentina? Hoy no hay autos nuevos, faltan componentes y autopartes, hay trabas a las importaciones…
-El mundo está enfrentando a una crisis en todas las industrias. Hay muy poca oferta de autos nuevos. Para nosotros eso representa una oportunidad porque estamos en el mercado circular de auto seminuevo. Nos permite poder ofrecer un auto con las mismas garantías y beneficios que tiene comprar un auto nuevo desde el punto de vista de la calidad del auto, con el beneficio también del precio. Entonces nuestra propuesta es exactamente lo que necesita el mercado para momentos como estos, donde hay desabastecimiento. Hay dos cosas importantes cuando estás manejando un auto. El primero es el mantenimiento y el servicio, para asegurar que el auto no se demore y que se mantenga en buenas condiciones. Todos los autos que compramos, garantizamos que estén bien y, por otro lado, ofrecemos el servicio para poder garantizar de que esas condiciones se mantengan en el tiempo. Hoy en día somos la empresa de manufactura de auto usado más grande de Latinoamérica. Tenemos más de 3.5 millones de metros cuadrados instalados en Latinoamérica de centros de acondicionamiento de logística y almacenaje y eso nos ha creado unas economías de escala súper importante que nos permite poder llevar partes a los diferentes países.
-¿Cómo logran financiar las compras teniendo una cuenta lo difícil que es? ¿Cómo su modelo?
-Tenemos varios aliados que sí están financiando. En la Argentina trabajamos, por ejemplo, con el banco Santander Río para ofrecer políticas de financiamiento a nuestros clientes. Estamos ampliando esa oferta de financiamiento en países como México. Ahí tenemos nuestro propio brazo financiero para hacer esto. Va muy de la mano de la madurez que tengamos y del apetito que tiene el mercado. Tratamos de entender cuál es la necesidad del cliente y en función a esa necesidad construir un producto que esté diseñado como un traje a la medida.
-¿Podrían abrir su propio brazo de financiamiento en la Argentina?
-Lo estamos evaluando. Nuestra intención no es sacar capital, sino reinvertir cuando sea que la empresa vaya viendo que ese capital va generando. Queremos continuar invirtiendo en el país, uno de los mecanismos para poder hacerlo puede ser a través del financiamiento, pero hoy hay otras alternativas. Está arriba en la lista de prioridades, de las cosas que tenemos que entender y resolver.
-¿Cuáles son sus próximos pasos? ¿A dónde planean expandirse?
-Vemos una oportunidad de expandirnos hacia los mercados de habla hispana y los países donde la problemática es similar a la que estamos viviendo en las ciudades más grandes. Va a ser paulatino. Lo más probable es que salgamos con algunas ciudades en simultáneo, las ciudades más importantes, y en función de lo que vayamos aprendiendo allí, seguimos nuestro camino a medida que vayamos consolidando nuestras posiciones. Nuestra ambición es llevar este producto a toda Latinoamérica. Creemos que realmente ayuda. Pero también tenemos que hacerlo de manera moderada para ir consolidando nuestra posición en los países donde estamos y que no deteriore la experiencia del cliente con el crecimiento. La velocidad de nuestra expansión va a depender mucho de nuestra capacidad de poder llegar bien a la ciudad donde ya estamos con una experiencia de cliente que sea satisfactoria. También hay muchísimas cosas que hay que tener en cuenta en el ámbito macroeconómico, en el ámbito social y político, pero nosotros no somos ni políticos ni macroeconomistas. Somos emprendedores y lo único que yo sé hacer es construir negocios, empleo y un buen producto para el cliente. Ahí es donde yo pongo mi foco 100%. Hay un talento espectacular, que también queremos que tenga una huella en lo que estamos haciendo, no solo en Argentina.
-¿Cuál es tu medida de éxito en el mediano plazo?
-Lograr, a través del producto que estamos ofreciendo, asegurar de que más de 7 de cada cada 10 personas tengan acceso a un auto a través del financiamiento y que eso haga que la clase media siga y se robustezca. Que utilicen ese auto no solo como un elemento de movilidad, sino también como una herramienta financiera, consiguiendo tasas razonables. Quisiéramos ser una de las top 3 marcas argentinas más posicionadas en los próximos cinco a 10 años. Que nos reconozcan como una marca que apostó al país cuando las cosas estaban difíciles y que seamos una parte importante en el corazón de todos los consumidores argentinos. Que nos vean como una marca que respetan que admiran este, una fuente de inspiración y de optimismo.