Cambio de carrera. La importancia de tener un plan B
Si se está considerando cambiar de sector, es bueno pensar estratégicamente para asegurarse el éxito
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Mucha gente que considera la posibilidad de sumarse a la Gran Renuncia en Estados Unidos está pensando en un cambio y no simplemente buscar un nuevo lugar donde trabajar. Una encuesta de Catalyst- CNBC descubrió que el 50% de los empleados piensan en un cambio de carrera debido a la pandemia. Un tercio de los encuestados están buscando un puesto en un nuevo sector, mientras que un 22% planea dejar el trabajo e iniciar su propio negocio.
El deseo de cambio tiene que ver con encontrar sentido y sentirse realizado, dice Jenn Lim, autora de Más allá de la felicidad: la manera en que los auténticos líderes priorizan el propósito y la gente para crecer y lograr impacto. “Tuvimos tanto tiempo para reflexionar sobre estas cosas: cómo íbamos a pasar los minutos de nuestros días”, dice. “Nos hemos preguntado ‘¿esta es la manera que quiero pasar mi vida?’ Esas preguntas se volvieron más acuciantes. Desde un punto de vista científico la forma más sustentable de la felicidad es tener un propósito superior. Hacer algo que nos sobrepasa”.
Si bien dar un gran salto puede llenar de entusiasmo a una persona, siempre es inteligente planificar cómo hacer el cambio y qué hacer si no funciona.
“Cuando uno piensa en un cambio de carrera existen tantos temores como el de fracasar, el de avergonzarnos, el temor al rechazo”, dice Kim Perell, autora de Salte: atrévase a hacer lo que le da miedo en los negocios en la vida. “La pandemia ha acelerado nuestro deseo de cambio, sin embargo. Mucha gente quiere dar el salto al próximo capítulo de sus vidas y sus carreras pero quizá no sepan cómo hacerlo”.
Razones de fondo
En vez de cambiar simplemente por cambiar, Perell dice que uno tiene que conocer las razones de fondo. “¿Se trata del dinero? ¿Se trata de controlar su futuro? ¿Se trata de tener más tiempo para su familia?”, se pregunta. “Es importante dedicar tiempo a pensar en el motivo real y no sólo en un cambio superficial que se quiere hacer. Si se puede cavar hondo y crear buenos cimientos, dar el salto se ve más fácil”.
Lim concuerda con la idea. “Antes de hacer un cambio hay que trabajar sobre uno mismo”, dice. “A veces las razones para hacer el cambio parecen obvias, como en el caso de que la traten mal o no le paguen lo suficiente. Todas esas son cosas importantes pero son factores extrínsecos y no intrínsecos que es lo que nos resulta más importante”.
“La gente dice a menudo ‘la familia es mi prioridad más importante’”, dice Lim. “Cuando analizan cómo pasan su tiempo no se corresponde con ello. Es ahí que hay que trabajar. ¿Qué es realmente lo más importante para usted? Haga una declaración de propósitos. Entonces cuando elija una opción no tendrá que lamentarlo porque podrá decir ‘eso se basa en quién soy centralmente’”.
Una vez que sepa por qué se quiere hacer un cambio, hay que avanzar comenzando por tener el objetivo en mente. “La buena planificación comienza por el final y se construye hacia atrás”, dice Perell. “A continuación defina dónde quiere estar en un año. Un año es una buena cantidad de tiempo para hacer un cambio significativo. Escriba una declaración de misión personal de donde quiere estar y luego identifique los pequeños hitos para crear puntos de control a medida que avanza. Es una maratón, no una carrera de velocidad”.
Siempre asusta hacer un cambio pero uno puede dividirlo en pequeños pasos, dice Perell. “¿Cuál será la primera valla que tendrá que saltar?”, pregunta. “Se trata realmente de crear esos hitos iniciales y los primeros pasos que debe dar para alcanzar su meta”.
Alternativas disponibles
Si bien es importante jugarse el todo por el todo y comprometerse con el cambio, Lim recomienda tener más de un plan. Por ejemplo, el plan A sería donde se dan circunstancias ideales donde todo lo que puede controlar ha sido pensado y se alinea con los valores de una persona.
“El plan B es cuando reconoce que la mayor parte del tiempo no tendrá las condiciones ideales ni serán las circunstancias ideales y que eso está fuera de su control”, dice. “Haga planes B, C y D, especialmente ahora que aún hay mucha volatilidad e incertidumbre en el mundo. Esos planes ayudan a sostener nuestros niveles de felicidad porque no nos veremos destruidos si el plan A no resulta. Es una manera de manejar las expectativas con la esperanza de que suceda lo mejor pero conociendo también la variedad de cosas que pueden salir mal o salir distintas”.
En algunos casos puede encontrarse con que el plan no es lo que pensó que sería. “La naturaleza humana es creer que el pasto siempre es más verde del otro lado”, dice Lim. “Se ha vuelto mucho más importante encontrar las raíces de quien uno es y lo que quiere. Las cosas significativas son intrínsecas”.
Perell dice que un plan de respaldo es un plan de éxito. “Hay que pensar preguntas respecto de las peores posibilidades”, dice. “La meta es asegurarse un aterrizaje exitoso en el lugar al que se quiere llegar. Puede sentirse más seguro quedándose donde está en vez de saltando a un nuevo empleo o carrera, pero quedándose en su zona de confort no habrá crecimiento”.
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