Cadena en crisis: Garbarino analiza cerrar todos los locales y vender solo online
El Grupo Rosales, que compró la firma en 2020, solo mantendría una docena de sucursales de Compumundo y presentaría a la empresa en concurso de acreedores
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La situación de Garbarino se agravó en las últimas semanas y en la cadena de electrodomésticos amenazan con cerrar definitivamente todas sus locales físicos y quedar operando exclusivamente en forma online. La medida incluiría mantener funcionando apenas una docena de sucursales de Compumundo, la segunda cadena del grupo Garbarino que históricamente representó el 10% de sus ingresos.
En el Grupo Rosales -que tomó el control de Garbarino a mediados de 2020- ya tienen tomada la decisión y la medida no tiene ninguna relación con la situación que enfrentan los hermanos Garbarino, los anteriores dueños de la empresa que recurrieron a un sofisticado entramado en paraísos fiscales para resguardar millones de dólares, según acaba de revelar el informe de los “Pandora Papers”.
Fuente del Grupo Rosales reconocieron a LA NACION que el panorama que les presenta es cada vez más difícil y que no avizoran otra solución que no sea el cierre de los cerca de 70 locales que hoy mantiene operativos Garbarino y la presentación en concurso de acreedores.
“La realidad es que hoy no podemos hacer frente al pago de los salarios y solo mantenemos unos 70 locales que abren en forma intermitente porque no tenemos mercadería. Frente a este panorama no nos queda otra opción que cerrar los locales y mantener toda la operación online”, explicaron en el grupo.
“La idea es mantener funcionando 12 locales de Compumundo, porque se trata de tiendas más chicas, con alquileres mucho más económicos y menos empleados”, señalaron.
Los actuales dueños de Garbarino aseguran que no encontraron ningún tipo de respuesta en los encuentros con funcionarios del Gobierno nacional, incluyendo una reunión que tuvo la vicepresidenta del grupo, Mariana Casares, con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
Panorama complicado
Garbarino hoy acumula una deuda cercana a los $10.000 millones con un consorcio de bancos y las principales empresas fabricantes de electrónica y electrodomésticos.
En junio de 2020, la cadena de electrodomésticos pasó a manos del empresario Carlos Rosales, titular del grupo asegurador Prof. Cuando Garbarino se vendió, la cadena contaba con cerca de 200 locales y más de 4000 empleados (hoy quedan menos de 3500).
El nombre de Carlos Rosales es más conocido en el ambiente del fútbol que en el mundo de los negocios. Rosales ingresó a la política de San Lorenzo hace diez años como candidato de la lista de Carlos Di Meglio, que perdió finalmente con Carlos Abdo. Pero desde el año pasado es el protesorero del club de Boedo, cargo al que accedió de la mano de Marcelo Tinelli.
Antes de ingresar a la política de San Lorenzo, tuvo un paso por la política como director provincial de Clubes de Barrio de la Secretaría de Deportes de la provincia de Buenos Aires, durante la gobernación de Daniel Scioli.
Industria en crisis
Más allá de los problemas puntuales de Garbarino, el sector de electrodomésticos enfrenta una crisis que ya lleva casi cuatro años. El acumulado de ejercicios en rojo afectó a prácticamente todas las cadenas del rubro, con la presentación de concurso de Ribeiro y la reestructuración de la deuda de Carsa (una de las dos empresas que opera con la marca Musimundo).
El panorama para los jugadores tradicionales de la industria se vio agravado por los cambios en los hábitos de consumo que aceleró la pandemia y el crecimiento de la venta online. En este caso, el gran ganador fue Mercado Libre. La firma fundada por Marcos Galperin desembarcó con todo en la venta de electrónica y electrodomésticos en el último tiempo, a través de su propia plataforma: Electrónica Mercado Libre, que se hizo muy fuerte en la venta de celulares y televisores