Avanzada AgTech: la potencia de los algoritmos llega al campo argentino
De la mano del desarrollo de la inteligencia artificial y la Internet de la cosas, la informatización gana cada vez más terreno en el mundo de los agronegocios
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En su búsqueda por incrementar la productividad y calidad de los cultivos con un menor impacto en el medio ambiente, el campo encontró un aliado en el agro 4.0 también conocido como agroinformática, aunque su implementación en el país se ralentiza debido a los problemas económicos, de conectividad y a una oferta desintegrada.
Hace unos 12.000 años, la agricultura fue determinante en la evolución humana. Una situación similar marcó la digitalización en los últimos tiempos. Más aún, es en esta actividad donde la sustentabilidad del ecosistema y del negocio son factores estratégicos.
“La agricultura inteligente es un beneficio para todos. Por una cuestión de inversión y financiación, se la está adoptando con rapidez en las explotaciones grandes. Pero, tarde o temprano, se extenderá a todo el sector. Incluso, ya existen pequeños campos casi totalmente tecnologizados”, afirmó Vicente Martín, fundador y director del marketplace Flash Agro.
Los expertos aseguran que los beneficios del agro 4.0 no solo pasan por el terreno productivo. “Brinda oportunidades no solo en la producción sino en la calidad de vida en las zonas rurales, ya que permiten desde monitorear los cultivos hasta acceder a servicios médicos por videollamada. Su impacto se observa tanto en lo social como en lo económico”, puntualizó Federico Mayer un graduado de la UCA que fundó el Club AgTech.
El avance de la agroinformática precisa de una buena conectividad. En 2020, el 65% de la población rural no accedía a Internet en Argentina, mientras que un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agraria (INTA) arrojó, en 2021, que más del 40% de los parajes no contaban con esa conexión, en un relevamiento hecho en 311 puestos en 21 provincias.
“En cierta manera, el empleo del móvil facilitó nuestras tareas. Se puede enviar la información cuando se pasa por regiones con conexión”, indicó José Michel, responsable de Agricultura de Goyaike, la empresa de agronegocios del grupo Perez Companc.
Liderazgo brasileño
A pesar de que la tendencia AgTech es reciente a nivel mundial algunas plazas como Tel Aviv (Israel), Ámsterdam (Países Bajos), St. Louis (Estados Unidos), Nueva Zelanda y Piracicaba (Brasil ya acusan un alto desarrollo en el sector. “Sin duda, Brasil está a la cabeza de esta transformación en América Latina. Es el primer productor de grano del continente”, enfatizó Mayer.
Las exigencias de los principales mercados internacionales y los nuevos modelos de transacción empujan a los agroexportadores a incursionar en técnicas de smartfarm (agro inteligente) Esto se debe a que cobra fuerza la demanda de trazabilidad de los alimentos. “La informatización de los procesos facilita la certificación, lo que nos permite demostrar con facilidad lo que hacemos y aplicamos”, aclaró Michel.
Uno de los objetivos de la agro 4.0 es aumentar las cosechas empleando de forma eficiente los insumos. Este comportamiento reduce el impacto ambiental. Por ejemplo, la irrigación por goteo favorece el ahorro de agua, al tiempo que disminuyen los vertidos químicos a ríos y a las napas. “Ese sistema ya se está usando en el cinturón verde de La Plata donde se producen las verduras y frutas que consumimos en CABA. Un equipo de riego por aspersión a gran escala colabora en la medición de la humedad del suelo y la eficacia del empleo del agua. También, se economiza de manera indirecta combustible”, expuso el directivo de Flash Agro.
Bajo interés
El campo es la principal fuente de divisas para el país. Lidera la balanza comercial y genera 25% del PBI nacional. Estos factores explican que la Argentina haya estado siempre en la primera línea en la adopción de tecnologías. En 1996, esta actividad incorporó la agricultura de precisión. Y en 2012 se ubicó en el segundo puesto en el ranking de naciones agrarias más tecnificadas del mundo. Sin embargo, en el último tiempo algunas voces advierten que el campo está perdiendo terreno.
“En la actualidad, Uruguay acusa un avance superior al nuestro tanto en máquinas como en dispositivos. Progresó con fuerza en los últimos 20 años. Dada la situación económica local, la modernización del campo argentino se ralentizó”, comentó Martín.
La agroinformatización se implementa en tres etapas. La primera es la de aplicación de los procesos. “La segunda, cuando se comienza a ‘hablar con el suelo’ para recabar datos. En la tercera fase o de información colaborativa, se aprende de los resultados y se comparte con otros” explicó Federico Mayer.
En un informe, la consultora Deloitte subraya que, a nivel internacional, la agricultura inteligente ya supera los US$3 billones y emplea a 1000 millones de personas. En tanto, el de Startup Genome arrojó un crecimiento de 14,5% en la última década. Sin embargo, se trata de un movimiento relativamente nuevo en la Argentina. A pesar del potencial del sector, no captó tampoco gran atención de los desarrolladores informáticos.
De acuerdo a la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (Arcap) se destinó, en 2021, al campo solo 8% de las inversiones en startups tecnológicas. En 2018, el trabajo de la Universidad Austral, Glocal y The Yiel Lab Institute hablaba de apenas un centenar de proyectos informáticos para la agricultura, mientras que Endeavor identificó solo 165 startups el año pasado. “La oferta de estas herramientas no era amplia cuando incursionamos en el tema. La mayoría estaban en desarrollo. En seis años, por ejemplo, la app de Sistema Integrados de Monitoreo Agrícola (SIMA) que utilizamos no solo incluyó más aplicaciones sino las asoció”, detalló el representante de Goyaike.
Aplicaciones disociadas
Las herramientas de AgTech puede enfocarse en tareas directas (siembra, fertilización, maquinaria, riego, etc) como en la financiación, logística y trazabilidad de los productos, apelando a herramientas como Internet de las cosas (IoT), big data e Inteligencia Artificial (IA) para la obtención de datos y el desarrollo de modelos de aprendizaje que faciliten la toma de decisiones en tiempo real.
A pesar de sus ventajas, la demanda de estas aplicaciones no es significativa. “Existe mucha oferta de estas herramientas y no todas llegaron a su punto máximo de eficiencia. En general, no se cuentan con una sola aplicación que aglutine todos los sistemas para acceder a la información de manera automática y rápida. Esta falencia genera resistencia”, señaló Michel.
Por lo común, el productor local adoptó las plataformas digitales de rápido resultado como piloto automático en tractores y otras máquinas, banderillero satelital y corte por sección.
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