Apuesta 0.0. La cerveza sin alcohol es la gran esperanza de la industria
Para las empresas del rubro implica mayores márgenes de ganancia por la menor presión impositiva
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En los 10.000 años que lleva de existencia siempre se ha recurrido a la cerveza para refrescarse e intoxicarse. Hoy las cervecerías piensan que podrían prosperar concentrándose exclusivamente en el lado refrescante.
La cerveza sin alcohol es la gran esperanza más reciente de la industria de las bebidas alcohólicas al estancarse las ventas del producto tradicional. Si Heineken y otros grandes jugadores del sector logran su cometido los bebedores estarán consumiendo la bebida desde el desayuno en adelante.
Hace décadas que se vende cerveza con poco o directamente sin alcohol. Pero incluso sus productores admitían que tenían un sabor insípido. Apuntaban a los que deseaban una cerveza pero no podían darse el gusto: las embarazadas, los religiosos o los conductores designados.
Pero ahora todo cambió. Incluso antes de que la pandemia hiciera cerrar los bares del mundo, el consumo de cerveza estaba en caída, en parte debido a que los millennials atentos a su salud se dedicaban menos a la bebida. Los gigantes del sector, preocupados por la pérdida de ventas frente a las bebidas no alcohólicas invirtieron en maneras de dar mejor gusto a la cerveza sin alcohol. Esto ha comenzado a dar réditos. Si bien nadie que esté sobrio confundiría una cerveza sin alcohol con el producto verdadero, ahora es algo creíble.
El producto es lo suficientemente bueno como para que megamarcas, desde la Asahi japonesa hasta la Budweiser estadounidense (parte de AB InBev, la mayor compañía cervecera del mundo), ofrezcan una variante “0.0”.
Parte del interés de las empresas deriva de los altos márgenes de la cerveza sin alcohol. Producir la bebida en realidad es más costoso que producir una Stella tradicional.
El proceso por lo general involucra tomar una cerveza alcohólica acabada y quitarle el alcohol (las marcas custodian celosamente sus métodos). Pero el costo se ve aún más que compensado por el ahorro en impuestos al alcohol. También ayuda que los consumidores parecen estar dispuestos a pagar aproximadamente el mismo precio contenga alcohol la cerveza o no.
Nicho en ascenso
La cerveza totalmente libre de alcohol sigue siendo un nicho. “Por el momento la cerveza libre de alcohol es aún algo que uno bebe cuando no puede beber”, dice Trevor Stirling de la consultora Bernstein. Sólo el 2,4% de la cerveza que se venda globalmente este año será no alcohólica, según la consultora Euromonitor.
Aún así es un aumento comparado con el 1.5% de hace una década, en parte porque la cerveza tradicional ha caído. Gran parte del crecimiento de las ventas de 0.0 será en lugares que ya consumen mucha cerveza, especialmente en Europa.
El objetivo para los cerveceros es reposicionar su oferta virtuosa no como cerveza sino como una bebida sin alcohol premium para personas mayores. Eso les daría una cabecera de playa en un negocio que por su volumen es casi cuatro veces el tamaño del mercado de la cerveza.
A los gobiernos y a los inversores con preocupaciones sociales les gusta que las cerveceras ofrezcan alternativas al alcohol. Lejos de dañar su imagen, tener un producto 0.0 ahora es señal de una marca madura. Las empresas de la industria desde hace mucho intentan cambiar la percepción de la cerveza como una bebida para pendencieros de la década del ’80, adecuada sólo para hinchas de fútbol que quieren emborracharse.
Las cervezas artesanales fueron una manera de lograr este objetivo, pero a menudo provocaban resacas muy fuertes debido al alto contenido alcohólico. Ahora la industria va en el sentido opuesto.
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