Antropología anticipatoria
El diseño de futuros invita a anticipar distintas alternativas, recurriendo a preguntas nuevas que permitan entender qué tendencias se pueden romper y cuáles están naciendo y conviene explorar
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Hemos hablado hace un par de años en esta columna de la importancia de recurrir al diseño de futuros como herramienta para vislumbrar distintos escenarios que pueden ocurrir. Especialmente, cuando nos toca trabajar y vivir en tiempos de alta incertidumbre y escasa previsibilidad. A diferencia de una planificación más tradicional, que busca respuestas en las tendencias, el diseño de futuros invita a anticipar distintas alternativas, recurriendo a preguntas nuevas que permitan entender qué tendencias se pueden romper y cuáles están naciendo y conviene explorar. Es ejerciendo una profunda curiosidad sobre cómo piensan y actúan las personas en donde podemos encontrar el suministro que necesitamos.
De esto estuve hablando con la antropóloga Roi Benitez, fundadora de la consultora Skills4Future, quien me presentó el concepto de antropología anticipatoria, un abordaje que nos conviene conocer si queremos entender y protagonizar los tiempos que vienen. “La antropología anticipatoria se enfoca en estudiar el comportamiento colectivo en torno a algo que aún no ha sucedido: el futuro. Explora las visiones, creencias, deseos y temores de diferentes grupos sociales con respecto al porvenir. Esta información permite anticipar escenarios y no adivinar. Sirve para implementar cambios y diseñar mejores productos, servicios, políticas públicas e incluso experiencias”, explica. Emerge como una disciplina crucial en un mundo caracterizado por la complejidad de los cambios volátiles e inesperados. “No es futurología, es entender cómo los sujetos sociales se perciben e imaginan respecto al futuro”, agrega la antropóloga.
La metodología puede combinar entrevistas en profundidad y la creación de escenarios para estudiar las ideas de las personas sobre el futuro, sus valores y sus conceptos de cambio. Este enfoque es especialmente necesario para el estudio de procesos de cambio rápido, a menudo relacionados con la tecnología. Benitez cuenta cómo la antropóloga polaca, Alina Landowska, en su trabajo sobre antropología de la anticipación, explora cómo los marcadores lingüísticos en plataformas de redes sociales como X (ex Twitter) reflejan el pensamiento anticipatorio, destacando cómo la habilidad humana para combinar conocimientos, experiencias, historias o conceptos permite formular conclusiones sobre el futuro y gestionar la ambigüedad.
Benitez cuenta el ejemplo de una colega que inició un proyecto con productores de leche. Inicialmente, los productores mostraron optimismo, destacando que el consumo de lácteos en México es alto y sigue creciendo. Ella les señaló que en la región central del país, la demanda de leches vegetales está en aumento. Al pedir leche de avena en una cafetería, el barista entiende lo que se solicita. Ante esto, los productores se mostraron indiferentes, argumentando que esas bebidas no son verdadera leche y, por lo tanto, no representan una preocupación para ellos. Este enfoque nos desafía a explorar las visiones y creencias que tenemos del porvenir.