Abierto de Palermo: el deporte más lujoso que juega "con los números justos"
Este año, el Argentino Abierto de Palermo, el torneo más marketinero y convocante de la Triple Corona de Polo se vio duramente golpeado por la crisis que generó la pandemia. Sin público en las tribunas del Campo Argentino de Polo para ver los partidos debieron reinventarse para contener las finanzas de la organización. "Hoy por hoy estamos con los números justos", dice Eduardo Novillo Astrada, presidente de la Asociación Argentina de Polo (AAP).
La entidad que organiza el Abierto de Tortugas y el Abierto de Hurlingham, -las series que complementan al torneo- debió repensar el modelo de negocio que hay detrás del deporte, ante la prohibición de hacer los after polo y la baja de algunas marcas patrocinadoras.
Para morigerar el impacto por la venta de entradas, una de las principales fuentes de ingreso del torneo, la Asociación pudo conseguir que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires aprobara los protocolos sanitarios necesarios para poner a la venta 500 tickets, de los 14.000 que saca todos los años, para ver la semifinal y la final, que se jugará este fin de semana en Palermo.
Esta decisión, le significó a la organización recuperar una parte de la recaudación por el ticketing. Las entradas fueron puestas a la venta en miniabonos que abarcan las tres jornadas, donde la más barata ronda los $25.000 y la más cara, los $90.000. Fueron pensadas en dólares y capaces de ser funcionales al recupero que pretendía la institución.
Los ingresos de la AAP en 2019 fueron de $351,4 millones. De ese total, $60,4 millones fueron por el Argentino Abierto de Palermo. Según las autoridades de la Asociación, en este torneo hubo una caída nominal del 40% de lo percibido respecto del año anterior (es decir, $24,16 millones). Esto obedece a la no venta de los tickets.
"Con los números salimos empatados", insiste Novillo Astrada. La Asociación también tuvo que reinventarse para sortear la crisis generada por la pandemia de Covid-19 y morigerar el impacto económico. Ante la falta de espectadores en los eventos deportivos y la prohibición para las reuniones de más de 10 personas en lugares cerrados, recurrieron a la industria gastronómica. En ese sentido reemplazaron los after polo por ocho lugares gastronómicos que van a estar abiertos hasta marzo 2021; de esta forma, buscan conservar los ingresos por eventos.
La competencia deportiva, normalmente, se juega en cinco semanas, pero por la pandemia las autoridades decidieron que el torneo se hiciera en dos y media para acotar el tiempo de exposición entre los deportistas y organizadores.
El presidente de la AAP extiende que, si bien los sponsors siguieron apoyando el torneo, el paseo de comidas que se instaló en el Campo Argentino de Polo permite "un ingreso extra" que se cayó con la pandemia. Por estos eventos, el año pasado entraron a las arcas de la organización $26 millones. "El paseo de comidas es más para mantener el predio", completa.
"El ticketing, que es lo más importante para nosotros, no lo tenemos. Pusimos las entradas más caras de lo normal para resolver y otra para no desbordar Palermo. Además, no pueden entrar extranjeros que son los que normalmente compran las entradas. Esto nos hace una gran diferencia en la economía del polo", explica Novillo Astrada.
Polo: sin público en las tribunas, la industria sufre
Las malas noticias para el polo argentino no quedan ahí. Este año también bajaron las afiliaciones de los jugadores en un 50%, cuenta el presidente de la institución. A esto se le suma la gastronomía y el catering que, si bien están trabajando, lo hacen de forma intermitente por los controles sanitarios.
La merma de los ingresos también repercute, en el mediano plazo, en la industria equina. Es que la imposibilidad de que empresarios y fanáticos del extranjero puedan venir al país a comprar caballos termina influyendo en las fuentes de ingreso del sector. En ese sentido, especifican que hubo una caída del 50%. "Los extranjeros, normalmente, vienen a consumir y ahora no tenemos a nadie del exterior", detalla el presidente de la Asociación.
De acuerdo con los datos oficiales, el año pasado se exportaron cerca de 3000 caballos, por los cuales se recibieron US$29 millones.
En la gestión de 2019, según los números de la Asociación, los sponsors acompañaron al polo con $197,2 millones, mientras que los derechos de televisión fueron de $31,8 millones. Los principales anunciantes que acompañan el torneo son HSBC, Navarro Correas, Imperial, Johnny Walker, Fiat, Rio Uruguay Seguros y SanCor Seguros. Este último patrocina a La Dolfina, el equipo que jugará la final contra Ellerstina el próximo sábado 19 de diciembre.
Sin imaginar que un año después una pandemia iba a desestabilizar la economía global, el año pasado la Asociación renegoció varios contratos con sus principales patrocinadores. "Se cerraron los acuerdos más altos de sponsoreo en la historia del polo", cuyas condiciones eran jugar "y se jugó", aclaran las autoridades de la industria sin ahondar en detalles sobre los números. Especifican que los contratos no son anuales, pero el año pasado tuvieron que hacer una renovación de los términos y condiciones.
Desde HSBC, el main sponsor del circuito mundial del polo, le explican a LA NACION que ante la situación generada por la pandemia, decidieron acompañar la competencia de la misma forma que lo venían haciendo años atrás sin pensar en una renegociación por el patrocinio. "En nuestro caso el contrato se firmó antes de la pandemia", dicen y aclaran que se respetaron los términos previamente establecidos.
De acuerdo con la Asociación, este año el torneo mantuvo el 90% de los ingresos que facilitan los sponsors. "Se cayó WeWork y tenemos que ver cómo lo recuperamos. Esto tiene que ver con la economía de las empresas", observa la máxima autoridad de la Asociación.
En esa línea habla Lucas Adur, CEO de la Asociación de Polo, afirma que hacer el torneo en estas condiciones los obligó a una reinvención profunda del deporte e implicó el diseño de un protocolo estricto en concordancia con el Gobierno. Además, "significó una baja del 40% en la facturación respecto del año pasado; representa una caída directa de los ingresos", sostiene.
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