"A las crisis también se puede llegar caminando"
-El primer semestre terminó con un serio deterioro fiscal; ¿es inevitable un ajuste fiscal?
-El año pasado cerró con un déficit del 7% del producto bruto interno (PBI); no es descartable un 10% para 2015. Queda poco lugar para el gradualismo fiscal. Los impuestos son récord, por lo que hay que estabilizar por el lado del gasto. Hay dos maneras de hacerlo: (1) disminuir el crecimiento del gasto hasta nivelar las cuentas, es decir, quitar el pie del acelerador; (2) reducir el gasto. Los K han deteriorado tanto la situación que es necesario poner reversa. Lo innegable es que el ajuste ya está ocurriendo en el sector privado. La disciplina fiscal no es una cuestión de posturas políticas, sino de sentido común en la administración pública.
-¿Es de esperar que la crisis se produzca con el nuevo gobierno?
-No es una cuestión de si la crisis se va a producir. Se trata de reconocer que ya estamos en estanflación. Inflación, déficit fiscal y caída de la actividad económica son síntomas de crisis. No todas las crisis se producen de manera explosiva; a las crisis también se puede llegar caminando. Estas inquietudes se ven en el debate de shock o gradualismo. Se da por sentado que el shock produce deterioro económico. Éste no es el caso cuando las reformas están bien planeadas. La postura del shock se inspira en el milagro alemán de Erhard. Otros casos exitosos son el de Chile (1975) y Bolivia (1985). Se podría agregar a Estados Unidos, que luego de la Segunda Guerra Mundial redujo el gasto de un 80% del PBI a un 30 por ciento. Ninguno de estos casos produjo una crisis. Todos fueron pro mercado. El problema, más que shock o gradualismo, es, en todo caso, de falta de convicción de la política argentina.
-¿Se viene una reforma pro mercado por parte del nuevo gobierno?
-No veo ningún candidato con una postura pro mercado. Incluso a Pro me resulta difícil verlo como un partido pro mercado. Ser más eficiente en la gestión que los K no es ni una vara difícil de superar ni sinónimo de ser pro mercado. Desde Perón le hemos dado la espalda al libre comercio. Son los ideales del peronismo (con los que Pro se dice identificar) los que han descarrilado al país desde que Perón llegó al poder. Los países se desarrollan por sus instituciones, no por sus políticas. Las instituciones fijan la trayectoria (largo plazo). Las políticas producen oscilaciones en torno de esa trayectoria (corto plazo). Si queremos ser como Alemania, entonces debemos adoptar instituciones alemanas, no copiar al chavismo. El nuevo gobierno tiene que llevar adelante una reforma institucional, y no corregir políticas K.
El autor es profesor del Departamento de la Escuela de Negocios de la Universidad de Denver
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