Negociaciones: los cuatro pedidos sin precedentes que el Gobierno le pidió al Fondo
Quita de capital, refinanciación a más largo plazo, reducción de las sobretasas y más laxitud en el ordenamiento de las cuentas fiscales parecen propuestas poco probables de ser aceptadas por el FMI
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El ministro de Economía, Martín Guzmán, admitió ayer frente al Presidente y gobernadores que “el sendero fiscal” es el punto principal que impide que haya un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el gráfico que presentó el funcionario muestra que la propuesta argentina es lograr el equilibrio de las cuentas del Estado en 2027. Esto choca con las exigencias del organismo, que pide en los programas de facilidades extendidas un ordenamiento fiscal más acelerado.
“En economías que se encuentran con los mismos programas de Extended Fund Facility [el que está negociando el Gobierno con el FMI] suelen solicitar entre dos y tres años para la consolidación fiscal”, dice Santiago Bulat, economista de la consultora Invecq, y da como ejemplo lo sucedido en Ecuador y Kenia.
El sendero fiscal que diseñó Guzmán no es el único punto sin precedentes que el Gobierno intentó proponerle al FMI con poco éxito al momento. En los últimos meses, la vicepresidenta Cristina Kirchner también solicitó una quita de capital de la deuda y que la refinanciación se haga a 20 años, en vez de a 10, como suelen ser los programas del Fondo.
El presidente Alberto Fernández también dijo que para la Argentina era una condición sine qua non que el FMI reduzca las sobretasas que se le cobran a los países que exceden de su cuota correspondiente el crédito tomado.
“El FMI nunca aceptará una quita de capital porque por algo es el prestamista de última instancia. Además, el Gobierno no le hizo quita de capital a los bonistas, así que es poco probable que pidan algo que no hizo en su reestructuración con privados. Por otro lado, el Gobierno quiere refinanciar a 20 años el préstamo sin aceptar ninguna condicionalidad de política económica o de reformas. Lo veo muy difícil”, dice Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma.
Más allá de los pedidos políticos del Gobierno al FMI, la presentación de Guzmán de ayer dejó más dudas que certezas. Esto se ve reflejado hoy en la venta de bonos soberanos y la consecuente suba de 4,2% del riesgo país. Además, este mes la Argentina enfrenta vencimientos de deuda por US$1415 millones entre el pago de capital al FMI (US$722 millones) y los intereses que se empiezan a cancelar con los bonistas (US$693 millones), en un contexto de escasas reservas en el Banco Central.
“Guzmán no explicó ayer cómo busca reducir el déficit fiscal, que se puede hacer de dos maneras, o aumentado la presión tributaria o a través de una fuerte contracción del gasto. El FMI tiende más a que haya ajuste en el gasto y que se bajen los impuestos distorsivos. La otra forma de reducir el gasto en relación con el producto es que haya un enorme crecimiento de la economía, que no se prevé para el año próximo”, indicó Bulat.
Las dudas sobre el optimismo de Guzmán también es compartido por otros economistas, que plantean difícil un crecimiento de la economía sin dólares y con una brecha cambiaria arriba del 100%. “El ministro tiene que explicar por qué la economía crecerá de manera sostenida cuando hay un déficit infinanciable, que se está cubriendo en un 100% con expansión monetaria. Esto genera a su vez un lío en la brecha cambiaria y en las importaciones. Hay un esquema de política económica que no se sostiene porque se pierden reservas. Con este contexto es difícil pensar que la economía crecerá mágicamente”, dice Caamaño.
La consultora Consultatio analizó los últimos programas de facilidades extendidas del FMI y destacó tres exigencias que siempre están presentes: la mejora del resultado fiscal, la acumulación de reservas netas y que no haya atrasos en pagos de deuda externa.
“En el último punto no hay problema porque el Gobierno mostró voluntad de pago. En el tema de reservas, Guzmán dijo que hay consenso con el Fondo, pero para nosotros es más complicado el tema porque el organismo pide acumulación promedio de alrededor de 1,5% del PBI y el ministro hablo de 1% nada más. Lo más problemático, sin embargo, es cómo se logrará esa acumulación de reservas netas, si el año pasado, con todo el viento a favor que tuvimos, no pudimos acumular un solo dólar”, señala Francisco Mattig, analista de Consultatio Plus.
Más allá de las reservas, el economista explica por qué el punto del déficit fiscal es el más lejano de lograr al momento. “El Gobierno propone equilibrio fiscal en seis años, lo cual luce demasiado laxo. Pensar que el programa actual será como el anterior de la Argentina, dónde se llegó al equilibrio fiscal en dos años es utópico, pero entre dos años y seis hay un largo trecho. La visión optimista es que Guzmán puso 2027 para negociar, entendiendo que cerrar en un punto medio como 2024 es factible. La visión pesimista es que esto no es así, el Fondo no lo aprobará y, por lo tanto, el default este a la vuelta de la esquina. Tendemos a creer en la visión más optimista”, indicó.
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