Por qué están cerrando los supermercados chinos
Durante el fin de semana, los clientes del autoservicio chino El Cielo se encontraron con un cartelito en la puerta del local de la avenida Maipú al 2500, en pleno centro de Olivos, que informaba que a partir del miércoles próximo el supermercado iba a cerrar "hasta nuevo aviso". Con algunas variables de fechas -algunos cierran por un par de semanas, otros hasta fin de mes, algunos en forma indefinida-, la historia se repite en distintos puntos del área metropolitana, de Caballito a Claypole, de Parque Patricios a Flores, pasando por Almagro o Merlo.
En el sector no manejan números oficiales, aunque en voz baja reconocen que ya son más de 200 los autoservicios orientales que decidieron tomarse unas vacaciones adelantadas. En términos generales se trata de un número menor -a nivel nacional en el país funcionan más de 8000 autoservicios chinos- aunque de generalizarse la situación puede tornarse sensible en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, donde este tipo de comercios controla cerca del 20% de las ventas de alimentos, bebidas y el resto de los productos de la canasta básica.
A la hora de explicar qué hay detrás de estos cierres no hay una única razón y los comerciantes chinos y las cámaras que los reúnen hablan de una conjunción de causas que los llevaron a tomar esta decisión.
1. Temor al contagio
El miedo a la pandemia no distingue entre comerciantes y clientes y los chinos explican que no es fácil estar en la línea del frente, más allá de las soluciones más o menos caseras a las que apelan como el uso de guantes y barbijos o las cortinas plásticas en plan bunker que pusieron en las cajas. "Tengo hijos chicos y no me quiero arriesgar", explica la encargada del autoservicio chino de la calle Ugarte al 1600, en Vicente López, que ya les comunicó a sus clientes que esta semana se tomarán vacaciones hasta el 1 de mayo
2. Falta de mercadería
Los supermercados chinos se quejan de que tienen problemas en el abastecimiento. A los faltantes que eran previos a la instalación de la cuarentena, como los repelentes o el alcohol en gel, en los últimos días se sumaron otros rubros más sensibles para el canal oriental. "Hay algunos problemas de abastecimiento, por ejemplo en productos de granja y también están entregando menos artículos de limpieza, lo que hace que muchos chinos hayan decidido cerrar unos días o restringir su horario de operaciones a solo tres o cuatro horas al día", explicó Miguel Calvete, director de la Federación de Supermercados Chinos (Fesach).
3. Demanda en baja
Después del boom de compras de stockeo previo a la implementación de la cuarentena, la demanda se frenó casi de golpe en la última semana. El impacto fue especialmente duro para los chinos que habían visto como el boom de compras les pasaba por al lado (los grandes ganadores de esos días intensos en las góndolas fueron los hipermercados). Ahora se encuentran con el peor escenario: muchos clientes están muy stockeados en sus casas y limitan sus compras en el chino a algún faltante. "Después de esas jornadas de venta para stockear alacenas de casas particulares que tuvimos hace siete o diez días, ahora reina la calma total en los comercios. Ya no hay plata y todos los comerciantes están bajando sus stocks", explica en un supermercado mayorista. Los mayoristas son una víctima directa de los cierres de los chinos, ya que históricamente fueron sus principales clientes (y aún lo siguen siendo).
4. Xenofobia
De acuerdo a los datos de la consultora Scentia, después del boom de compras de stockeo en los hipermercados, en la última semana los negocios de proximidad son los grandes ganadores del consumo. ¿Las razones? Las restricciones que aplican las grandes superficies al ingreso de clientes y el temor al contagio de algunos consumidores. Los autoservicios chinos, sin embargo, no se vieron beneficiados por un mayor flujo de clientes y los comerciantes de la colectividad le echan la culpa a una campaña de xenofobia en las redes. "Cada vez hay más discriminaciones en las redes sociales, algunas por malicia, otras hechas por gente gente que debe estar aburrida en casa y no sabe qué hacer. Son memes que son muy comunes en la Argentina, pero que para la idiosincrasia china no son nada graciosas", explican en Casrech, una de las cámaras que reúne a los comerciantes chinos.
5. Las clausuras oficiales
A partir de la puesta en vigencia de los nuevos precios máximos para los productos de la canasta que dispuso el Gobierno se multiplicaron los controles y las clausuras de negocios por parte de la Secretaría de Comercio. Los chinos se quejan de que las medidas que se toman contra sus comercios son mucho más duras que con la competencia. "Siempre nos eligen a nosotros para clausurar, que somos el eslabón final de la cadena pero en muchos casos el precio máximo que nos quieren imponer es más alto que el valor al que el chino compra el producto", se queja Yolanda Durán, presidenta de Cedeapsa, otra de las cámaras que reúne a los supermercados chinos.
6. Seguridad
Los recuerdos de situaciones de crisis que derivaron en saqueos como los de 2001 o 2013 funcionan como un antecedente cercano para los supermercadistas chinos que fueron las principales víctimas de los ataques. En este sentido, no hay que perder de vista que hoy los autoservicios de propiedad oriental en muchos barrios humildes son los únicos comerciantes que se atreven a instalarse en las villas o en barrios carenciados. "En años anteriores los chinos fueron los primeros en ser saqueados. Y ahora están bajando stock de sus depósitos porque algunos están asustados", explicaron en un mayorista.
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