Millonarios de shopping: el mayor coleccionista de casas de lujo llega a Londres
Kenneth Griffin acaba de comprar la propiedad más cara de la capital inglesa y la suma a sus inversionesen EE.UU.
En el mercado inmobiliario hay dos tipos de personas: los que alquilan y los que compran. Y luego está Kenneth Griffin, el multimillonario que hace tres años revolucionó el mundo del arte al pagar US$500 millones por un cuadro de De Kooning y uno de Pollock. El fundador del fondo de cobertura Citadel es un hombre récord. En su cartera de propiedades tiene seis viviendas con las que batió todos los registros.
Ken Griffin amasa una fortuna personal estimada en US$9900 millones, según Forbes. Es pequeña comparada con la de Warren Buffett o la de Jeff Bezos , pero suficiente para colocarse entre los 45 más ricos de Estados Unidos . Se la debe a la firma Citadel, que gestiona activos por un valor de US$28.000 millones. La fundó en 1990, aunque empezó a comprar acciones tres años antes, cuando estudiaba en Harvard.
La dirección de la universidad le dio permiso para instalar una parabólica en el techo del edificio donde tenía su dormitorio. Así podía seguir la evolución de los valores en tiempo real. Empezó apostando en firmas de la nueva economía. De ahí a obtener unos retornos de doble dígito en 2017, que le permitieron embolsarse US$1400 millones, de acuerdo con el cálculo de Institutional Investors.
Entre los 7500 millones de humanos que viven en el planeta, por su influencia se encuentra entre los 70 más poderosos. Ken Griffin tiene como rivales en el competitivo negocio de los hedge funds a James Simons, de Renaissance Techologies; Michael Platt, de BlueCrest Capital; Ray Dalio, fundador de Bridgewater Associates, y David Tepper, de Appaloosa Management.
El pasado fue un año complicado para la elite financiera. El fondo de Griffin no rindió tan bien. Aunque vaya a ganar bastante menos, hace unos días trascendió que pagó US$122 millones por una mansión cercana al Palacio de Buckingham que en su día fue hogar de Charles de Gaulle en Londres. Esta operación, cerrada en pleno torbellino del Brexit, supone el precio más alto pagado en la capital británica en una década. Pero Griffin juega en una liga en la que no se dejan llevar por los miedos del común de los inversores. El ritmo con el que compra no tiene precedente. En los últimos años gastó US$750 millones en propiedades. El contrato final de la más cara lo acaba de firmar. Es un penthouse de tres plantas valorado en US$238 millones en una de las imponentes torres de lujo con vistas al gran parque de Nueva York.
El 220 Central Park South es lo más cerca que se puede estar del cielo en el hemisferio occidental. El contrato se firmó sobre planta en 2015, en pleno frenesí del superlujo. Nunca antes se pagó por una vivienda de EE.UU. un precio tan alto. El anterior récord lo tenía Barry Rosenstein, de US$147 millones por una mansión en East Hampton. Y machaca el que marcó Michael Dell en Nueva York.
La construcción de la torre del arquitecto Robert Stern se estimó en US$1400 millones. El penthouse se hizo al gusto de Griffin, lo que elevó el precio. Entre sus recientes trofeos, hay otro penthouse de cuatro plantas en Chicago, que adquirió en noviembre por casi US$59 millones. Ya tenía dos en el Waldorf Astoria. Además, tiene un terreno en Palm Beach valorado en US$200 millones y dos penthouses de US$60 millones en Miami.
Fiebre compradora
La fiebre compradora de Griffin empezó en 1989, a los pocos meses de graduarse, con un apartamento en la planta 16 de la icónica Lake Point Tower en Chicago. Era un espacio modesto, por el que pagó US$150.000 en la época. Tenía 21 años. Lo atrajo el diseño de la estructura con forma de Y. Ahí compraría unos años después con su primera mujer dos unidades en el piso 37. Eso fue antes de mudarse al Four Seasons. Y como otros grandes magnates estadounidenses, el gestor de fondos puso una pica también en la isla de Hawai, donde compró dos mansiones en 2010 y 2011 en Waiulu Street. Pero ninguna llega a la altura del penthouse a los pies del Central Park, el pulmón verde de Nueva York. Equivale a pagar US$100.000 por metro cuadrado.
La adquisición la hizo a través de una filial. Pero el mercado inmobiliario de Nueva York en la gama de superlujo se debilitó bastante, porque los inversores chinos, rusos y europeos ya no muestran tanto entusiasmo. Citadel se prepara para mudarse en Nueva York a un nuevo espacio de oficinas en Park Avenue y la calle 56, a diez minutos caminando desde su nuevo nido.
Aunque Griffin es una de las figuras más influyentes de Wall Street, considera que su casa está en Chicago. Allí, para celebrar el 25º aniversario de Citadel, organizó una fiesta para sus empleados en la que actuó Katy Perry, en una elaborada producción para agradecer su trabajo. También contrató al grupo Maroon 5 para otra en Nueva York. Las dos las pagó de su bolsillo.
Más allá del ladrillo
700 Donaciones
Son los millones de dólares que lleva donados Griffin, incluyendo organizaciones sin fines de lucro y aportes a dirigentes políticos, incluyento tanto a demócratas como a republicanos.
Diario El País
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