Milei vs Sánchez: empresas inquietas, sin estrategia y seguras de una pelea guionada
La tensión bilateral pone incómodo al sector privado, que se debate entre hacer silencio o criticar; temor a que queden afectados el acuerdo Unión Europea-Mercosur y los encuentros del G-20
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Quienes se cruzaron en las últimas horas en Madrid con Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, lo vieron bastante incómodo. Dicen que no le gusta nada, ni a él ni a casi ninguno de los ejecutivos que representa, haber quedado en medio del conflicto entre Javier Milei y Pedro Sánchez. “No me interesa meterme en política partidaria”, le oyeron decir a quien, desde el domingo, se siente forzado a contestarle a todo: primero a las declaraciones del líder argentino, que juzgó “fuera de lugar”, y después a las de la vicepresidenta española, Yolanda Díaz, que había cuestionado a las empresas por reunirse con Milei. “Se está confundiendo: tiene que estar en su sitio como vicepresidenta y como ministra”, reaccionó.
La de Garamendi es la perturbación de todas las empresas. Este martes, en Buenos Aires, en la reunión de junta directiva de la Cámara Española de Comercio en la Argentina, los asistentes acordaron hacer desde acá lo único que tienen a mano y parece más seguro: silencio. Toda postura pública, convinieron, deberá correr por cuenta y emitirse desde las casas matrices. Los aliviaba al menos saber que Milei había decidido no responder al retiro de la embajadora con la misma medida.
¿Incidirá esto en las conversaciones del G-20, el acuerdo Unión Europea-Mercosur o las futuras visitas del presidente argentino? Es lo que algunos empresarios temieron al enterarse de los reproches que agregó José Borrel, alto representante español ante la Unión Europea. La esperanza es que, como en los últimos desencuentros de Milei con Lula y Gustavo Petro, todo se termine aplacando.
El problema reside en que la personalidad y las circunstancias de ambos líderes han conseguido esta vez ahondar el contrapunto. Y hasta impregnarlo de ideología. Hubo un viaje de un presidente, una reunión con empresarios y casi no se habla de negocios. Y eso que el sábado, en la residencia del embajador argentino en Madrid, los 13 ejecutivos invitados habían celebrado el rumbo económico de Milei. Es cierto que, conscientes del carácter explosivo de la gira, las compañías habían ido con reparos: con excepción de Banco Santander, Iberia, Abertis o Dia, que enviaron a sus CEO (Héctor Grisi, Marco Sansavini, José Aljaro y Martín Tocachi, respectivamente), el resto optó por directores. No estuvieron Ana Botín (presidenta del Banco Santander), Marta Ortega (Inditex) y Florentino Pérez (Grupo ACS), presidentes, y ni siquiera José María Álvarez Pallete, CEO de Telefónica. Pero tampoco tienen los empresarios un buen concepto de Pedro Sánchez, a quien le reprochan medidas menos amigables con el mundo de los negocios.
La tensión bilateral y, principalmente, la convicción a uno y a otro lado de no ceder, sorprendió a la mayoría. Justo en momentos en que venían haciendo equilibrio ante una activa pretensión del Palacio de la Moncloa: que imitaran iniciativas conjuntas como la que, la semana pasada, llevó a 30 compañías de primera línea de Alemania a advertir por el peligro que significaría el avance de posturas extremas en las urnas. Una crítica vedada a Alternativa por Alemania, segundo en las encuestas para las elecciones europeas de junio.
En el gobierno argentino están convencidos de que funcionarios de Sánchez convencieron una por una a las empresas de cuestionar a Milei. Tienen además una cronología que, no bien se confirma el viaje de Milei, inician ministros: el 3 de mayo Oscar Puente, de Transporte; el 16, Diana Morant, de Ciencia, y el 17, Yolanda Díaz. La reunión del líder argentino con empresarios fue el 18, el sábado, y el domingo, el 19, su comentario sobre la situación judicial Begonia Gómez. Si alguien pensó el guion, salió perfecto.