Milei quiere bajar el gasto público, ¿quién más?
El gobierno de la Nación está decidido a disminuir las erogaciones de la administración central, pero, ¿qué pasa con las políticas aplicadas por gobernadores e intendentes?
- 3 minutos de lectura'
Con enorme frecuencia se habla del Gobierno, cuando en realidad se debería hablar del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo y del Poder Judicial, de la misma manera que con enorme frecuencia se habla del Estado sin distinguir entre las jurisdicciones nacional, provincial y municipal.
Desde el punto de vista fiscal, este último aspecto es el más importante. Un fabricante de un producto x tiene encima de él a un intendente, a un gobernador y al presidente de la Nación. Por lo cual, para él o ella, la “factura” impositiva tiene tres componentes.
El presidente de la Nación está claramente comprometido con la reducción del gasto público… nacional. Lo mostró en lo que va de su gestión y todo indica que continuará haciéndolo de ahora en más. Pero, ¿qué van a hacer los gobernadores y los intendentes al respecto?
Más precisamente, ¿qué puede hacer Javier Gerardo Milei para convencer a los gobernadores y a los intendentes de imitarlo en materia fiscal? Poco, por no decir nada. Tengo demasiados años para esperar algo significativo de los consensos, los pactos, etcétera.
El tema es más que preocupante, por los tiempos de la realidad, por una parte, y de los funcionarios, por otra parte. No sea cosa que cuando el Estado le dé la razón a un productor en un caso de dumping haga ya rato que la empresa haya dejado de funcionar y sus asalariados hayan terminado en la calle. Algo parecido ocurre con la judicialización de algunas decisiones impositivas adoptadas en el conurbano y en la provincia de Buenos Aires.
¿Qué hacer aquí y ahora? Revisar las decisiones que inducen la importación, versus aquellas que disminuyen el costo local de los productos que pueden ser objeto de comercio internacional, y que las pulseadas políticas interjurisdiccionales no se desarrollen a costa de las personas y las empresas instaladas en distintos puntos del país. ¿Votar “mejor” en 2025? Sí, pero no alcanza.
Todo esto lo vengo diciendo desde hace un buen número de meses. Y sigo insistiendo, porque el problema no solo es relevante, sino creciente. En la economía real, por oposición a la monetaria, cambiaria, financiera, etcétera, la distancia que existe entre el momento en el cual se adoptan las decisiones y aquel en el cual afloran los resultados no se mide en minutos, sino en meses. Esto quiere decir comenzar a corregir, para que los resultados se produzcan en algún momento del año que está por comenzar.
Otras noticias de Javier Milei
Más leídas de Economía
"Un comunista". Caputo dijo que la gente compra dólares porque se va de vacaciones, habló de la polémica de la ex AFIP y criticó a Kicillof
Paso a paso. Cómo hacer compras internacionales en Mercado Libre
Dos muertos. Claves del aeropuerto de San Fernando, escenario de la tragedia
Petróleo. La construcción de la mayor obra de infraestructura de las últimas décadas quedó en manos de cinco empresas