Miguel Kiguel: “Massa no tiene un plan de crecimiento o de bajar la inflación; su objetivo es alejarnos del abismo y lo está logrando”
El economista y exsecretario de Finanzas disertó en la 43º Convención Anual del Instituto Argentino de Finanzas (IAEF)
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SALTA.– “El plan de [el ministro de Economía, Sergio] Massa no es de crecimiento ni tiene como fin bajar la inflación; su objetivo es alejarnos del abismo y lo está logrando”, dijo sin vueltas el economista Miguel Kiguel, ante a un salón colmado de ejecutivos de finanzas que lo escuchaban con atención, en el hotel Alejandro I de esta ciudad.
El director de la consultora Econviews analizó la coyuntura económica en la 43º Convención Anual del Instituto Argentino de Finanzas (IAEF). Su descripción de la actualidad llevó un poco de tranquilidad, pero sus proyecciones no fueron alentadoras.
En primer lugar, el economista repasó las primeras medidas anunciadas por Massa, desde que asumió hace dos meses:
- Mantener el programa con el FMI
- Aumentar las reservas en US$7000 millones
- Bajar el déficit fiscal primario a 2,5% del PBI
- Subir las tarifas
- Discontinuar adelantos transitorios del Banco Central (BCRA) al Tesoro
- Suba de tasas de interés
“Los anuncios que hizo Massa van en la dirección correcta, pero no alcanzan para crecer, para que haya estabilidad económica o para que baje la inflación. Pero por lo menos no vamos a la otra dirección de un ‘Plan Platita’ o de tasas de interés negativas. Tiene buen conocimiento de la política, de cómo funciona la Argentina hoy, y, a pesar de ser abogado, tiene la capacidad de entender la economía y tiene una visión ideológica totalmente contrapuesta de la que tiene [el exministro Martín] Guzmán. Massa es más pro-mercado”, indicó Kiguel.
A diferencia de otras crisis económicas, Kiguel indicó que la actual no es tan profunda como la de 2001 o la de 1989, porque “no hay problemas en los bancos ni crisis de mucha deuda”, pero señaló que es una “crisis muy larga”, que nos encuentra a todos “agotados”.
“No terminó la crisis y todos sabemos que puede haber una mini explosión en cualquier momento. Sin embargo, difícilmente vayamos a 2001 o a una hiperinflación o a una crisis de deuda. Es una crisis con muchos problemas cambiarios. Si se soluciona eso, se pueden empezar a acomodar las cosas”, proyectó.
Entre los desafíos que tiene por delante el ministro de Economía, Kiguel señaló que el más urgente es el de recomponer las reservas del Banco Central, que estaban en US$1200 millones al momento de asumir, si se toman en cuenta las netas (las que puede utilizar el Gobierno), mientras que las líquidas eran negativas. “Los US$1200 millones alcanzaban solo para tres días de importaciones. La Argentina no puede funcionar así”, enfatizó.
Si bien en un primer momento Massa habló de pedir un REPO con bancos privados, Kiguel indicó que es “muy difícil” de hacer. “Primero, porque el BCRA no tiene bonos, y luego, porque los que tiene no valen nada. Además, el mercado mundial está complicado, falta plata y no hay mucho ánimo para invertir en mercados emergentes”, comentó.
De parte de los organismos multilaterales, a su vez, Massa logró destrabar los dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que se amplíe el préstamo. Sin embargo, dijo Kiguel, “es una gota en el desierto”.
Por lo tanto, el problema fue atacado con la implementación del “dólar soja”, que le generó ventas de dólares por US$7000 millones. “Las reservas netas ahora están arriba de US$5500 millones. Parece todo un logro, estamos mejor, pero hay que ser conscientes de que es una solución transitoria. De los US$7000 millones, US$3000 son normales de todos los años y todavía no sabemos cuánto del resto es anticipo de otros meses”, dijo.
El economista explicó que en octubre, noviembre y diciembre, el BCRA suele ser vendedor de divisas y detalló que el año pasado perdió US$3500 millones de sus reservas en ese periodo. Sin embargo, este año parece ser más desafiante. “Tenemos un tipo de cambio más atrasado, la brecha cambiaria es del 110% y no del 75%, y ninguna empresa tiene incentivos para exportar. Todo lo contrario, el incentivo para importar es más alto, porque el dólar está más barato y la actividad económica es entre 5% y 6% más alta que en 2021″, indicó.
Por lo tanto, “no hay una mejora en el balance cambiario y se postergó el problema para diciembre. En agosto, Massa sacó un conejo de la galera. ¿Qué otro conejo de la galera puede sacar ahora?”, preguntó.
Con respecto a la inflación, dijo que se pasó de una inflación mensual de 4% a una de 7% cuando a fines de junio Guzmán obligó a pagar las importaciones a 180 días. “La empresa que importa tiene una incertidumbre porque no sabe cuánto estará el dólar a los 180 días y si el BCRA le dará las divisas. Por eso subieron los precios de todos los bienes importados, mucho más que los servicios”, explicó, y proyectó para este año una inflación de entre 95 y 100%, y una aún mayor para 2023. “El Gobierno necesita ajustar, y la forma de hacerlo es con inflación alta”, comentó.
Finalmente, indicó que “es indispensable volver a generar credibilidad y volver a respetar los contratos y la ley”. Indicó que hoy la gente está “más cansada” de la situación y que eso puede ser “una oportunidad para hacer reformas”.
“Hay una conciencia de que hay que cambiar muchas cosas en la Argentina. El problema sigue siendo de cambio político. Hace falta un cambio de régimen para que la Argentina sea un país distinto. Lo más difícil en el país es sacar leyes, no devaluar. Hay que tener nueva ley de coparticipación, laboral, tributaria y de pensiones. El que llegue en 2023 debe tener una carpeta con todas las cosas que se necesita, como hizo Domingo Cavallo en la década del 90. Después, hace falta un shock y tener paciencia para bajar la inflación”, concluyó.