Miguel Galuccio presentó su renuncia a la presidencia de YPF
Fuentes del mercado y del Gobierno confirmaron la decisión, aunque en la empresa aseguran que aún no es oficial
El CEO de YPF, Miguel Galuccio , presentó su renuncia a la conducción de la petrolera estatal que dirigió desde mayo de 2012 tras la estatización del 51% de las acciones que tenía la española Repsol.
Fuentes del mercado y del Gobierno confirmaron a LA NACION la decisión del ingeniero, quien le confirmó su alejamiento a sus principales allegados por la tarde de hoy. En una reciente entrevista había declarado que "YPF no es Miguel Galuccio".
El presidente de la compañía estatal renunciaría en la próxima asamblea de directivos, a realizarse el 30 de abril, y la confirmación de su salida se da en medio de múltiples rumores de cambios dentro de la petrolera. Para que la decisión de Galuccio quede firme de acuerdo con el estatuto de la empresa, el directorio y, en particular, la asamblea de accionistas debería convalidar su decisión.
Galuccio intentó hasta último momento continuar en la conducción de YPF. De hecho, desde su llegada se encargó de tejer lazos con todo el arco político, incluido el macrismo. El ejecutivo cultivó una relación cercana con Mauricio Macri cuando era jefe del gobierno porteño, pero el vínculo se enfrió en la última etapa del año pasado.
En el Gobierno estaban divididas las aguas con respecto a la continuidad del ejecutivo. El bando denominado "eficientista", que entre otros encabeza Gustavo Lopetegui, el ex jefe de la aerolínea LAN en el país, evaluaba sostenerlo. Del otro lado estaba el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren. El ex presidente de Shell sostiene desde hace tiempo que, si fuese por su criterio, Galuccio debería abandonar la compañía.
Hasta la semana pasada, el presidente de YPF aceptaba la idea de dejar la Presidencia de la empresa (el Gobierno preveía que ese cargo quedaría para Miguel Gutiérrez, el ex CEO de Telefónica), pero se mantendría como CEO, es decir, en el rol de gerente general, aunque tenía previsto negociar cierta autonomía relativa.
La semana pasada, también, recrudecieron las discusiones en torno a su continuidad. En una reunión con legisladores de Cambiemos en el Congreso, Aranguren sostuvo que YPF estaba sobreendeudada. Quien transmitió el mensaje fue el titular de la Cámara Alta, Federico Pinedo, a través de la red social Twitter. Su voz generó desconcierto en YPF.
Desde la estatización, YPF elevó el endeudamiento desde unos US$ 2000 millones hasta los US$ 7000 millones, según números estimados. Debe afrontar intereses por US$ 800 millones anuales, si bien descuenta una parte importante por impuestos.
El nudo que comenzaron a desatar Aranguren y Pinedo era el final de un ovillo enrevesado. Quien planificó el plan de endeudamiento de YPF es Daniel González, su CFO, un hombre cercano y de mucha confianza de Mario Quintana, ex conductor del fondo Pegasus y el actual vicejefe de Gabinete (tiene a su cargo la coordinación de las áreas económicas, a tal punto que formó parte del equipo argentino que negoció la salida del default). Basta con decir que es uno de los directores de Pegasus.
Entre sus allegados, González rechazó la crítica de Aranguren por imprecisa. Según su criterio, la compañía no está sobreendeudada y, si ocurre eso en el último semestre, sería su tarea recorrer el camino del desendeudamiento.
Poco le importaron esos análisis a Galuccio, quien vio la crítica de Aranguren como una declaración de guerra. El domingo pasado La Nación publicó una extensa entrevista al ejecutivo. Allí sostenía: "Las decisiones de YPF pasan por la asamblea. Yo nací en YPF, soy profesional de YPF, me fui a trabajar al exterior y volví. Parte de mi tarea hoy es preparar a la gente que me reemplazará. YPF no es Miguel Galuccio. YPF es un montón de profesionales que trabajan día y noche y que tiene un compromiso impresionante con la empresa, con una gran motivación. Si YPF me necesita, yo voy a estar acá, y si YPF tiene alguien mejor para que corra su negocio, me voy a poner contento de ver a la empresa en una nueva etapa".
En la misma nota, el presidente de la petrolera estatal aclaró: "La visión de YPF no ha sido rediscutida. YPF es una herramienta clave para el desarrollo del país y ésa es mi visión. No sé qué visión tiene [Juan José] Aranguren".
Galuccio llegó a la Argentina en 2012 para conducir la nueva etapa estatal de la petrolera. Para eso dejó un trabajo muy redituable en Schlumberger, una de las mayores empresas de servicios petroleros del planeta. Entre sus mayores logros está el incremento sustancial de la producción de hidrocarburos de la empresa, hasta un punto que logró revertir la caída sostenida en los niveles de extracción que mostraban hasta ese momento tanto YPF como el país. Sus críticos insistirán en otro punto: la petrolera estatal fue la mayor beneficiada con subsidios a la actividad, en especial a la extracción de gas.