Miguel Galuccio: “Nadie viene a invertir a un país para después no llevarse el retorno”
El fundador, presidente y CEO de Vista indicó que es difícil atraer inversiones extranjeras a la Argentina con un cepo cambiario que impide repatriar dividendos o pagar las deudas en moneda extranjera
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El fundador, presidente y CEO de Vista, Miguel Galuccio, participó hoy de la 5ª Conferencia Anual del Centro para la Evaluación de Políticas basadas en Evidencia (CEPE) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) para hablar sobre la transición energética y dejó varias definiciones sobre la situación económica en general en la Argentina.
En una conversación mano a mano con el economista Eduardo Levy Yeyati, decano de la Escuela de Gobierno de la UTDT y director académico del CEPE, Galuccio indicó que es difícil atraer inversiones para la Argentina con un cepo cambiario que impide repatriar dividendos o pagar las deudas en moneda extranjera.
“El cambio climático se está abordando desde la política, donde el relato le ganó a la realidad. Esto es factible y es un hecho, porque cuando se mira lo que hemos logrado en los últimos años con respecto al cambio climático, no han sido avances concretos. En Europa, en algunos casos, estamos yendo para atrás”, criticó el expresidente de YPF.
En este sentido, dejó un interrogante: “De acá a 2050, el consumo de energía será el doble, por el desarrollo económico y por la expansión demográfica. Hay que crear oferta para cubrir el crecimiento del consumo. El carbono hoy explica el 25% de la oferta y a su vez tenemos que duplicarlo. ¿Cómo hacemos para completar ese gap?”.
Y agregó: “El relato fue más rápido que la realidad, porque una de las fuentes fundamentales de la energía es el petróleo y el gas. En los últimos siete años decidimos que no íbamos a invertir lo suficiente en el desarrollo de petróleo y gas, lo cual impactó en el precio de las commodities”.
Para Galuccio, el principal perdedor de todo esto fue Europa, donde se ven precios de electricidad y gas que son “insostenibles”. Asimismo, indicó que actualmente el gas vale US$35 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), mientras que hay industrias que con costos de US$10 o US$15 no funcionan, se funden.
“Europa está en miras de tener una desindustrialización, mientras que Estados Unidos y los países que tiene el hidrocarburo son los ganadores”, indicó.
Por lo tanto, dijo, hay que “tener un programa que nos permita ser realistas en cómo nos movemos para desacelerar el calentamiento global”. Y señaló que el hidrocarburo juega un papel importante y también la política de cambiar los hábitos de consumo.
Luego se refirió a la comunidad financiera, que invierte en compañías que tienen una meta sustentable y pide programas y reportes de forma frecuente sobre el cumplimiento de esos objetivos. “Hay una vocación para atacar este problema”, dijo. Sin embargo, advirtió que en la Argentina “no tenemos políticas para incentivar esa dirección, solo se habló de poner impuestos a la emisión de carbono”.
“Ese es el palo, ¿cuál es la zanahoria?”, le preguntó Levy Yeyati.
“Se podría dar un premio o beneficios de exportación, por ejemplo, para aquellas empresas que más rápido se adaptan a los objetivos planteados, pero nos falta visión”, contestó Galuccio.
En este sentido, indicó que la Argentina se está quedando corta en infraestructura por el crecimiento que hubo en producción, tanto en gas como en petróleo. “El otro punto es la incapacidad de lograr traer dinero de afuera para invertir y tener una macro que nos permita que ese dinero pueda salir. Nadie invierte en un país a nivel mundial para después no llevarse el retorno. Tenemos la incapacidad, en parte, de pagar una deuda en dólares o de distribuir dividendos”, criticó.
Galuccio dijo que no es un problema ideológico, sino que “faltan dólares en el Banco Central y no tenemos una fórmula que nos permita salir por arriba”. Como ejemplo, se refirió a Estados Unidos en 2015. “No hay país en el mundo que ponga más atención en la energía que Estados Unidos. Para ellos, no tener energía es una catástrofe. Barack Obama, en 2015, con la aparición del shale gas decidió levantar la barrera para exportar, siendo un país al que le faltaba energía. Con eso generó el efecto de inversión. Hoy es un país exportador, con un lapso de menos de siete años”, contó.
“¿Hay que apostar a la reacción de la oferta?”, preguntó Levy Yeyati.
“Hay que salir por arriba”, contestó el CEO de Vista, y contó que una empresa global de servicios petroleros tiene US$300 millones de dólares “atrapados en la Argentina, que no se puede repatriar”. Y agregó: “Solo ocurre eso en la Argentina y en Mozambique de todos los países en donde opera”.
Finalmente, concluyó: “Hay que pensar en grande o salir por arriba. Hoy estamos enloquecidos viendo cómo construir un gasoducto. Después tenemos que construir una planta de licuefacción, que para eso se necesitan US$4000 o US$5000 millones, que tienen que venir a la Argentina. Es complicado en el contexto argentino que venga ese dinero. Además, se tardan cuatro años para construirla. Luego vamos a transportar el gas, gastar energía en licuarlo, ponerlo arriba de un barco, llevarlo a Europa, y regasificarlo allá, para luego volverlo a transportar. Sería más fácil traer la industria a la Argentina, después está el punto de vista medioambiental. Sería mucho mejor para el mundo. Es mucho más verde que llevar el gas a Europa”.