Miguel Angel Broda: el economista advirtió sobre los riesgos de la política económica
El economista proyectó una baja, coyuntural, de la inflación. Pronosticó que el crecimiento durante el año será cero y alertó sobre un posible aumento de la conflictividad social.
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El economista Miguel Angel Broda definió a la Argentina como un país “excepcionalmente en decadencia de largo plazo, con inflación crónica, que no genera empleo y que maximiza pobreza”. En un tramo de su exposición ante empresarios directamente encapsuló al país como “de Saturno, fuera del globo terráqueo”.
“Con el populismo y sin plan económico, sea de (Martín) Guzmán o de (Fernanda) Vallejos, el mal menor es predecible. Nos queda rezar y vacunar”, advirtió.
Broda fue el encargado de cerrar el XIII Foro de Economía y Negocios organizado por la Fundación Libertad. “Éramos pocos y ahora tenemos el conflicto entre un equipo económico heterodoxo que ama la intervención del Estado, pero mejor que se quede, porque los Verbitsky, los Basualdo y los economistas de Página 12 que asesoran a Cristina Kirchner generan un agujero negro”.
“Es el peor momento inflacionario desde que asumió Alberto Fernández; el principal combustible [de la inflación] es el desequilibrio monetario”, dijo. Aprovechó para criticar la “lectura” de “Verbitsky y Vallejos”, que toman como base que el año pasado cuando subió la tasa de expansión monetaria, bajó la inflación. “Fue porque la recesión siempre es antiinflacionaria”, agregó.
Sobre cómo sigue la inflación, Broda planteó que bajará a 3% por mes por el anclaje de salarios y los controles de precios crecientes, sobre los que señaló que “sólo en un país como este la secretaria de Comercio puede ser ministro de Economía”. Advirtió que sería una “baja transitoria, por poco tiempo y acumulando ‘inflación correctiva’ para adelante”. Para el año, espera de 45% a 50%.
Agregó: “Sin plan antiinflacionario vamos a un régimen de altísima inflación, que dependerá del ajuste fiscal de 2022 -Dios sabrá quién será el ministro-; afectarán las distorsiones de precios y posiblemente el año que viene la inflación sea mayor”.
Broda analizó la reducción de la expansión monetaria y del déficit. “Chapeau -ironizó-. El equipo económico puede no gustarnos, pero es consciente de sus limitaciones en pesos y en dólares”. Sobre cómo sigue la dinámica, calculó que con la segunda ola de coronavirus -aun asumiendo que hay más vacunas y amesetamiento de casos y una nueva suba de tarifas- el déficit será mayor al esperado, por lo que habrá más emisión y se requerirá “colocar mucha más deuda en lo que resta del año”.
Cuando evaluó la evolución de los subsidios económicos -que crecieron 95,7% real interanual en el primer trimestre-, Broda lo analizó como si fuera el Gobierno: “Tenemos que ganar las elecciones a cualquier costo, independientemente de cómo quedan los precios relativos y como si gobernara otro gobierno en 2022 y 2023″.
Sobre la actividad, planteó que ya antes de la segunda ola el rebote se había frenado, y hacia adelante estimó que durante este año el “crecimiento es cero, aunque durante el año da 6% que es básicamente el arrastre del primer trimestre”. “Aun con el kirchnerismo en el gobierno, se agrava la posibilidad de conflicto social”, enfatizó, y advirtió que la “tragedia” es que la pobreza y la indigencia “o se mantienen o suben”.
No descartó que la tensión cambiaria vuelva en algún momento: “Creemos que se va a mantener la política cambiaria por lo menos hasta las elecciones, que la tendencia entre las brechas es levemente creciente con aumento de la intervención del Estado”. Para fin de año proyectó un dólar oficial de $108/$112.
EL MUNDO
En su presentación, el economista repasó el contexto global, al que definió como “muy positivo”, con revisión “al alza” de las perspectivas de crecimiento. La “sorpresa positiva” se fundamentó, dijo, en los progresos en la contención del coronavirus, la aceleración de la vacunación y las políticas expansionistas fiscales en el mundo desarrollado. En ese último punto destacó el “paquetazo” fiscal de Estados Unidos, que totaliza unos US$7,4 billones (dos tercios del programa es gasto social). “Estamos al frente de algo sin precedentes, de una magnitud sin antecedentes”, agregó.
“Los grados de libertad para hacer políticas monetarias expansivas y fiscales son muy diferentes, incluso entre países con una macro ordenada –describió-. Los emergentes tienen límites y algunos han tenido que subir sus tasas de referencia, tienen margen acotado de la capacidad de Estado para empujar la economía”.
Respecto del dólar a nivel global, Broda proyectó un “leve deterioro” de su valor respecto del resto de las monedas. Sobre la Eurozona, estimó que habrá –con retraso de un trimestre- una “recuperación fuerte” si continúa la aceleración de la vacunación, y China terminaría el año 11% “más grande” que en el nivel prepandemia. América latina crecería 5,1% este año y quedaría en el nivel anterior al coronavirus.
A Brasil lo caratuló de “país en riesgo”, que expandió el gasto como si fuera desarrollado. “La opción del empresariado está entre [Jair] Bolsonaro –quien es un peligro- y Lula. Es como si en el ’23 tuviéramos que elegir entre Máximo [Kirchner] y Axel [Kiciloff]. Si no aparece un candidato de centro es una opción muy negativa para la región”, sostuvo.
En resumen, para Broda hay un “boom” en el corto plazo y “preocupación” en el mediano y largo. “Es excesivo el nivel de gasto, hay mucho gasto en economía del bienestar y ya vimos el resultado en Europa, le quitó dinamismo”, dijo.
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