Por decreto, se reformó el estatuto de la Casa de Moneda para incluir investigaciones y gestiones vinculadas a blockchain, nuevas tecnologías y criptografía
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Por primera vez desde 2003, se reformó el estatuto de la Casa de la Moneda, la sociedad del estado encargada de la impresión de los billetes, pasaportes, patentes, formularios y diplomas, entre otros documentos públicos. El decreto fue firmado por el presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía, Martín Guzmán, y Juan Manzur, jefe de Gabinete.
En particular, los cambios apuntan a incorporar funciones al objeto de la empresa. La justificación es que en un entorno de avances en materia de transacciones, pagos, trazabilidad, inteligencia artificial y digitalización, la Casa de Moneda debe incorporar nuevos procesos tecnológicos vinculados con “blockchain, tecnologías criptográficas y activos digitales”, según la medida.
Se da en un contexto de volatilidad del tipo de cambio, falta de confianza en la moneda nacional y de incipiente debate con respecto al peso.
El Gobierno dispuso que Casa de Moneda tendrá entre sus objetos el desarrollo, gestión y operación de softwares para emitir, revocar y administrar validaciones y certificaciones digitales. De acuerdo con fuentes oficiales, esto se desprende de una decisión de estudiar mecanismos de digitalización de los productos que genera la empresa, como los billetes. Además, estará facultada para desarrollar y gestionar “bases de datos centralizadas y descentralizadas y plataformas transaccionales de todo tipo”.
Además, incorpora como función la de efectuar la “administración de servicios transaccionales y la gestión y ejecución de pagos y/o cobranzas por cuenta y orden de terceros a través del uso de dispositivos electrónicos, de plataformas transaccionales o de cualquier otro medio”. Según fuentes oficiales, esto permitirá llevar adelante avances en un objetivo del Gobierno: brindar a los organismos del Estado opciones transaccionales de pago. Ante la consulta de qué tipo de mecanismos, la Casa de Moneda prefirió no emitir comentarios.
Sin embargo, aclararon que “no es política del Estado nacional la emisión de moneda digital”. La intención no sería avanzar hacia un desarrollo de una criptomoneda cuyo uso y difusión, además, está vetado por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Con el organismo de crédito se pactó desincentivar su proliferación.
Otra de las incorporaciones al estatuto es “efectuar la gestión, administración y transmisión de servicios y bienes digitales y el procesamiento e intercambio digital de datos y cuentas”. No se brindaron precisiones sobre cómo impactará en la gestión de la Casa de la Moneda, siendo que esta función dista ampliamente de las que llevaba adelante hasta ahora.
Además, la sociedad del Estado deberá comenzar a investigar la evolución de los entornos tecnológicos que utilicen bases de datos de todo tipo y los productos digitales que en ese marco se generen “con el fin de desarrollar informes periódicos”, como así también productos similares y complementarios que puedan ser comercializados dentro del amplio espectro de productos que ofrece Casa de Moneda.
El principal objeto de la sociedad es la fabricación de dinero circulante, especies valoradas, instrumentos de control y recaudación y documentos especiales o generales de todo tipo y especie que le requiera el Estado nacional y, de manera subsidiaria y en la medida que no interfiera con esa actividad, atender necesidades similares del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de las provincias, los municipios, estados extranjeros y realizar toda clase de impresos para entes oficiales y privados, nacionales o extranjeros.
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