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En solo dos años, Johnny Boufarhat ha convertido su plataforma de alojamiento de conferencias en línea, Hopin, en una empresa valorada en más de US$5.600 millones.
Emplea a más de 500 personas, pero a algunas de ellas nunca las ha conocido y ninguna trabaja desde una oficina central.
Según la Lista de Ricos de The Sunday Times, Boufarhat, de 27 años, es ahora el multimillonario más joven del Reino Unido y, en una ronda reciente de recaudación de fondos, Hopin consiguió US$400 millones de inversores privados, lo que le da una valoración impresionante de US$5.650 millones.
Pero le gusta hacer las cosas de otra manera.
“Ser una empresa completamente remota nos permite hacer cosas que otras empresas no han podido hacer antes”, explica Johnny Boufarhat, desde su última propiedad de alquiler de Airbnb en Barcelona, España.
No importa no tener una oficina permanente, este emprendedor ni siquiera tiene una casa permanente.
Es un nómada digital que se mueve de una propiedad de alquiler a otra, y dirige su empresa desde donde sea que se encuentre.
“Hace diez años no podía hacer esto porque el software no era lo suficientemente bueno, enviar correos electrónicos de un lado a otro no era suficiente”, señala Boufarhat.
No es una decisión ideológica, agrega, el trabajo remoto acaba de demostrar ser más eficiente a medida que la empresa se ha expandido a una velocidad vertiginosa.
Tiempo perfecto
Hopin apenas comenzó en 2019 con seis empleados, pero creció exponencialmente durante la pandemia, ya que los confinamientos significaron que la industria de conferencias fue efectivamente suspendida.
Hopin intervino para ofrecer una alternativa en línea. Al igual que Zoom, estaba en el espacio tecnológico adecuado en el momento adecuado.
La plataforma ha albergado más de 80.000 eventos desde 2020, trabajando con organizaciones y empresas como Naciones Unidas, la OTAN, Slack y Unilever.
No tiene planes inmediatos para cambiar el modelo de trabajo remoto que tan bien le ha servido a su emprendimiento.
De hecho, ha desarrollado una cultura empresarial digital única para respaldarla.
Es un formato que podría indicar cómo se lanzan y administran más empresas en el futuro.
Tienen una reunión de video en la “sala de conferencias” para todos los 500 empleados que se realiza una vez al mes en la propia plataforma de Hopin, que Boufarhat describe como “más como un programa de juegos de televisión”.
Cuando se trata de los aspectos prácticos de trabajar físicamente separados, Hopin aprovecha el software colaborativo basado en la nube: Microsoft Teams, Slack, la plataforma de mensajería de video Loom, Figma (para el trabajo de diseño) y Notion (que le permite compartir información en Notas Wiki).
Hay bots para vigilar la plataforma de mensajería Slack, que empareja a colegas al azar una vez al mes para tomar un café en línea (en un intento por reemplazar esos momentos de descanso en la oficina).
Hopin también realiza una encuesta mensual con el personal en línea para ver qué áreas de la vida laboral necesitan mejorar.
Boufarhat cree que un mundo posterior al confinamiento habrá deseos de que los colegas se reúnan en persona por razones sociales, pero para el trabajo no es probable que sea necesario porque sus herramientas de productividad son muy buenas.
“Además, el trabajo remoto nos ha permitido contratar a un grupo de talentos global”, agrega, “lo cual es necesario cuando estás creciendo tan rápido”.
“Me convirtió en una persona diferente”
Su historia personal es convincente: la idea de Hopin nació por una enfermedad.
Su familia es originaria del Líbano, pero nació y se crió en Australia, antes de mudarse a Londres cuando era adolescente.
Viajó con su novia por el sudeste asiático en 2015, después de obtener un título en ingeniería mecánica de la Universidad de Manchester.
Pero en el viaje se contagió con un virus que lo dejó inmunosuprimido. De vuelta en Londres, estuvo en cama durante meses.
“Me convirtió en una persona diferente”, recuerda Boufarhat. “No podía salir de mi casa, estaba vomitando, la fatiga era muy, muy mala. Después de más de un año, estaba realmente volviéndome loco. No sentía que pudiera seguir viviendo una vida tan cerrada”.
Aunque sentía que podía socializar hasta cierto punto en línea, gracias a las redes sociales y YouTube, luchó para conectarse y sintió que su carrera estaba en caída libre.
Pudo hacer ciertos turnos de trabajo independiente de codificación para mantenerse a flote financieramente, pero se sentía en el limbo.
Asistir a seminarios web y videoconferencias era algo que podía hacer con éxito cuando estaba postrado en la cama, pero descubrió que no se podía conocer gente y hacer nuevos contactos, y se dio cuenta de que esa era la clave del progreso.
“Puede que haya 1.000 personas en el seminario web, pero básicamente eran solo dos personas hablando y ni siquiera se podía ver quién más estaba mirando contigo”, recuerda Boufarhat.
Su solución fue codificar él mismo la primera versión de Hopin, que está diseñada para ser una experiencia interactiva para los delegados, permitiéndoles conectarse con otros asistentes a través de mensajes y salas de reuniones en línea.
En algún momento, logró mejorar su estado de salud al experimentar con diferentes dietas.
“Mirando hacia atrás, la enfermedad me dio una segunda vida, me puso en la misión de hacer el mundo más pequeño”.
En 2019 finalmente se sintió lo suficientemente bien como para lanzar el producto que había ideado durante su encierro.
Entonces no sabía que una enfermedad global, covid-19, sería la que conduciría a la aceptación y éxito masivo de su empresa.
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