Mes por mes o todo junto: cuándo y cómo conviene pagar el ABL
Qué números hay que mirar y cuáles son las recomendaciones de los expertos
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Pagar todo el impuesto anual o esperar y hacerlo mes a mes durante todo 2023. Es uno de los dilemas que enfrentan los contribuyentes al comenzar cada año, al recibir en sus domicilios las boletas de impuestos como el ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza). Porque ese impuesto inmobiliario, que cobra cada gobierno provincial, suele llegar en enero con la posibilidad de ser cancelado de forma total o en el habitual esquema de 12 meses (en cuotas).
Pero el efecto de la inflación y el ajuste en los montos suma otro factor a la hora de decidir cómo pagarlo. En la ciudad de Buenos Aires, el esquema diseñado por el Gobierno porteño implica que el valor mensual del ABL se ajusta automáticamente con el índice de inflación porteño, con un rezago de cinco meses.
Así, en enero la cuota tomó como ajuste el 6,2% de agosto de 2022, y en febrero tendrá un incremento del 5,6% (así fue el IPC porteño en septiembre del año pasado). Esta metodología de ajuste se adoptó hace algunos años, y reemplazó al esquema anterior, donde el gobierno porteño aplicaba un aumento en el ABL en el primer mes de cada año.
En el caso de optar por el pago completo, el contribuyente podrá esquivar el riesgo inflacionario: en este esquema, el total a cancelar es 12 veces el monto del monto correspondiente a enero. De esta forma, dicen en el gobierno porteño, “se congela cualquier aumento de la inflación que pueda llegar a haber”.
La cuestión es, ¿qué conviene hacer? “Depende del bolsillo de cada uno, no hay una regla”, deslizan en el gobierno porteño, sin sugerir alternativas ni defender alguno de los esquemas.
Ante la consulta de LA NACION, los especialistas plantean que la variable clave, en el caso de que los contribuyentes efectivamente tengan los pesos disponibles para pagar el impuesto completo, es analizar las expectativas de inflación, el ajuste de los ingresos y los otros destinos de ese dinero, con posibles opciones de consumo o inversión.
El economista Gabriel Caamaño plantea que las perspectivas de inflación son la clave para determinar la conveniencia del impuesto. Según el último REM (Reporte de Expectativas del Banco Central), publicado en diciembre, el consenso de analistas proyecta un 99,7% interanual en 2023.
“Si esperás una inflación de al menos 90% anual, es mejor no pagar todo junto. Más si supones que podés conseguir alguna tasa positiva de rendimiento a algún riesgo aceptable. Para que empiece a convenir (el pago completo), la inflación se tiene que ir abajo de 80%, más o menos”, advierte el economista de Consultora Ledesma.
En ese caso, el analista advierte sobre el “costo de oportunidad” y sugiere cubrir el pago del ABL mes a mes y usar el dinero disponible en otros destinos. En otras palabras, invertirlo y generar un rendimiento que intente ganarle a la inflación.
Por su parte, el tributarista Iván Sasovsky critica el diseño del ABL con este esquema de pago anual y ajuste por inflación. “Estas promociones de descuento no aplican en materia fiscal, no deberían existir, porque no reconocen, como en este caso el ABL, ningún principio sobre los cuales se determina la base imponible: ni el valor de la propiedad o el ingreso de las personas que habitan en esas propiedades. Toma el índice de inflación, que no tiene nada que ver con el de los impuestos”, afirma.
A su vez, sugiere evitar el pago anual y cancelar cada cuota mes a mes: “En un año electoral, yo no pagaría anticipadamente nada. Todo lo que se pueda posponer y pagar en cuotas es bienvenido”.
En tanto, el tributarista César Litvin sugiere mirar la evolución de los ingresos de cada contribuyente. “Para un trabajador en relación de dependencia, pienso que conviene pagar ahora porque es probable que los salarios no ajusten por la inflación. Y si los ingresos van por detrás, como viene sucediendo en los últimos años, cada cuota mensual empieza a tener un peso mayor dentro del ingreso y el bolsillo de cada uno”, dice el fundador del estudio Lisicki Litvin & Asociados.
“No obstante, muchos no tienen el dinero para pagar la totalidad, prefieren gastarlo en vacaciones o porque tienen algún egreso no previsto”, agrega.
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