Mercados financieros: otra semana con la inflación en el centro de la atención
La suba de precios no da tregua en la Argentina, mientras que en los Estados Unidos los valores minoristas avanzaron un 0,1% en agosto; la recuperación de la deuda en pesos, en tanto, quedó en pausa, y los inversores se mueven hacia fondos con colocaciones en plazos fijos
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El indicador de los precios al consumidor del mes de agosto en los Estados Unidos confirmó en agosto el peor escenario para el mercado. Pese a la baja en los precios de la energía, la inflación trepó 0,1%. Incluso, la medición que excluye los valores de la energía y los alimentos reflejó un aumento del 0,6% mensual, superando el 0,3% estimado por los analistas. El diagnóstico es claro. La inflación minorista en Estados Unidos persiste y la Reserva Federal deberá prolongar su accionar contractivo. El mercado espera que la entidad aplique una dosis mayor a la mencionada por su titular, Jerome Powell. Los inversores le asignan una probabilidad cercana al 30% al hecho de que la Fed aumente la tasa en 100 puntos básicos. La noticia azotó con fuerza a los mercados, por el temor a los efectos que podrá tener en la actividad la disciplina monetaria. El rubro tecnológico se llevó, en los resultados de los mercados, la peor parte. El Nasdaq cedió alrededor de 4% y está 27% por debajo de sus máximos. Y el spread de tasas entre los bonos de 2 y 10 años se hundió hasta los 41 puntos básicos, para ubicarse en los niveles mínimos de mediados de agosto.
Un traspié en la recuperación de la deuda
Los bonos globales argentinos están mostrando una pausa en el camino de su recuperación. El nuevo esquema del dólar soja y los fondos frescos otorgados por organismos multilaterales fortalecieron la probabilidad de pago de los cupones en 2023. Sin embargo, el malestar en los mercados de deuda global boicoteó los posibles avances. El precio promedio ponderado de la deuda argentina finalizó en un nivel cercano a los US$25,25, tras un descenso cercano al 1,1% en la semana que acaba de terminar. Así, la canasta ponderada de los bonos transita en un rango de precios de entre US$24 y US$25,70, según los datos de las últimas 35 ruedas. Más allá del riesgo idiosincrático, la evolución de la tendencia en el exterior será fundamental para la performance de los bonos argentinos. Desde que salieron a cotizar, en el mes de septiembre de 2020, los títulos presentan caídas de entre el 35 y el 52%, y de acuerdo con nuestros números, esas bajas están explicadas en un 72% por el comportamiento que tiene la deuda emergente.
El panorama de las obligaciones en pesos
La inflación en la Argentina tampoco da tregua. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró en agosto un avance de 7% según lo informado el jueves último por el Indec, con lo cual se superó la expectativa del mercado (las estimaciones rondaban entre el 6,5 y 6,7%). Así, la deuda que se ajusta según el índice CER, que sigue a la inflación, volvió al centro de la escena y mejoró ligeramente sus cotizaciones. No caben dudas que la deuda en pesos en 2023 todavía presenta un horizonte complicado, pero eso no significa que el perfil de vencimientos de corto plazo no sea manejable. A la reducción de la participación del sector privado en las tenencias de deuda en pesos (del 53,7% a fines del mes de mayo al 44,9% en agosto), más el canje de bonos duales, se le suma la posibilidad de financiamiento por parte de organismos multilaterales (sería una asistencia de US$5500 millones de aquí a fin de año). Este último punto disminuye las necesidades de acceso al mercado doméstico, mejorando la perspectiva de los títulos ya emitidos por el sector público.
Movimientos en los fondos comunes
Los flujos de la industria de los fondos comunes de inversión (FCI) mostraron que hay un movimiento particularmente elevado hacia las inversiones de liquidez inmediata; es decir, hacia los fondos llamados money market. De hecho, en lo que va del mes de septiembre, esta clase de fondos presenta suscripciones netas de rescates por alrededor de $300.000 millones, un 96,4% del total operado por la industria en el mismo período. ¿La razón? Hubo bastante expectativa por el hecho que se concretó finalmente el jueves: el Banco Central decidió subir las tasas de interés, llevándolas al 75% nominal anual (107% efectivo anual), tanto para las Leliq, como para los depósitos minoristas a plazo fijo tradicionales, que vienen de mostrar una buena respuesta en el último mes a este tipo de estímulos. Los rumores que hubo antes del anuncio de la medida ya habían generado una reacción y, ahora, esa clase de fondos, cuyas carteras están repartidas, aproximadamente, en un 60% en cuentas remuneradas y en un 40% en plazos fijos, se verán beneficiadas.
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