Guaymallén. La historia familiar del alfajorero que es furor en las redes
Este fue el año de la revelación de un nuevo personaje en las redes: Hugo Basilotta, el empresario detrás de los alfajores Guaymallén. Después de haberse indignado por el precio de sus productos en Estados Unidos y de convocar a otros personajes virales para hacer videos en conjunto, el "alfajorero" tuvo que hacer aclaraciones por un video que desató polémica en las redes.
En las imágenes se ve al empresario recorriendo su planta. Muestra cómo se produce el "Tri Verde", un alfajor de membrillo que salió al mercado a inicios de noviembre. Mientras avanza la línea de producción, él toma un poco de relleno de un pote con una cuchara, lo come y luego la vuelve a dejar donde estaba.
Los usuarios de Twitter se indignaron por el "error" bromatológico de Basilotta, y horas después, el empresario hizo un video aclaratorio donde explicó que ese pote del que tomó el relleno había sido retirado de la línea de producción.
En diálogo con LA NACION antes de que sus videos se viralizaran en las redes, Basilotta relató la historia de Guaymallén, la relación con su familia y la política de ganar por volumen y no por grandes márgenes.
Una historia familiar
"El alfajor de la familia" es el eslogan de la marca creada por Ulpiano Fernández en 1945. Se trata de Guaymallén, un alfajor que pasó a formar parte del podio histórico argentino junto a Jorgito y Fantoche, una terna que atraviesa todas las clases sociales y edades. "Él tuvo la visión de hacer un producto industrial que en ese momento no existía. Solo se consumía lo que se hacía en las confiterías", relata Hugo Basilotta, yerno de Fernández.
Desde 1945 la marca creada en el sur del conurbano bonaerense fabrica alfajores en sus tres versiones: blanco o negro con dulce de leche y blanco con frutas. Este año le sumó una versión de membrillo. La compañía lleva más de 70 años en familia: de Ulpiano Fernández las riendas pasaron a Basilotta, quien la administra junto a su mujer, Cristina Fernández, y sus cuatro hijos.
"Mi suegro murió hace siete años, pero hasta los 94 años venía a la fábrica para ver cómo estábamos trabajando", recuerda Basilotta. La presencia familiar sigue su historia con sus cuatro hijos, hoy todos mayores de 30 años, quienes se incorporaron a la organización en las áreas más afines a su carrera universitaria. Para Basilotta, sus hijos aportan ideas innovadoras y "la fuerza de la juventud", pero él y su mujer tienen la experiencia para aportar en la toma de decisiones. "Tenemos la última palabra", admite.
- El volumen le gana al margen.
La fórmula que, para Basilotta, fue la que llevó a Guaymallen al éxito es "mucha producción, poca rentabilidad". La compañía produce dos millones de unidades por día. "Hace treinta años comenzamos a traer maquinaria de afuera y hoy tenemos toda la producción robotizada. La gente piensa que como el alfajor es barato no tiene tecnología, pero sí que la tiene", apunta.
"Durante todos los ciclos económicos de la Argentina que pasamos desde que iniciamos nuestra actividad siempre mantuvimos márgenes de rentabilidad bajos, de menos del 7%. Si sobrevivimos así todos estos años, ¿para qué lo vamos a cambiar ahora?", dice el hombre que considera que "el director" de su empresa es el ministro de Economía de turno.
Nuestros alfajores los comen personas de todas las clases sociales y de todas las edades. Es el desayuno,el almuerzo o la merienda para muchos
- Los alfajoreros sean unidos.
El podio tradicional del alfajor argentino se disputa entre tres marcas: Guaymallén, Jorgito y Fantoche. Cuando falleció José Fernández, creador de Jorgito, Basilotta dejó un mensaje en Twitter que fue noticia. "Día triste para la familia de alfajores Guaymallen", escribió, y subió una foto con su colega de algunos años atrás. El tuit sorprendió a los medios, pero para Basilotta fue un mensaje natural en el marco de una relación de amistad entre los tres referentes.
"Somos competidores en la calle, pero nos llevamos muy bien entre nosotros", relata. La competencia y la cooperación simultáneas sirvieron a la hora de hacerle frente a un gigante que obligó a que la "torta" del mercado de alfajores se dividiera en más porciones: las "grandes marcas" como Arcor y Terrabusi, que entraron en el negocio con fuerza durante las décadas del 80 y ‘90 y empujaron al podio tradicional a unirse para no perder market share frente al presupuesto enorme de publicidad que tenían sus competidores.
Me encontré con Luis Pagani , dueño de ?@arcor? , la empresa alimenticia numero 1 del País !! " Me pongo DE PIE " !!! pic.twitter.com/ChxgQqRWtP&— N.Hugo Basilotta (@nhbasilotta) November 10, 2019
"Esas marcas nos dieron un empujón muy grande a todos, porque el alfajor hasta ese momento era una golosina más, pero hoy es la número uno indiscutible", apunta. Recientemente, el empresario subió una foto junto a Luis Pagani, dueño de Arcor, y escribió: "Me pongo de pie".
- Una marca con aura.
"Los comen personas de todas las clases sociales y de todas las edades. Es el desayuno, el almuerzo o la merienda de muchos", afirma Basilotta sobre sus alfajores. El empresario asegura que las redes sociales hicieron que se diera cuenta de cuán querida era la marca. "Hay cierto fanatismo, sobre todo entre los que consumen los de fruta", asevera. Desde 1945, "el logo del changuito con el burrito" se mantiene intacto, a pesar de los cambios en colores y texturas del packaging.
Si bien la marca tiene un presupuesto para publicidad "para regar la plantita", dice, un golpe de suerte en 2014 los revitalizó. Basilotta es un apasionado del boxeo que descubrió a un joven con potencial y decidió sponsorearlo. Con los años, ese joven le devolvió el favor en un episodio memorable frente a millones de espectadores. Era 2014 y el Chino Maidana recién terminaba de pelear contra Floyd Mayweather en Las Vegas.
Mientras lo buscaban para entrevistarlo, pidió "one moment" ("un momento") para morder un Guaymallén que tenía en sus manos mientras otros intentaban arrancárselo, en un intento fallido de evitar el "chivo" fugaz que logró que llamaran a la compañía para pedir sus productos "en Europa y Estados Unidos", cuenta el empresario.
Minibio
Control
Hugo Basilotta tomó el control de la fábrica de alfajores fundada por su suegro en 1945. Hoy, junto con su esposa, Cristina, y sus cuatro hijos conforman el management de la compañía
Portafolio
Desde hace más de 70 años la marca del sur del conurbano fabrica alfajores en tres versiones: chocolate, dulce de leche y frutas. "No vamos hacia el mercado de las galletitas, no nos interesa", asegura el empresario.
Santísima Trinidad
Guaymallén se disputa con Jorgito y Fantoche el liderazgo en el mercado popular de los alfajores
Conexión deportiva
Basilotta es un fanático del boxeo y logró colar su marca en la pelea que el Chino Maidana tuvo contra Floyd Mayweather en Las Vegas.
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