Menos mal que Putin no razona como Paula Español
Esta columna fue publicada originalmente el 15 de abril
Alberto Ángel Fernández, mi hermano y yo, recibimos la vacuna Sputnik V. Gracias a que Vladimir Putin no razona como la actual titular de la Secretaría de Comercio. Porque, ¿qué sería de los argentinos si el premier ruso prohibiera la exportación de vacunas contra el coronavirus hasta que el último ruso estuviera vacunado? Y por favor, no me digan que la carne vacuna es más importante que la referida vacuna.
Paula Español está a favor de prohibir la exportación de carne vacuna, mientras que Cecilia Todesca, la vicejefa de Gabinete, está en contra. Que sobre una misma cuestión diversos funcionarios tengan diferentes opiniones no tiene nada de particular, pero a diferencia de lo que ocurre en otros países, o de lo que ocurría en el nuestro hace algún tiempo, lo que aquí y ahora no está claro es quién, dentro del Gobierno, tiene la última palabra. Y ante la duda, cabe esperar que el sector privado adopte sus decisiones sobre la base de la peor alternativa.
Si baja el precio de las bicicletas, en el corto plazo disminuye el correspondiente nivel de producción, mientras que si disminuye el precio relativo de la carne vacuna, en el corto plazo aumenta la faena. Porque el propietario de un campo que puede utilizar la superficie para criar ganado o producir granos, salvo que piense que se trata de un fenómeno absolutamente transitorio, liquidará parte de su stock de animales para hacer lugar en su campo y dedicarlo a la agricultura.
Esta es la razón por la cual, en el corto plazo, el funcionario que dispone la prohibición de exportar carne encontrará que la oferta de ganado no solo no disminuye sino que aumenta. Sería trágico que interpretara esto como una señal de que los libros de economía no sirven para nada, y que él (o ella) ganará el Nobel.
La realidad es otra. La dinámica de la oferta de ganado genera el ciclo ganadero. La decisión de prohibir las exportaciones disminuye el stock deseado de animales, lo cual se logra aumentando la faena. La diferencia con el caso de las bicicletas no tiene nada que ver con la racionalidad de los productores de rodados y de carne.
Pero la historia no termina ahí porque la etapa de liquidación de ganado es seguida por la de retención cuando, por el resultante aumento del precio del producto, vuelve a tener sentido aumentar el stock de ganado. Ocurrió durante los primeros gobiernos kirchneristas. Si lo intentamos de nuevo volverá a ocurrir.
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