Dura advertencia del FMI: dijo que la situación económica de la Argentina es “muy preocupante” y manifestó su inquietud por la suba de la inflación
El organismo manifestó que controlar el alza de precios debe ser “prioridad absoluta” y por primera vez puso en duda la efectividad de la política utilizada para lograrlo; además, empeoró sus pronósticos para la economía global, aunque mantuvo las proyecciones para el país plasmadas en el acuerdo
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WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que la situación económica en la Argentina es “muy preocupante” y que bajar la inflación debe ser la “prioridad absoluta” del Gobierno, aunque por primera vez puso en duda que la política económica pueda llegar a lograrlo, un crudo panorama para el país en medio de la crisis.
“La situación en la Argentina es muy preocupante”, dijo el economista Jefe del Fondo, Pierre-Olivier Gourinchas, al responder una pregunta de LA NACION en una conferencia de prensa en Washington en la que se presentaron las últimas proyecciones mundiales del Fondo.
“La Argentina tiene en este punto un proceso inflacionario que no está anclado. La inflación interanual en junio fue del 64% si no me equivoco. Hay expectativas de que podría aumentar aún más en el transcurso del año. Y, por supuesto, reducir la inflación a un nivel más estable, a un entorno macroeconómico más estable, tiene que ser la prioridad absoluta para el país. Queda por ver si las políticas que se han implementado hasta ahora lo van a lograr, eso está por verse. Sin duda, ese es el tema que hay que abordar de frente”, cerró.
Las advertencias de Gourinchas llegaron un día después de que la ministra de Economía, Silvina Batakis, se reunió en Washington con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el staff que trabaja con la Argentina.
El Fondo presentó este martes en Washington su última actualización del Panorama Económico Mundial (WEO, según sus siglas en inglés), el informe insignia del organismo con sus proyecciones para la economía global y sus países miembros. El Fondo mantuvo las previsiones de crecimiento para la Argentina en el 4% para este año y 3% para el próximo, pero se trata de dos estimaciones que ya estaban plasmadas en el programa económico vigente con el país y que fueron incluidas en la primera revisión del acuerdo, en junio, y han quedado desactualizadas ante la vertiginosidad de la crisis económica de las últimas semanas, que disparó la inflación esperada en el país este año.
El informe pinta un panorama turbio para el mundo: menos crecimiento, más inflación, y el riesgo de una recesión en el horizonte. El Fondo recortó drásticamente las perspectivas de crecimiento como consecuencia del “estancamiento” en los tres principales motores del mundo: Estados Unidos, China y la eurozona. Y a pesar de un histórico “ajuste monetario sincronizado” para controlar los precios, el Fondo dijo que igual prevé una inflación más alta.
“El mundo pronto podría estar tambaleándose al borde de una recesión global, solo dos años después de la última”, resumió Gourinchas al abrir la conferencia de prensa.
El Fondo prevé una desaceleración más aguda de lo anticipado para este año: bajó casi medio punto su pronóstico de crecimiento global, a 3,2% para este año, y cerca de un punto para el año próximo, a 2,9%.
Pese al menor crecimiento, el Fondo espera más inflación, en parte por los aumentos de los precios de los alimentos y de la energía, atados a la guerra en Ucrania. El organismo estima que la inflación será este año de 6,6% en las economías avanzadas, y el 9,5% en las economías emergentes, cerca de un punto más que en las proyecciones previas. Gourinchas dijo que la prioridad de la política económica es controlar el alza del costo de vida y estabilizar las economías.
“El ajuste monetario sincronizado resultante en todos los países no tiene precedentes en la historia y se espera que sus efectos perduren, con una desaceleración del crecimiento mundial el próximo año y una desaceleración de la inflación”, indicó Gourinchas. “Una política monetaria más estricta inevitablemente tendrá costos económicos reales, pero retrasarla solo exacerbará las dificultades. Los bancos centrales que han comenzado a aplicar medidas restrictivas deberían mantener el rumbo hasta que se controle la inflación”, abogó el economista.
El Fondo enumeró varios riesgos. La guerra en Ucrania podría llevar a un corte en los despachos de gas a Europa en el invierno boreal. La inflación podría “permanecer obstinadamente alta” si los mercados laborales se mantienen muy ajustados, o si las expectativas de inflación se desanclan. Las subas en las tasas de interés también pueden llegar a provocar un aumento del endeudamiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, como la Argentina. Y los nuevos brotes y confinamientos por la pandemia del coronavirus podrían frenar aún más el crecimiento de China. Por último, la inflación puede provocar protestas sociales.
Gourinchas dijo que en un escenario en el que estos riesgos se conviertan en realidad, el freno en la economía global será mucho más pronunciado. “Bajo este escenario, tanto Estados Unidos como la zona del euro experimentarán un crecimiento cercano a cero el próximo año, con efectos colaterales negativos para el resto del mundo”, señaló.