Mendiguren admitió que se revisarán las nuevas trabas a las importaciones y habría correcciones
El secretario de Industria afirmó que el objetivo central es que no se frene la actividad; el anuncio de las nuevas medidas de trazabilidad será esta semana; advertencia de las empresas alimenticias por los insumos
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CORDOBA.- El secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren, afirmó a LA NACION que el nuevo listado de restricciones a las importaciones que se difundió ayer será revisado en función de que puede haber correcciones necesarias. “El objetivo es que no se caiga el nivel de actividad, de empleo y de exportaciones”, subrayó. Sostuvo que los primeros pasos se dieron para “cortar con las importaciones suntuarias; identificar las fugas de dólares por ilícitos y la trazabilidad”, que se anunciará esta semana.
Mendiguren participó en el XIV Coloquio de la Unión Industria de Córdoba (UIC), donde también estuvo el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja. El funcionario insistió en que la economía está generando “más dólares, pero no los suficientes” y consideró que las divisas del superávit comercial de los últimos años no fueron bien manejadas.
La brecha cambiaria es “un problema sobre el que hay que trabajar porque impulsa a sobre stockearse”, reconoció. En su presentación planteó que cuando asumió el equipo de Sergio Massa en el Ministerio de Economía reinaban los “peores pronósticos” pero “logramos estabilizar la macro; se recompuso la relación con los organismos internacionales; se alejó el default en pesos y conseguimos reservas. La pulsión devaluatoria se pudo evitar. Somos conscientes del problema de la brecha, de que la falta de dólares y la inflación nos están complicando, pero una devaluación brusca licuaba salarios y echaba nafta a la inflación”.
Consultado por este medio sobre las nuevas restricciones a las importaciones, Funes de Rioja señaló que en la Copal (cámara que reúne a las empresas alimenticias) revisaron el listado y detectaron algunos problemas, por ejemplo, con los insumos para el packaging. La UIA, en cambio, todavía estudia la norma.
Dijo que “avanzaron” en el ordenamiento del Sistema Integral de Monitoreo de importaciones (SIMI); calificó de “inteligente” la decisión de incluir la fecha de pago en el sistema y rescató haber diseñado una ventanilla única para los pedidos de las cámaras empresarias.
Cruce por el “dólar Qátar”
Mendiguren, ante los periodistas, indicó que está en debate la decisión de crear un “dólar Qátar”: “Vamos a estudiarlo; en el día de la Industria, en Santa Fe, todos me decían ‘Vasco, vamos con el dólar turista’, pero después todos se borran. Vamos a estudiarlo; la decisión es darle prioridad a la producción. Los pocos dólares que hay se destinarán a no parar la producción”.
A su turno, el titular de la UIA afirmó que él “jamás” habló de “dólar Qátar”. “Solo digo que hay que priorizar la producción y cuando me preguntan a cuánto debe estar el dólar, la respuesta es ‘al valor que sea competitivo’ y la competitividad debe ser sistémica”.
En su discurso, Funes de Rioja sostuvo que el desafío de la Argentina es ser competitiva para generar los dólares que se necesitan para producir y exportar, y “dejar de estar rezando” como ahora. “No debemos dejarnos doblegar por la crisis, sino trabajar”, afirmó en su discurso, en el que dijo que la dinámica inflacionaria “quita elementos sustantivos para hacer previsible el futuro inmediato”, agregó.
Barco en un mar agitado
La presentación de la jornada fue con un video con un barco de guerra navegando en aguas turbulentas. Esas imágenes le dieron pie a Marcelo Uribarren, presidente de la UIC.
“Variables fuera de control, baja visibilidad, maquinaria sobreexigida, tripulación bajo estrés, peligro de naufragio. Esta es, creo yo, la situación de las empresas hoy en la Argentina -dijo-. Por lo menos es como yo siento, gestionar día a día una empresa industrial, y el contexto con el que lidian, seguramente, todos ustedes. Todos los días una ola más grande y más agresiva que la anterior”.
Caracterizó la coyuntura como “una economía achicada, asfixiada, llena de cepos, cupos y restricciones. Un país sin rumbo, sin una política de Estado que nos permita salir de tres enfermedades acuciantes: pobreza inaceptable, informalidad extrema e inflación sin control”.
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