Massa duda de la aplicación de una medida que piden las empresas por temor a que pierda sentido antes del Mundial
Un tipo de cambio más alto para los consumos con tarjeta en el exterior cobra fuerza, pero su puesta en marcha se demora; creen que según cómo se implemente, vuelva a atrasarse la cotización frente al blue y los dólares financieros
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En la “desesperación por los dólares” a la que aludió José Ignacio de Mendiguren, el secretario de Industria, el viernes pasado, el Gobierno avanza en el análisis de alguna medida que trabe el acceso a las divisas. El llamado “dólar Qatar” se posicionaría cerca de la cotización de los dólares financieros, que la semana pasada cerraron alrededor de los $300. Lo que hace dudar al ministro de Economía, Sergio Massa, más allá de su convencimiento sobre la idea, es que su aplicación podría desvirtuar el sentido de la medida: encarecer la cotización y desalentar los consumos en moneda extranjera. De allí las demoras en la puesta en vigencia.
Los detalles de su puesta en marcha implicarían una reformulación del dólar tarjeta, y se barajan varias alternativas: a través de un encarecimiento de la percepción del impuesto a las ganancias, o un nuevo tipo de cambio, según fuentes cercanas a su elaboración. Sin embargo, lo más importante para el Gobierno es que, de implementar la medida, el incentivo a que los turistas usen sus propios dólares en vez de los del Banco Central se sostenga y la cotización no quede atrasada ante un aumento del dólar blue.
Uno de los problemas es la estimación de que, incluso en el corto plazo, el anuncio de esta medida podría volver a generar un alza en los dólares libres. Si la implementación del “dólar Qatar” no tiene un esquema de flotación, podría volver a quedar por debajo del mercado informal y con ello, pierde fuerza la medida en sí, porque el pago con tarjetas de crédito y débito volverá a ser más conveniente para los viajeros. Esto es lo que ocurrió con el dólar tarjeta luego de que Silvina Batakis elevara la percepción de ganancias del 35% al 45%.
“Eso puede pasar siempre. Lo más lógico es que el paralelo vaya subiendo y que el turista se tenga que ir actualizando, porque si se queda en $300 y el blue en $320, sigue conviniendo la tarjeta. Para el éxito de la medida, lo importante es que haya ajuste de cantidad, que la gente deje de ver como un incentivo usar el dólar turista”, explicó Fernando Marull, economista de FMyA.
Otra de las trabas se vincula con la creciente aceptación de que el tipo de cambio oficial no es el “correcto”, lo que genera peores expectativas en los mercados. Esto ocurriría, especialmente, si Massa decide fundar una nueva cotización. “Cuando empezás a abrir tanto los precios de los dólares, lo que estás dando como señal es que el precio del dólar no es el que corresponde. Si ya empezamos con el dólar Qatar, dólar para la industria del conocimiento, para el sector petrolero, obviamente que todos esos desórdenes en el tipo de cambio no ayudan. Lo que va a pasar es que cuando tenés múltiples cotizaciones, todos los precios -todo aquel que pueda- se van a marcar al dólar más alto. Muchos de esos precios son convalidados por el exceso de pesos en el mercado”, explicó Christian Buteler, analista financiero.
Por estos motivos es que en el Ministerio de Economía insisten en que la implementación es compleja, las opciones son acotadas y, para definir la medida, aguardan a una serie de encuentros que el titular de la cartera mantendrá con otras asociaciones del sector privado que reclaman la medida, esta semana. En particular, estarán en agenda intercambios con CAME, Camarco (construcción), Adefa (automóviles) y Afarte (terminales de electrónica de Tierra del Fuego). La idea es ver qué propuestas alternativas traen. Hasta ese entonces, Massa no está convencido de avanzar.
Como consignó José del Rio en LA NACION, uno de los esquemas sugeridos implica subir la percepción de ganancias por encima del 50%, pero creen que eso es “pan para hoy y hambre para mañana” porque es un adelanto que luego el fisco debe devolver. La segunda alternativa es un aumento del impuesto PAIS, que se complejiza por la necesidad de que pase por un Congreso en el que el oficialismo no cuenta con los votos suficientes. La última idea, por ahora, se trata de limitar el gasto con tarjetas, como el que se aplicó en la gestión de Cristina Kirchner.
El “dólar Qatar” no se concibió en las oficinas del Palacio de Hacienda, de acuerdo con diversas fuentes. En cambio, fue una propuesta -en tono de demanda- elevada por las entidades empresariales. El jueves pasado Sergio Massa se reunió con el comité ejecutivo de la Unión Industrial Argentina. Fueron los primeros en plantear un esquema para encarecer la cotización que le correspondería a quienes hagan compras con tarjeta en el exterior.
La idea de los empresarios es similar a la que expresó Silvina Batakis, antecesora de Massa, sobre que “el derecho a viajar colisiona con la generación de empleo”. El planteo de las entidades es que los dólares que se van en viajes se deben priorizar para la flexibilización del acceso a la divisa para importar insumos, aunque la intención oficial es retener las reservas y cederlas solo en casos críticos.
“La Confederación General Empresaria propone que el acceso a los dólares baratos debe ser para producir y generar empleo, y no para viajes al exterior o compra de bienes suntuosos“, reclamó este domingo esa entidad en un comunicado. Agregó que “está a favor de que los dólares sean para producir, generar empleo e importar insumos necesarios para la continuidad productiva de los sectores de la pequeña y mediana empresa que los requieran para agregarles valor nacional”.
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