Más impuestos: desconfianza de especialistas por un proyecto oficial
Es una manera de compensar la pérdida de recaudación por la suba del mínimo no imponible para las personas; se trata de una modificación de un “pacto” hecho por el Congreso en 2017
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Poner más plata en el bolsillo de las personas antes de las elecciones no es gratis. El proyecto para subir el mínimo no imponible de Ganancias para las personas implica, de base, una pérdida de cerca de $40.000 millones para las arcas del Estado. Para compensar, el Gobierno propuso subir la alícuota de lo que pagan las empresas. El Poder Ejecutivo remitió un proyecto de ley al Congreso en el que propone subir hasta el 35% la tasa que pagan las compañías con ganancias netas acumuladas por $2,6 millones.
Se trata de la reversión de un proceso iniciado en 2017, con la reforma tributaria, en la que se estableció una reducción gradual de la alícuota que pagan las sociedades. Para todas las empresas, sería del 35% en 2016 y 2017, del 30% en 2018 y 2019 y del 25% a partir de 2020. Primero, la última baja se suspendió mediante la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, la piedra fundamental del gobierno de Alberto Fernández. Por todo 2020, entonces, las firmas pagaron una alícuota del 30%.
Para 2021, el Gobierno propone una estructura de alícuotas marginales escalonadas con tres segmentos en función del nivel de ganancia neta imponible acumulada. Un primer escalón 25% para ganancias netas acumuladas de hasta $1.300.000; el segundo escalón del 30 % para ganancias netas acumuladas de más de $1.300.000 y hasta $2.600.000 y un último segmento del 35% para ganancias netas acumuladas superiores a $2.600.000.
“Este esquema permite reducir el impuesto que pagarán las pequeñas empresas y mantenerlo para las medianas; solo se aumenta para empresas más grandes”, explica el Poder Ejecutivo en un mensaje adjunto al proyecto de ley titulado “Modificación Ley de Impuesto a las Ganancias - Alícuotas de impuesto - Sociedades”. Añade: “Con este nuevo esquema, el 75% de las empresas pagarán una alícuota del Impuesto a las Ganancias más baja que la vigente en el período fiscal 2020″.
A su vez, los dividendos distribuidos pagarán en todos los casos la alícuota del 7%. Según el esquema propuesto en 2017, a partir de 2020 debían estar gravados al 13%.
En el mensaje que envió el Poder Ejecutivo, da algunos fundamentos para la decisión. Asegura que, al momento de bajar las alícuotas en 2017, el fundamento fue “fomentar las inversiones externas y la reinversión de utilidades”, pero, de acuerdo con este Gobierno, la inversión en la Argentina “no es particularmente sensible a la tasa del impuesto a las ganancias y está determinada fundamentalmente por la demanda agregada y el crecimiento económico”.
“De hecho, dicha reducción provocó pérdidas de recursos tributarios afectando el resultado fiscal primario y tuvo nulos efectos sobre la inversión, que se desplomó a partir del año 2018 a raíz de la crisis macroeconómica”, añade el texto. También argumenta que no hubo un efecto positivo en la generación del empleo genuino, sino que las empresas “mostraron una evidente falta de elasticidad-empleo ante variaciones en las tasas impositivas”.
“Un año después de la citada reforma del año 2017, la tasa de desocupación había aumentado 1,9 puntos porcentuales. La situación del mercado de trabajo tampoco mejoró en 2019, año en que la tasa de desempleo superó en 1,7 puntos porcentuales a lo registrado en 2017, ubicándose en 8,9%. En definitiva, la República Argentina exhibe un nivel de recaudación menor que otros países con un nivel de desarrollo similar en el Impuesto a las Ganancias de sociedades, debido a la evasión fiscal y a la reducción de alícuotas del año 2017″, concluye.
Argumenta, asimismo, que el esquema de alícuotas progresivas para el impuesto a las Ganancias que pagan las empresas se utiliza en países como Australia, Canadá, Bélgica, Francia, Japón y los Países Bajos.
El proyecto de ley, de ser aprobado en el Congreso, es retroactivo, por lo que las alícuotas progresivas entrarán en vigencia el día de su publicación en el Boletín Oficial y surtirán efecto para los ejercicios fiscales o años fiscales iniciados a partir del 1° de enero de 2021, inclusive.
Tributaristas dudan del impacto de la ley
“El proyecto indica que el 75% de las empresas tributarán al 25%, pero no brinda detalles acerca de cómo se ha llegado a esa estimación”, apunta Sebastián Domínguez, socio de SDC Asesores Tributarios. El tributarista hizo un cálculo respecto de las ganancias netas de las compañías: si se divide $1,3 millones por 12, el techo del escalón más bajo, eso da, en promedio, $108.333 por mes.
“La suma de casi $109.000 por mes es menor a los $ 150.000 que considera el proyecto de reforma del impuesto a las ganancias para beneficiar a empleados en relación de dependencia”, suma el especialista.
Además, dice, si los cálculos que indica el proyecto con respecto a que el 75% de las empresas tendrá una ganancia promedio mensual de $108.333 es correcta, “estaríamos seguramente en uno de los peores momentos económicos de la Argentina”, agrega. “Esperamos y creemos, más allá de los problemas económicos actuales, que el resultado será diferente y que muy pocas empresas son las que se beneficiarán con una reducción de la alícuota al 25%: entendemos que esta reforma terminará siendo un nuevo incremento de la presión fiscal en la mayoría de los casos, modificando nuevamente las reglas de juego”, suma.
En el mismo sentido, Humberto Bertazza, del estudio Bertazza, Nicolini Corti y Asociados, apunta que “conceptualmente” establecer alícuotas escalonadas podría ser una buena medida, pero que una ganancia de alrededor de US$20.000 al año “no es necesariamente lo que sucede en una ‘empresa grande’”. En definitiva, también sospecha de la estimación del Gobierno que indica que la gran mayoría de las compañías va a pagar una alícuota más baja que la que estaba dispuesta para 2020.
Además, agrega, tal como está dispuesta, esta ley haría embrollos sobre el esquema de fusiones y adquisiciones. “Generalmente, las empresas grandes absorben a otras más chicas; pero en este esquema, si lo hacen, todo pasa tributar el 35%; en cambio, si las dejan de forma independiente, podrían tener alícuotas del 25% o del 30%”, apunta.
“Seguimos haciendo las cosas mal”, dice Gabriel Hermida, socio de Impuestos de Auren Argentina. “En el mensaje y en los considerandos habla de que el impuesto a las Ganancias no pesa en la decisión de inversión de las empresas: las empresas, cuanto más alta la tasa de Ganancias, menos propensas son a invertir”, añade. A eso hay que sumarle la “inseguridad jurídica”, puntualiza, porque se trata de la reversión de un compromiso que se asumió en 2017.
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