Más cepo: cómo funciona la operación de moda para girar dólares al exterior
El Segmento de Negociación Bilateral (Senebi) comenzó a ser más utilizado a raíz del tope de US$35.000 que impuso el Gobierno para que las empresas giren al exterior divisas a través de los bonos Bonar y Global, que son los más utilizados por el mercado
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El Gobierno apretó aún más el cepo a la compra de dólares este fin de semana a través de nuevas resoluciones del Banco Central (BCRA) y de la Comisión Nacional de Valores (CNV). Sin embargo, la creatividad de los argentinos y la experiencia de restricciones pasadas facilitan que se encuentren nuevas maneras de comprar dólares y girarlos al exterior utilizando métodos legales.
Una de las restricciones adicionales que sumó el Gobierno es que limita a 50.000 nominales (US$35.000 aproximadamente) la cantidad de bonos Bonar 30 y 35 (AL30 y AL35) y Global 30 y 35 (GD30 y GD35) que las empresas pueden comprar o vender por semana. Son los títulos más utilizados para hacer la operación de contado con liquidación (CCL) por su mayor liquidez.
En segundo lugar, las empresas deberán unificar la información de las operaciones financieras y cambiarias que hacen la casa matriz y sus subsidiarias. De esta manera, el Gobierno busca evitar que una misma compañía que tiene distintos cuits evite la restricción que establece que, si se hace la operatoria de CCL o MEP, se debe esperar 90 días para comprar dólares en el mercado oficial, que tiene una cotización actual de $70 menos ($166 vs. $96).
A raíz de estas nuevas limitaciones, la operación que comienza a estar de moda es el Segmento de Negociación Bilateral (Senebi), por la cual dos partes pactan un intercambio de bonos. Es decir, una empresa que tiene pesos en la Argentina y necesita contar con dólares en el exterior busca a otra empresa que tiene dólares afuera y necesita pesos en el mercado local. Ambos actores se encuentran y pactan un precio por el intercambio, que no es público y que se rige por la oferta y la demanda. Como en la Argentina generalmente hay más interés por girar dólares al exterior, el precio del intercambio suele ser más caro que el valor del CCL.
“Es un método legal, en el cual no interviene ningún organismo oficial, porque se trata de una empresa que le cede su posición a otra. El balance de la compañía no cambia, solo tiene una composición de sus divisas distinta”, explica Fernando Baer, economista de Quantum Finanzas.
Ezequiel Zambaglione, economista de Balanz Capital, aclara que, para operar por Senebi, hay un monto mínimo de transacción de un millón de pesos, que equivalen alrededor de US$6000, pero no hay tope, ya que se trata de un mercado mayorista. “La otra alternativa es canjear un bono por otro, pero es no es Senebi, es directamente un contrato bilateral por fuera de cualquier mercado, que es lo que el Central quiere evitar con la nueva mención de restringir el canje de bonos por otros activos externos”, indicó.
Además, menciona otros instrumentos que se pueden utilizar para girar más dólares al exterior, como hacer la operación de CCL con acciones de empresas locales que cotizan en el exterior (ADR) o con Cedears, que son certificados que representan acciones de empresas que no cotizan en el país (Apple, Google, Amazon, Uber, por ejemplo).
“La mayoría prefiere hacer CCL con bonos porque el mercado es más grande y son más baratos. Los ADR y los Cedear son más caros porque hay que desarmar esas posiciones. Sin embargo, el mercado está tan entrenado que se opera también sin problemas”, dijo Zambaglione.
El economista indica, sin embargo, que la restricción más importante es la del Banco Central, que limita el acceso al mercado de cambios a las empresas. “Ahora hay que presentar una declaración jurada que establece que la empresa controlante no le transfirió ni pesos ni bonos a sus subsidiarias. Era muy común que algunas empresas pagaran los dividendos con bonos y después fueran al MULC a comprar los dólares para pagar deudas o importaciones, aprovechando su valor más barato. Ahí sí habrá un impacto directo sobre el flujo de demanda. Pero tal vez tenga un efecto en el corto plazo, la gente se pone creativa y después solo pasa a ser más caro”, explicó.
Gustavo Neffa, economista de Research for Traders, indica que es “una restricción cuantitativa adicional, que desincentiva la compra de dólares siempre y cuando sea un operador grande”. “Buscan evitar que la brecha cambiaria no se dispare”, dijo.
“El resultado de esto es un parche que no lleva a ningún lado. Si querés bajar la brecha, tenés que poner menos controles, no más. El paralelo subirá un poco porque es el único que queda sin tanta regulación. Son todas señales que van en la dirección opuesta de la que se quiere lograr: gastar menos dólares y bajar la brecha. A lo mejor, bajan un poco la brecha en los primeros días, pero más restricciones genera más brecha a largo plazo”, concluyó Baer.
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