Martín Redrado: la tensión con el dólar, el FMI y los “puentes” que tiene el Gobierno
Según Martín Redrado, la Argentina está en una "pax cambiaria inestable" que el Gobierno atraviesa con "puentes" de corto plazo hasta llegar a la "otra orilla", que simbolizan la renegociación del programa con el FMI y la liquidación de la cosecha agropecuaria en 2021. "Hasta que no se genere el acuerdo con el Fondo, el país va a estar viviendo un período de altísima tensión cambiaria", proyectó el expresidente del Banco Central durante una exposición en la 41° Convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
Según el economista, las medidas del Gobierno para contener la brecha cambiaria y desinflar las presiones devaluatorias son apenas recursos que sirven para ganar tiempo. "Digo inestable porque esta calma cambiaria está basada en instrumentos que permiten transitar hasta la otra orilla. Son señales fiscales de muy corto plazo que han significado fundamentalmente restringir el financiamiento del Banco Central al Tesoro por una de las dos vías posibles", afirmó Redrado, en referencia al comunicado del Ministerio de Economía donde indicó que no recibirá más fondos de la entidad monetaria en concepto de adelantos transitorios.
"Eso tiene un límite por el artículo 20° de la carta orgánica del BCRA, pero nada se dijo de las utilidades, que fueron generadas a partir de la revaluación de las Letras Intransferibles y generó una ganancia extraordinaria. Esa emisión todavía continúa para financiar el déficit", advirtió Redrado, e hizo referencia a que el Tesoro todavía tiene margen para recibir $360.000 millones este año.
En ese contexto, el economista planteó que una de las claves hacia adelante será la coordinación de las políticas monetarias y fiscales, a las que consideró como partes de la política económica. "No se pueden pensar como compartimentos estancos. Hay que dejar atrás la idea de equilibrio parcial con lo fiscal, lo monetario y la inversión pública. Hacer política económica no es hacer un equilibrio parcial, sino tener una visión de equilibrio general que balice un programa plurianual", dijo Redrado, quien agregó que la negociación en curso con el FMI puede ser una instancia para definir ese sendero.
En ese camino, advirtió sobre el desbalance fiscal profundizado por la pandemia. Este año, según estimaciones plasmadas en la reciente ampliación del presupuesto, el sector público cerrará con un rojo superior al 7% del PBI, mientras que se proyecta un 4,5% para 2021, de acuerdo con los números que el oficialismo plasmó en el presupuesto aprobado en el Congreso.
"La pregunta central en esa necesidad de coordinación es cuánta emisión monetaria soporta un déficit hacia el año que viene", dijo Redrado, quien advirtió sobre la caída en la demanda de dinero, que creció de forma precautoria (medida por la relación entre billetes en circulación y depósitos a la vista del sector privado sobre el PBI) hasta agosto, pero luego comenzó a disminuir.
"Hacia adelante hay que tener en cuenta ese primer factor, porque no está la ventaja de que aumenta la demanda de dinero que permite contener presiones inflacionarias. El BCRA debe estimar la demanda de pesos, generar un programa anual y trimestralmente rendir cuentas de si hubo desvíos y cómo se corrige", dijo.
En ese contexto, Redrado fue crítico tanto de los funcionarios del FMI como del equipo económico de Mauricio Macri por el diseño fallido y la ejecución de los dos programas firmados en 2018. "Hasta el FMI reconoce como error la meta de crecimiento cero de la base monetaria. Fue una suerte de gran instrumento que se iba a usar para poder bajar la tasa de inflación, pero nada de eso ocurrió", dijo el extitular del BCRA, quien no obstante reconoció que ese plan "dejó una economía desmonetizada que le permitió al nuevo gobierno tener la ventaja de aumentar la emisión por una demanda de pesos insatisfecha" inicialmente.
Hacia adelante, rechazó la dicotomía entre shock y gradualismo y reclamó a la oposición y el oficialismo el acuerdo en un programa de estabilización y crecimiento "simultáneo y convergente", en el marco del acuerdo con el FMI. "El gran tema es qué tan rápido y sustentable es ese acuerdo. Estoy convencido de que para cambiar expectativas lo que la Argentina necesita es utilizar la oportunidad del nuevo programa, hecho en el país por argentinos", aseguró.
Con respecto al programa, Redrado agregó también que debería considerarse nuevos desembolsos que contribuyan a generar mayor estabilidad cambiaria. "Con las mismas condicionalidades que va a tener un programa de facilidades ampliadas por US$44.000 millones se puede tener un programa de US$50.000 millones. Me hubiera gustado que el comunicado del FMI tras la misión dijera que se hicieron avances en la negociación y se sentaron las bases para un programa de largo plazo que incluya dinero fresco", dijo Redrado.
"El programa con el FMI puede y debe traer nuevos fondos de organismos multilaterales, como el BID o el Banco Mundial, que se destinen a inversión de capital y obras de infraestructura. El promedio de la última década fue de 2,5 puntos del PBI anuales, y la Argentina necesita inversión del 5% del PBI", agregó el expresidente del BCRA.
El rol del FMI y las características del nuevo programa
"Argentina en los últimos años ha tenido una situación muy lamentable. De 2008 a 2020 no creció, sino que su producto per cápita cayó por lo menos un 12%, y quedó atrás de los países emergentes y de los avanzados, que crecen poco", dijo sostuvo Claudio Loser, exdirector por el Cono Sur ante el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En una videoconferencia desde los Estados Unidos, Loser insistió en la dependencia de la economía argentina por las exportaciones, analizó la actividad de los funcionarios del Fondo en su visita al país y dijo que el nuevo acuerdo podría incluir nuevos desembolsos.
"El FMI no puede dar una reestructuración directa, pero lo más probable es que renegocien el programa y den a la Argentina plata en tres años para ir pagando lo que se les debe. Eso es fácilmente arreglable, con plazos a repago de entre cinco a diez años", sostuvo.
En cuanto a las condicionalidades, Loser planteó que el FMI analizará "mirar" algunas cuestiones como el sistema jubilatorio, la legislación laboral y el sistema impositivo, que debería ser "más efectivo", aunque reconoció que esa gestión "no va a ser fácil". Por último, sí insistió en que el FMI pondrá el foco en la cuestión cambiaria, con un eventual desdoblamiento. "No va a decir 'Unifiquen el tipo de cambio', pero sí 'Hagan dos tipos de cambio' en vez de la cantidad que hay hoy en la Argentina", concluyó.
El camino a la recuperación
Según James Scriven, CEO del Bid Invest, será el sector privado el "protagonista central de la reconstrucción y desarrollo en América Latina", por lo cual los estados deben trazar iniciativas para estimular las inversiones.
"La pandemia ha tenido un efecto devastador en nuestra región", dijo, y detalló que para la Argentina el FMI proyecta una caída del 11,8% del PBI para este año. "Se trata de proteger y promover la inversión social, agregó.
"La financiación de una economía sostenible será esencial, triplicando el crédito al sector privado, en el que Argentina tiene uno de los niveles más bajos de la región", ilustró Scriven, y agregó: "Hacia el futuro es primordial que la banca de desarrollo cumpla un rol constructivo. Aumentar el desarrollo del sector financiero. Cerrar la brecha de financiamiento es primordial para Latinoamérica y el Caribe".
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