Martín Guzmán: “Las negociaciones con el FMI van a ser complejas”
A solo días de anunciar un acuerdo por la deuda con los acreedores privados, Martín Guzmán no descansa. Sabe que la economía que le toca supervisar no es cualquiera; es la argentina. El siguiente escalón ya aparece en el horizonte: "Las negociaciones con el FMI van a ser complejas", sentencia sobre la empinada agenda del Gobierno en el inédito contexto de la pandemia y en la inestabilidad crucero que caracteriza al país desde las últimas décadas.
"No vamos a aceptar algo que dañe a la Argentina", dice Guzmán, en una entrevista con LA NACION y otros medios en su despacho del Palacio de Hacienda, sobre el programa que se sentará a renegociar con el staff del organismo que conduce Kristalina Georgieva, la economista búlgara que hasta el martes fue una aliada clave en la renegociación de la deuda. Ahora, la directora gerente del Fondo deberá sentarse enfrente del ministro y del presidente Alberto Fernández para reprogramar los vencimientos de US$44.000 millones desembolsados en el país.
Guzmán afirma que no se atará a un plan de acciones predefinidas por un largo plazo. El ministro prefiere objetivos claros (creación de empleo, agregación de valor y generación de divisas vía exportaciones), principios y previsiones, muchas de las cuales estarán en el presupuesto 2021. "Es una discusión semántica", dice sobre las críticas de sus pares sobre la falta de un programa. "Nosotros tenemos una estrategia económica", explica.
Antes deberá lidiar con otros problemas recurrentes. Guzmán dice que las brechas entre diferentes dólares son un tema que lo "ocupan", que no cree que haya lugar para un fogonazo inflacionario y que reducir la suba de precios es un esfuerzo que lleva tiempo y persistencia. Afirma que quiere reorganizar el sistema financiero, que el cepo tardará en irse (y no se irá del todo), y que el Estado va a jugar un rol importante acompañando a los privados.
"Tiene una forma de ver las cosas, una inteligencia y una fuerza que le hacen bien a la Argentina, y al proceso de construcción de medidas y políticas en el Frente de Todos", afirma el ministro sobre Cristina Kirchner, a quién visitó el lunes pasado antes de cerrar el acuerdo.
-¿Cómo evalúa lo que viene con el FMI?
-Es distinto negociar con el FMI que con acreedores privados o Wall Street. Van a ser negociaciones complejas. De una importancia muy grande para el país. Llevará su tiempo y no se van a hacer las cosas a puertas cerradas y en pocos días. Va a haber una discusión más amplia que llevará meses. Se va a involucrar a la sociedad.
-¿Va a pasar por el Congreso?
-Es un tema a considerar. El Congreso viene jugando un rol fundamental. Ha estado ayudando al Poder Ejecutivo en el proceso de tranquilizar a la economía. Esperamos que el Congreso siga involucrado en todas las cuestiones que tienen que ver con la deuda.
-Usted dijo que la idea de presentar un plan no sirvió nunca a la Argentina. ¿El FMI no le va a pedir previsiones sobre crecimiento, inflación, frente fiscal y monetario, y sobre cómo se va a financiar?
-Es una discusión semántica. Siempre hay proyecciones en la ley de presupuesto y vamos a presentar una ley que incluye un presupuesto plurianual y tiene proyecciones. Si se piensa un plan como atarse de forma rígida a acciones predefinidas por un tiempo largo, no tiene sentido. Menos en una economía con la volatilidad de la Argentina y en un contexto de pandemia. ¿Le piden un powerpoint a Alemania y a EE.UU.?
-Pero no somos ni EE.UU. ni Alemania, somos la Argentina
-No se lo piden tampoco a nuestros vecinos. Lo que hay es una clara definición de cuáles son los objetivos a los que se apuntan y cómo manejar la economía para llegar esos objetivos, que son generar valor agregado, trabajo y tranquilizar la economía generando divisas. Hay instrumentos macro y micro para apuntar a esos objetivos. La ley de presupuesto define cuáles son, así como el programa fiscal y cómo se financia. Implícitamente incluye un programa monetario. Lo que tenemos es una estrategia económica. Alguien lo puede llamar plan y no hay problema. En la Argentina se suele llamar plan a un powepoint con acciones rígidas. Y eso nunca funcionó.
-Pero todos los gobiernos quieren generar trabajo, valor agregado y exportaciones. El tema es cómo se hace.
-Tomamos acciones concretas para defender el trabajo, la producción y a los sectores vulnerables. Generamos condiciones para el aumento de las exportaciones, el financiamiento en nuestra propia moneda y para tener una economía con menos descalces. Son cosas que se han venido haciendo en una doble emergencia, con una crisis de deuda y del coronavirus.
-¿Se respetará esa estrategia económica en la negociación con el Fondo?
-Va a ser nuestra estrategia económica. Por eso es importante trabajar bien. Puede ser necesario que sea dura y que se prolongue. Hay que tomarse el tiempo necesario.
-En el debate con el Fondo, ¿se discutirá una reforma laboral y previsional?
-El FMI hará sus planteos. Las negociaciones no se iniciaron. Vamos a apuntar a un programa que respete lo que es sano para el país. No vamos a aceptar algo que dañe a la Argentina.
-¿Se puede precisar cuándo se va a cerrar?
-Llevará meses. Tendría sentido en los primeros meses del año próximo.
-¿Habrá un acuerdo en el tema legal con los acreedores privados?
-Hay un preacuerdo. Es una clara posibilidad de tener dos innovaciones contractuales que le harían bien a la Argentina. Buscamos que sea respaldad por la comunidad financiera.
-¿Cómo cree que será la aceptación?
-Mayor que el umbral de las cláusulas colectivas.
-Usted se plantó en los casi US$40 centavos por dólar, luego en 50 centavos, después 53 y cerró en casi 55. Siempre dijo que no era sustentable dar más. ¿Hoy es sustentable? ¿Y después de ocho años?
-Sí, el acuerdo al que llegamos es sostenible. Fuimos al máximo esfuerzo que la Argentina podía hacer y en el último tramo redefinimos la fecha de pago, sin cambiar la cantidad de dólares que hay que pagar. El acuerdo se puede sostener en el tiempo. El cronograma de pagos que deja a la Argentina desde 2024, con el próximo gobierno, es de un volumen muy inferior al que recibimos. Y... estábamos negociando. ¡Qué querían que dijese! ¿Ahora ofrezco cuarenta, pero puede haber más?
-¿Hubo palabras públicas de Stiglitz tras el acuerdo?
-Públicas no escuché.
-¿Y privadas?
-Intercambiamos un mensajito.
-¿Qué rol jugó Cristina Kirchner en el cierre del acuerdo?
-El lunes estuve con ella. Tenemos un buen diálogo, a mí me resulta muy valioso. Hay una forma de ver las cosas, una inteligencia y una fuerza que le hacen bien a la Argentina, que le hace bien al proceso de construcción de medidas y políticas en el Frente de Todos. De la deuda obviamente hemos hablado. Estaba al tanto del paso.
-¿Se está trabajando en medidas para reactivar la economía?
-Lo central es la ley de presupuesto 2021. Como parte de ese esquema se incluyen medidas para reactivar el mercado interno. En 2021, el Estado va a tener un rol importante acompañando al sector privado. El Estado tiene que impulsar ciertos sectores para que haya más dinamismo en la economía. La obra pública va a tener un rol muy importante y, ahí, particularmente la vivienda. Habrá políticas de impulso a la demanda en general, acompañadas de crédito a tasas sostenibles. Además, impulsaremos medidas que apunten a que se tengan mejores condiciones para el aumento de la producción de lo que se exporta. Saliendo de la pandemia va a haber capacidad instalada ociosa que le permitirá al país recuperarse sin aumento de los niveles de ahorro. Pero, para sostener el crecimiento, se necesitará que, cuando aumenta el consumo de dólares, también crezca la generación. Para eso tienen que crecer las exportaciones.
-¿Le preocupa la brecha entre los diferentes dólares y cómo eso puede desincentivar exportaciones e incentivar importaciones? ¿Va a tender hacia una unificación del mercado cambiario y qué pasará con el cepo?
-La brecha es un tema que nos ocupa. Y estamos tomando un conjunto de medidas, como la reestructuración de la deuda de forma integral y la profundización del mercado de deuda pública en pesos, que apuntan a estabilizar los dólares alternativos. En cuanto a los controles cambiarios, lo hemos dicho: buscamos transitar a regulaciones de la cuenta de capital más razonables, pero que no sean las del gobierno anterior que fueron pura liberalización para el fomento del ingreso de capitales especulativos. Para modificar los controles hay que poder tener más dólares en las reservas. Lleva tiempo.
-El REM dice que este año la inflación estará cerca de 39% y que el año que viene será mayor. ¿Hay un mercado que prevé una devaluación o preocupa la emisión?
-Somos muy respetuosos de las expectativas del mercado. El REM sistemáticamente ha fallado en sus pronósticos y tenemos pronósticos distintos. Los nuestros han estado acertando. La inflación está dentro de los rangos que veníamos pronosticando. La realidad y el REM han estado alejados.
-La enmienda del presupuesto proyecta un rojo fiscal de casi ocho puntos...
-Un poco más bajo, de casi siete.
-¿Cómo va a financiar eso? ¿Se está trabajando en una reforma tributaria con más impuestos?
-Lo de la reforma es más estructural, no coyuntural. En 2021 vamos a tener un déficit primario importante, pero menor al de 2020. Será un contexto en el que se seguirá trabajando en estabilizar los precios, pero reducir la inflación requiere de un trabajo persistente sobre un sendero que lleva tiempo. Habrá un poco de deuda pública en moneda local en un mercado que se ha reactivado; se respetarán las necesidades de la transición mientras que en el horizonte buscamos que no haya una dependencia del BCRA por parte del Tesoro.
-¿No hay temor de un fogonazo inflacionario?
-No es algo que estemos viendo hoy. Tenemos sobre la mesa todos los instrumentos que necesitemos usar en caso de que sea necesario hacerlo, si aparece una desestabilización de los precios. Este mes viene como esperábamos.
-¿Es posible que en esta economía resurja la centralidad del trabajo?
-Nuestro objetivo número uno es crear trabajo. El Estado va a tener un rol muy importante en empujar a la economía. Si no, se daría una falta de dinamismo que impediría la generación de trabajo y la recuperación de la actividad en un contexto en el que se va a estar saliendo de una crisis mundial y doméstica muy profundas. Alguien tiene que dar certidumbre acerca de que lo que se produzca va a ser demandado. Por eso, el Estado tiene un rol muy importante.
-¿Preocupa el sistema financiero argentino?
-Buscaremos dejar a la Argentina un sistema financiero reorganizado. Hoy tenemos un sistema que hizo estructural lo que eran medidas de emergencia económica. Los depósitos del sector privado de los bancos se canalizan a prestarle al Banco Central, que ofrece Leliqs y después tenemos que emitir para pagarlas. Todo en lugar de que los ahorros se canalicen hacia el crédito para la inversión productiva y eventualmente para políticas públicas, pero sobre todo al sector privado. El sistema financiero funciona de una forma anómala que buscamos corregir.
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