Martín Guzmán habló sobre las críticas del kirchnerismo
El ministro Guzmán sostuvo que hay una “una agenda de diálogo” y una serie de “criterios” para evitar que se duplique la carga impositiva
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El ministro de Economía, Martín Guzmán, defendió este jueves el impuesto a la renta inesperada que recaerá -si se aprueba- sobre las empresas con ganancias superiores a los 1000 millones de pesos, dijo que hay una agenda de “diálogo” y cruzó las críticas. “No hay ninguna doble imposición”, enfatizó.
El titular del Palacio de Hacienda se refirió de esta forma en el marco de una seminario organizado por el Diario Río Negro en la ciudad de Neuquén. Guzmán argumentó que el impuesto anunciado busca evitar los efectos generados por el conflicto bélico en Ucrania. “Buscamos que el impacto de la guerra no sea lo regresivo que de otro modo sería”, sostuvo.
El ministro sostuvo que hay una “agenda de trabajo” con distintos sectores económicos “para construir un mecanismo que permita colectivamente alcanzar una solución a un problema del colectivo”. En ese sentido, dijo que el diálogo encarado implica “la definición de criterios” con el fin de evitar una duplicación impositiva.
“Aquí no se busca afectar la ganancia que proviene de acciones de inversión, sino a lo que es otro componente, que se llama la renta inesperada. Aquella renta que no tiene que ver con acciones de aumento de inversión, sino que es producto de algo que pasó en el mundo, y sin hacer nada, de pronto hay una renta mayor”, detalló.
Y amplió: “No hay nada que esté atacando la inversión, por el contrario, lo que también buscamos es favorecer, premiar a quien reinvierta esa renta inesperada por la guerra”. El funcionario hizo referencia así a los beneficios que se ofrecerán a aquellos que reinviertan la ganancia en el país. “Buscaremos articular una estrategia que ayude a la Argentina”, sostuvo.
Los cortocircuitos internos del Frente de Todos no quedaron de lado en la entrevista que concedió el ministro. “Me dedico a usar cada minuto que tenemos para gestionar políticas en pos de mejorar la vida de nuestra gente”, afirmó, en medio de una semana que fue blanco de duros cuestionamientos del kirchnerismo duro.
“La responsabilidad tiene que ser bien elevada y yo me enfoco cien por ciento en cuestiones de gestión y no en inmiscuirme en disputas de poder”, agregó.
Guzmán criticó al gobierno anterior por la situación del país. “El Presidente me confirió la responsabilidad en un momento difícil de nuestra historia, poder conducir un proceso que permita sanar esas heridas, tranquilizar la economía, con situaciones hiper desafiantes”, profundizó.
Inflación
El ministro de Alberto Fernández remarcó que se ha experimentado “una recuperación muy fuerte de la economía”, pero destacó que se presentó una “situación de mayores presiones inflacionarias”, que atribuyó a la situación internacional y también a los problemas domésticos que arrastra el país.
Guzmán explicó que el mundo sufrió shocks seguidos, con la pandemia, en primera instancia, y luego “una inflación internacional” generada por la misma salida de la crisis del coronavirus que, dijo, afectó al país “a finales de 2020″. Citó, a continuación, el enfrentamiento en Ucrania. “La guerra ocurre en un lugar que es clave para la cadena productiva mundial por la energía, los fertilizantes, y los alimentos”.
En relación al componente local, el ministro consignó que se debe tener “una política macroeconómica consistente con las restricciones” que enfrenta el país. “Para que un programa económico funcione a efectos de reducir la inflación, se necesita que tenga un impacto en las expectativas. La credibilidad de un programa es fundamental”, añadió.
Así, volvió a sostener su marco de políticas. “Hemos definido un rumbo y vamos a continuar por ese rumbo. La Argentina está atacando las causas macroeconómicas de la inflación. Las exportaciones han crecido fuertemente tanto en valor, como en volúmenes. El déficit fiscal se ha ido reduciendo y con ello el financiamiento monetario al déficit fiscal”, dijo.
El funcionario sostuvo que se modificaron las metas, pero no las proyecciones, y llamó a mantener su rumbo. Consideró que el tipo de cambio es competitivo y relativizó la brecha cambiaria, que ubicó, según el período de los últimos dos meses, en una franja de entre el 75 y el 85%.
En el marco de la entrevista, ensayó una cuenta mental y dijo que si se computa el producto de la Argentina en dólares al tipo de cambio paralelo, el resultado daría unos 5.500 dólares per cápita. ¿Eso representa a la Argentina? De ningún modo”, manifestó.
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