Por qué el entorno de los Kirchner compró una empresa de nebulizadores en US$ 34 millones
Antes de empezar a vivir el primer día de su segunda vida, el contador de los Kirchner , Víctor Manzanares, despejó algunas dudas que durante años acompañaron a ciertos personajes de Santa Cruz. Una de ellas tendrá repercusiones en todas las góndolas de las farmacias. La empresa San-Up, una marca líder en nebulizadores y aparatos de medicina en el hogar, fue comprada por el entorno del matrimonio presidencial en US$34 millones.
El contador, que ahora vivirá una vida amparado por el sistema de protección del Ministerio de Justicia y ya no por el ala protectora de los Kirchner, reconoció que por pedido del exsecretario de Néstor Kirchner, Daniel Muñoz, compró la compañía que quedó en manos de otro preso por la causa de los cuadernos : Carlos Temístocles Cortez.
La operación fue en 2013 y realizada por Manzanares a pedido del grupo que manejaba los fondos. Fue uno de los tantos elementos que entregó a la Justicia en las más de 16 horas que declaró en dos oportunidades.
En principio, y según reconocen fuentes judiciales, con los primeros movimientos después de los dichos del contador, ya fueron detectados activos por algo más de US$140 millones en la Argentina. A este grupo ya se les había encontrado inmuebles por US$70 millones en Estados Unidos, entre ellos un departamento en el Plaza Hotel de Nueva York de 13,5 millones y un centro comercial en Miami.
San-Up es la empresa líder en la fabricación de productos como nebulizadores, almohadillas eléctricas y vaporizadores, entre otros, y vende en las principales cadenas de farmacias del país.
La empresa fue fundada por Jorge Shemi y fue en enero de 2013 cuando se informó el cambio de autoridades. Los anteriores propietarios renunciaron (Alberto e Iván Shemi y Horacio Gruszka) y sólo Jorge se mantuvo con un cargo en la empresa. En agosto de ese año, Cortez asumió la presidencia de la compañía y colocó a dos de sus hombres de confianza: Juan Cruz Camean Ariza y Rubén Llaneza. En junio del año pasado hubo un enroque. Cortez pasó a ser director y Llaneza, presidente.
Pero los vínculos de Cortez, que actualmente está procesado y detenido por el juez Claudio Bonadio , no terminan en la compra de esa empresa. Según una investigación que publicó LA NACION en septiembre pasado realizada por Mariela Arias, Maia Jastreblansky e Iván Ruiz, el santacruceño usó las firmas offshore panameñas Zulmen International Inc. y Yusel Enterprises Inc. para operar una parte del dinero negro que terminó en el emporio inmobiliario de Muñoz y de sus herederos en Estados Unidos.
Pero hay un dato más que llamativo en toda esta trama. Según consta en un documento de los Panama Papers, Zulmen International Inc. hizo al menos una transferencia por US$3500 entre BSI SA, una entidad financiera de Lugano (Suiza), y el Citibank de Nueva York donde tenía cuenta el estudio panameño Mossack Fonseca. En el comprobante de la operación figura el apellido "Cortez". En el correo electrónico que se cursó con los documentos se indicó que esa transferencia es importante para "iniciar la incorporación de una sociedad", aunque no brindó más detalles. Posteriormente, el 22 de julio de 2013, se confeccionó una factura por 3552,50 dólares y en el concepto se colocó una leyenda: "Nuestros honorarios por la constitución de una sociedad de Nueva Zelanda".
Siempre según la información de la investigación de LA NACION, Cortez ya había registrado otras offshore: inscribió Neptune Commercial Enterprises en Seychelles y figuró como accionista de Abaco Holding Group SA (Panamá), junto a Rubén Llaneza, dueño junto a su hermano Daniel de farmacias en toda la Patagonia y socio en actual presidente de San-Up.
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