Manuel Alvarado Ledesma: "El mundo tomó conciencia de la importancia de la ecología"
Para Manuel Alvarado Ledesma, economista, profesor en la Maestría de Agronegocios de la Ucema y autor de varios libros ligados al agro, como consecuencia del coronavirus se acentuará una dimensión diferente del alimento: la del cuidado de cada persona, que está en línea con la introspección generalizada a la que llevó la pandemia. La gente va a cuidarse más de no caer en enfermedades y el alimento juega un papel central en esta inquietud. Según el autor de Por qué despreciamos el agro, texto que señala una negación de la identidad argentina por motivos como el desconocimiento o el resentimiento, entre otros, para el país se viene el desafío de generar más recursos exportando más alimentos y lograr así la entrada de divisas genuinas, ya que la Argentina no tiene una moneda fuerte ni tampoco confianza del mundo o en sí misma.
P– ¿Cómo considera que la pandemia afectará al comercio internacional?
R–Ante todo, creo que por el coronavirus hay una vuelta en algunos aspectos a la filosofía. La gente empieza a entender mucho más la importancia de la armonía entre el hombre y las restantes formas de vida, a contemplar un esquema en el que el ser humano forma parte de un conjunto y es menos central. Se está dando cuenta de que estamos mucho más interconectados unos con otros de lo que pensábamos. En el plano práctico, entre muchas otras variables, los fletes aéreos van a ser más costosos como consecuencia de las distintas medidas sanitarias. También, van a bajar las comunicaciones físicas. La decisión de viajar va a ser mucho más meditada, primero por temor a un contagio y después porque va a ser más caro hacerlo. La gente va a ser más responsable respecto de los viajes y probablemente esto repercuta en un mayor respeto por el medio ambiente.
P– ¿Y en cuanto a las posibilidades concretas para la Argentina?
R–Para el comercio exterior argentino se presenta una oportunidad. El tema de la salud es muy importante. ¿Y qué es lo que está tan ligado a la salud? La alimentación. Va a haber mucha más conciencia sobre la forma de alimentarse. Y los alimentos naturales prevalecen más en países subdesarrollados como el nuestro, que en su producción tienen una alta competitividad. La producción de carne en la Argentina todavía sigue haciéndose en buena parte de una manera natural. La producción de feedlot no es tan amplia como lo es en otras partes del mundo, con lo cual es posible que empecemos a explotar y categorizar la carne a pasto o pastura natural. El animal que no come en un corral encerrado camina de 4 a 5 kilómetros por día para tomar agua y desarrolla mucha más fibra que grasa. Además, se podría categorizar la producción de alimentos orgánicos. El país tiene mucho para desarrollar porque el mundo toma mayor conciencia de la importancia de la ecología.
P– ¿Qué ocurrirá con la producción local de commodities?
R–Se presenta una oportunidad muy importante. Hoy los países desarrollados o semidesarrollados tienen miedo de quedarse sin alimentos frente a cualquier situación de crisis que impida el traslado o plantee problemas de importación de comida por lo que, para tener mayor disponibilidad, preferirán retener cierto stock. Entonces nuestro país podrá exportar más cantidad de alimentos justamente porque otros no van a querer exportar tanto. Para consumo propio la Argentina tiene grano de sobra. En el caso de la soja, por ejemplo, el 99% se va al exterior en forma de aceite o harina de soja o de soja directamente. Si desapareciera la soja, el ciudadano ni se enteraría, pero sí lo haría el país desde el punto de vista financiero y económico. Por otro lado, importadores de granos que dejaron de hacerlo por la pandemia ahora querrán recuperar el tiempo perdido. Y si bien hoy los precios están en niveles bajos, la buena noticia es que es muy probable que la demanda se reactive por encima de lo que era antes de la pandemia, al igual que los precios en el caso del maíz, la soja y el trigo, que le importan especialmente a la Argentina. También, la aspiración a evitar la contaminación puede incidir en una producción de combustible distinta. Cuando esta última se reactive, es posible que haya cierta demanda de combustible más ligado a lo no fósil –el etanol y el biodiésel relacionados con la soja y el maíz– que tiene un impacto ecológico más suave.
P– ¿Habrá chances de desarrollar exportaciones por fuera de la carne y los granos?
R–El país probablemente entre a tallar muy fuerte en materia de servicios informáticos, en la que de hecho ya es importante. Su mano de obra en términos internacionales es relativamente económica y su gente es bastante capacitada, por lo que la Argentina es muy competitiva para exportar este tipo de servicios. Desde la Argentina, mediante el uso de un dron, es posible recomendarle qué fertilizante utilizar a una persona que está en África. Lo bueno de lo malo es que como los argentinos hemos vivido en una permanente inestabilidad, estamos muy acostumbrados a los cambios y eso nos permite dar respuestas rápidas en situaciones caóticas para el mundo que para nosotros son menos infrecuentes. •