Management 2030: La industria, frente a la necesidad de innovar y cooperar
Referentes de la actividad fabril y de los servicios hablaron, en un encuentro organizado por LA NACION, de los desafíos que enfrentan las empresas para insertarse en el mundo
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Más allá de la actual grieta política, a lo largo de la historia argentina hubo varias divisiones en la concepción de las cosas: campo versus industria, mercado interno versus mercado externo, bienes físicos versus bienes intangibles, y otras supuestas antinomias más. Sin embargo, la cuarta revolución industrial y la pandemia de Covid-19 pusieron de manifiesto la necesidad de cooperación entre la industria y el conocimiento para ser más productivos y para que el país pueda insertarse en el mundo y generar nuevos puestos de trabajo.
Sobre el tema se habló en el quinto capítulo del ciclo Management 2030 organizado por LA NACION, que tuvo por lema “La industria argentina, ante el desafío de la reconversión”.
1. Aplicar conocimiento para ser competitivos
En el inicio del encuentro, el secretario general de Redacción del diario, José Del Rio, dialogó con Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina y de la región Sudamérica Hispana, y con Miguel Acevedo, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), sobre el Centro de Industria X. Ubicado en el histórico edificio de la entidad fabril, este centro es fruto de una alianza entre las dos partes para traer las mejores tecnologías del mundo y promover la innovación en la industria local.
“El día a día de este lugar va ser increíble. Lamentablemente lo hemos inaugurado hace poco y en pandemia, por eso no lo hemos podido explotar. Esto va a poder unir las cadenas de valor; no solo está considerada la industria, sino también los servicios, el agro y la tecnología. Se han hecho 10 puestos de tecnología diferentes y puedo asegurar que empresarios pymes o grandes empresas que entraron dicen que es como lo que es Disney para los chicos”, afirmó Acevedo, desde la UIA.
En cuanto a la foto de la industria, señaló que un 10% de las empresas entre medianas y grandes son a las que llaman “los cóndores” y están tremendamente tecnologizadas; un 45% son las empresas escaladoras, que están en ese proceso, y otro 45% no empezó aún el camino de la nueva revolución. Y es en este último grupo donde se requiere poner el foco. “Con Accenture hemos logrado este joint venture para que ellos lleguen a las empresas que, de lo contrario, no podrían acercarse”, agregó el dirigente industrial.
En tanto, Kaufman dijo que la antinomia entre industria y conocimiento ha sido rebatida por la realidad. “No hay desarrollo del país posible si la tecnología no se junta con la producción, y si la producción no incorpora conocimiento y tecnología. Japón y Alemania son un ejemplo y ellos no tienen desempleo”, puntualizó.
2. Enlazar la riqueza natural con el valor de la ciencia
Antonio Aracre, presidente de Syngenta para Latinoamérica Sur, se refirió también a la falsa antinomia entre el campo y la industria. “Cuando se piensa en el campo, se piensa en la producción primaria y no en lo que se mueve alrededor, que es la bioeconomía. Hay que enlazar la riqueza en recursos naturales, que sola no significa nada, con la ciencia del conocimiento, con la biotecnología. En unos años va a haber drones volando por los campos para ver qué planta necesita algún tratamiento y vamos a necesitar gente con una capacitación que hoy no existe”, señaló.
Y no solo en el campo la innovación es clave, sino que en el ámbito de la salud fue fundamental para atravesar la pandemia, según explicó, en una videollamada desde Sunchales (Santa Fe) Fernando Werlen, director General de Grupo SanCor Salud.
“La realidad es que la situación nos superó completamente. Incluso en mis épocas de estudiante la palabra pandemia databa de hace 100 años. Desde el punto de vista de la actualidad, hubo una situación el año pasado, al llegar el Covid a la Argentina, y otra situación ahora. En 2018, habíamos empezado con la telemedicina, el teletrabajo y un sistema de afiliación rápida que nos ayudó a pasar del viernes 20 de marzo [de 2020] con todo abierto, al lunes 23 con las oficinas cerradas. Estuvimos con nuestros 2000 empleados llamando a los afiliados para explicarles cómo acceder al servicio y para ofrecerles la telemedicina, que no viene a reemplazar otras herramientas que también se necesitarán”, contó.
3. Trabajar para mejorar toda la cadena de producción
Por su parte, la gerente general de Unilever Argentina y Uruguay, Laura Barnator, sostuvo que ya no existe dicotomía entre industria y tecnología, y que, mientras el país tenga el hardware y el software, puede ser competitivo.
“Nosotros en la Argentina tenemos seis plantas y abastecemos a 30 países. Había que adaptarse con la pandemia. Veníamos trabajando virtualmente desde una semana antes, pero uno no opera solo, sino con una cadena de valor extendida. Unas 2000 pymes trabajan con nosotros y estuvimos viendo cómo ayudarlas financieramente, en una conversación permanente con los gremios y el Estado”, contó.
El desafío, según Barnator, es hacer que toda la cadena sea más eficiente: “El 93% de los productos de Unilever que se consumen en el país se producen acá y podemos competir con otras filiales”.
4. El lugar de las pequeñas y medianas empresas
Las pymes también ocupan un lugar de importancia para Ternium Argentina, según dijo su presidente ejecutivo, Martín Berardi. “La industria se tomó en serio dos temas: la tecnología y la sustentabilidad. Y cuando me refiero a sustentabilidad lo hago según un concepto que incluye no solo el cuidado del medio ambiente, sino también el cuidado de la comunidad y de la cadena de valor. Es la comunidad la que nos da una licencia. Y está la importancia de la tecnología para ser competitivos. La inteligencia artificial se aplica hoy a procesos productivos para ver cuándo hay que hacer mantenimiento de equipos y va a servir también para conocer las características de los productos sin constatarlas manualmente”, señaló.
“En economías emergentes como la Argentina, las pymes son el motor. En el país representan un 70% del empleo y el año pasado se perdieron 100.000 puestos. Hubo un cambio muy fuerte en la realidad de las pymes. Te sobraban insumos, no tenías pedidos; luego la situación cambió y no podían reaccionar rápidamente. Creemos que el 70% va a volver a la actividad prepandemia este año”, consideró Juan Marotta, CEO de HSBC Argentina y LAM Sur. Agregó que el banco tiene entre sus clientes a 9500 pymes y dio préstamos por $20.000 millones en 2020.
Y agregó: “En todo el país uno se encuentra con industrias de toda índole, que tienen alrededor colegios y demás. En cada rincón hay una Argentina nueva y hay que reforzar esos lazos”, sumó.
5. Macroeconomía y reglas de juego previsibles
Pero, más allá de la asistencia de los bancos, durante el encuentro se habló mucho de contar con previsibilidad en términos macroeconómicos y de políticas públicas sostenibles.
“La revolución tecnológica es mundial y afecta a todos los sectores, pero la Argentina tiene buenos lugares en donde apoyarse. Nos falta un montón, pero queremos ayudar a recorrer ese camino. Hay pocos países que se han desarrollado y para ser parte tenemos que tener industria. No es lo mismo tenerla a no tenerla. Desde la gremial empresaria proponemos un salto al desarrollo desde el tejido productivo”, afirmó Carolina Castro, prosecretaria de la UIA, también desde el Centro de Industria X.
Consultada por Del Rio acerca de cómo atraer inversiones, Castro dijo que en cualquier lado se busca obtener beneficios y que en el caso de la industria es con proyectos de mediano y largo plazo que requieren de incentivos. “No podés decir que no hay incentivos, porque los hay, pero también hay contradicciones, como la ley de teletrabajo y el impuesto a las ganancias para las empresas. Nosotros como gremial intentamos dar un aporte, para que los incentivos correctos se mantengan y para que no haya contradicciones”, dijo.
“La Argentina se tiene que parar desde ahí. Tenemos un tejido industrial. Hay que pararnos sobre él para desarrollarnos. Hoy, el uso de la capacidad instalada está por debajo de la prepandemia. Hay dos patas claves para la Argentina de la próxima década. A raíz de la pandemia, Australia se está planteando por qué no tiene industria. Hay que darle aportes para que innove con tecnología y apueste al capital humano. Trabajar en la educación para que el talento contribuya en el entramado productivo”, cerró.
Berardi, de Ternium, dijo también que se necesitan reglas claras y se refirió al sector en particular en el cual está: “El acero está en todo, en todas las industrias. Si el país crece, el acero crece. Para el país es importante. Es un producto noble con posibilidad de ser reciclado”.
Por su parte, Marotta sostuvo que lo último que pierde el argentino es el optimismo, pero que hay que ayudarlo, porque solo no alcanza. “La Argentina tiene que tener un futuro sostenible y evitar el tobogán, los ciclos. Continuidad y sostenibilidad son palabras a incorporar”, opinó.
6. Apostar al futuro y al talento
Como disruptor invitado, el chef Dante Liporace les preguntó a los presentes cómo veían el futuro del país y compartió su propia visión: dijo que cree que, en unos años, la Argentina estará mejor. Por su parte, Lucrecia Cornejo, cofundadora y directora de Diderot.Art, consultó cuál sería la ventaja competitiva de la Argentina de cara al futuro. Y la respuesta fue, en líneas generales, el talento.
“Esta pandemia pone de manifiesto que quizás hay roles no necesarios, cosas que se pueden hacer diferente. Creo que va a haber una tensión de acá a cinco o 10 años por la reconversión de trabajos y la recapacitación de la gente. No sé si en la Argentina estamos abordando este tema con la celeridad que requiere”, opinó Aracre.
Barnator dijo que el talento es muy importante y que eso queda claro cuando cuesta cubrir ciertos puestos. Y Marotta se mostró preocupado por los jóvenes que se van del país. “Lo que me preocupa es la expulsión de talento. Hay gente preparada que busca oportunidades en el exterior. Hay que mantener la incubadora de talento”, concluyó.
“Somos importantes para nuestra localidad”
Rosana Negrini, de Agrometal, habló del impacto social de la empresa
Desde Monte Maíz, Córdoba, y a través de una videollamada, dijo presente en el encuentro Rosana Negrini, presidenta de Agrometal, una empresa fabricante de sembradoras para granos finos y gruesos.
Monte Maíz, según Negrini, es una localidad chica lejos de grandes ciudades del interior, como Córdoba, Santa Fe o Rosario, por lo que en la firma tienen que buscar talentos en otros pueblos y fabricar muchas veces sus propios componentes.
“Cuesta ser competitivos globalmente, porque la mayoría de las empresas tiene agropartistas alrededor y nosotros no. Los fletes son caros, no llegan a tiempo, así que todo lo que podemos hacer lo hacemos”, contó. En la localidad, el 26% de la población trabaja en la industria metalúrgica y ellos llevan y traen a 100 trabajadores todos los días de pueblos cercanos.
“Ahora estamos con proyectos de inversión millonarios para poder reconvertirnos. Nuestro cliente, que es el hombre de campo argentino, es el más exigente del mundo, y tenemos que estar a su nivel, invirtiendo y capacitándonos. Ya se vienen pronto máquinas robots. La única forma de seguir trabajando y produciendo es estar al nivel de lo internacional”, afirmó.
Por último, consultada por el secretario general de Redacción de la nacion, José Del Rio, acerca de por qué seguía con la compañía cuando tuvo ofertas de compra, Negrini dijo que es su vocación, su vida y su pasión. “Yo he ido a la misma escuela que algunos de mis empleados. Compartimos clubes y todo tipo de actividad. Somos importantes para nuestra localidad y para localidades vecinas”, finalizó.
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