Malnutrirse de redes sociales: cómo filtrar los malos mensajes nutricionales
En redes sociales todo es muy confuso", afirma Diego Sívori, (director de la nueva carrera de Licenciatura en Nutrición de UADE) y agrega "es un lugar en donde encontramos personas que te recomiendan comer alimentos producidos en huertas en tu balcón y con el mínimo de procesamiento, hasta los que te sugieren comer alimentos de diseño y súpertecnológicos con mega-propiedades".
Ante los debates a puro grito y oídos sordos, el mensaje de la educación alimentaria y la formación de buenos hábitos brindado por profesionales de la salud suele quedar obsoleto y con poca fuerza. Por el contrario, los falsos gurúes de la alimentación suelen trazar una línea donde parece que hay que elegir un bando alimentario para luego desvalorizar el otro y esto suele traer malas consecuencias.
Es que, la era de la comunicación y la información solo nos está confundiendo. Es doloroso pensar que pasamos de saber poco de alimentación y comer tranquilos a saber mucho y dudar de todo o comer con culpa. Sin embargo ante esta realidad donde muchas voces hablan de nutrición, te quiero contar una buena forma de identificar aquellos mensajes que carecen de valor científico y que muchas veces ponen en riesgo tu salud o la de la población.
Máximas de Ascensor, falsos gurúes" y el mal del "se dice"
El ascensor es un lugar de muchos cruces y pocas palabras, donde uno puede charlar de temas banales o instalar una hipótesis incomprobable, ya que después de abrirse la puerta cada pasajero sigue su rumbo, sin cuestionar ni reflexionar sobre la máxima instalada. Esto mismo sucede en las redes sociales en donde algunos falsos gurúes esparcen estas "máximas de ascensor", donde experiencias personales sobre alimentación u opiniones sin validación científica se instalan como verdades absolutas: "Se dice que mezclar pastas con carne hace mal", "Se dice que tomar agua caliente en ayunas depura el cuerpo".
¿Cómo identificar un falso gurú de la alimentación?
- Habla de su experiencia personal o la de un supervisado por el y no de estudios con validez científica.
- Extrapola el beneficio o logro individual a una máxima poblacional, "prueben una semana comiendo apio, yo lo hice y funciona"
- Suele apoyar los logros en "secretos" "alimentos poderosos" ó "sustancias nuevas" y no en la educación alimentaria, la superación personal o la fuerza de la constancia.
- Suele vender el producto que recomienda.
- Nombra productos raros e inaccesibles, a veces importados o difíciles de conseguir como "desayunar con néctar de agave, fruta de la pasión y huevos de avestruz"
- Suele apoyar sus teorías en la demonización de otros productos o alimentos usando la teoría Héroe y Villano.
- Separa los alimentos de sus contextos "esto es bueno y esto es malo" "hay que comer esto y no esto" en cualquier situación, lugar y circunstancia.
"Es importante recordar que las redes sociales solo deben servir de guías informativas y multiplicación de mensajes saludables, nunca como un consejero individual o un medio de prescripción de tratamientos" sostiene Sívori y agrega "Cuidarnos responsablemente requiere siempre del asesoramiento de un profesional de la salud".
LA NACION