Maduro sigue el libreto de Chávez y amplía los controles de precios
CARACAS— El presidente venezolano Nicolás Maduro comenzó a extender los controles de precios a amplios sectores de la economía en un intento por controlar la inflación desatada por el mayor gasto de su gobierno. Los economistas, sin embargo, creen que las medidas podrían exacerbar la escasez.
Maduro, que pretende que la Asamblea Nacional le otorgue facultades especiales para gobernar por decreto, indicó que también colocaría "límites porcentuales a las ganancias del capital en todas las ramas del aparato productivo" si obtiene tales poderes.
El lunes se formaron largas colas de compradores frente a una cadena minorista líder de electrónicos, Daka, luego de que Maduro ordenara durante el fin de semana que las tiendas redujeran los precios a la mitad. El gobierno envió a la Guardia Nacional a arrestar a cinco gerentes de tiendas de electrónicos acusados de cobrarles de más a los clientes.
Tropas del ejército fueron desplegadas en los alrededores de las tiendas Daka luego de que se registraran saqueos el domingo en un local en la ciudad de Valencia. Los soldados acordonaron las tiendas, como si se tratara de la escena de un crimen, para controlar las filas y anotaron los nombres de las personas a medida que ingresaban.
Jonathan José Daboin, un taxista de 23 años, salió contento luego de encontrar un horno de microondas Samsung a precio de liquidación. Su única queja fue que el gobierno no había bajado los precios lo suficiente.
Muchos otros, como la enfermera de 45 años María Quintero, llegaron en busca de un televisor de pantalla plana pero salieron con las manos vacías. "Se agotaron todos los televisores", dijo. "Sabía que era demasiado bueno para ser cierto".
Ejecutivos de Daka, donde empezaron los últimos controles de precios, no pudieron ser contactados el lunes para realizar comentarios. Maduro ha adoptado medidas para reducir los precios en otras cadenas de electrodomésticos y señaló que el gobierno se concentrará esta semana en locales de alimentos, calzado, textiles, juguetes, vehículos y ferreterías.
La ofensiva para controlar los precios se produce luego de que el banco central anunciara la semana pasada que la inflación había alcanzado 54%, el nivel más alto en casi dos décadas. La entidad también señaló el probable culpable: la cantidad de bolívares en circulación aumentó 70% en los últimos 12 meses, una señal clara de que el gobierno está imprimiendo cada vez más dinero para estimular una economía que pierde fuerza.
En lugar de reconocer el rol del gasto fiscal, Maduro culpó a última hora del domingo a las empresas, a las que acusó de acaparar productos y subir los precios como parte de una llamada "guerra económica" contra su gobierno. "Iremos esta semana con la ley, con una sonrisa, con buen trato, con firmeza... Que nadie crea que porque somos gente de bien, de buena voluntad, de diálogo, nos van a venir a marearnos", les dijo Maduro a los venezolanos en un discurso televisado.
Por ahora, parece que Maduro está redoblando la apuesta por lo que sus críticos consideran el libreto populista de Chávez: gastar dinero para comprar popularidad, recurrir a los controles de precios cuando aumenta la inflación y culpar a los codiciosos capitalistas por la escasez resultante. "Evidentemente, el gobierno está ingresando en un camino hacia una mayor radicalización", escribió Mauro Roca, economista de Goldman Sachs para América Latina. Agregó que probablemente se exacerben problemas como la escasez.
Durante la gestión de Chávez, entre 1999 y comienzos de año, los controles de precios apuntaban principalmente a productos básicos como la comida, para proteger a los pobres. Eso llevó a situaciones embarazosas de escasez de artículos subsidiados como el papel higiénico, lo que obligó al gobierno a aumentar las importaciones.
Las nuevas iniciativas, no obstante, parecen apuntar a artículos como televisores de pantalla plana y lavarropas de cara a la Navidad. Los televidentes han sido bombardeados en los últimos días con imágenes transmitidas por la televisión estatal de funcionarios del gobierno y militares recorriendo los pasillos de las tiendas de electrónicos ocupadas, resaltando lo que consideran sobreprecios "escandalosos".
En tanto, la mayor inflación está erosionando la poca fe que les quedaba a los venezolanos en su moneda, que tiene una cotización oficial fija de 6,3 bolívares por dólar, pero las operaciones en el mercado negro se acercan a los 60 bolívares.
"La primera opción que uno tiene para proteger el dinero es comprar dólares. Después de eso, comprar cosas que no se desvalorizan, como electrodomésticos y autos", dijo Sonya Cárdenas, una socióloga que hacía cola el lunes frente a una de las tiendas de electrónicos.