Los tropiezos del banco central de China
Un vistazo poco común a las decisiones de las autoridades muestran un liderazgo vacilante
Los líderes de China están pasando apuros no sólo para calmar los mercados y encauzar su economía, sino también para lidiar con rumores que surgieron debido a la ausencia de una comunicación clara, muestran entrevistas y documentos internos a los que tuvo acceso The Wall Street Journal.
El Banco Popular de China (PBOC por sus siglas en inglés) orquestó la restricción de efectivo en el sistema financiero que disparó las tasas de interés a niveles prohibitivos en las últimas dos semanas porque concluyó que no tenía otra alternativa para frenar lo que considera un crecimiento desbocado del crédito, según los documentos internos.
Los detractores dicen que la culpa corresponde en parte al banco central y las autoridades a su cargo que, a su juicio, dejaron de manifiesto con su torpe manejo su inexperiencia a la hora de anticipar la reacción de los mercados, tanto internos como internacionales, a sus medidas.
"Las políticas mejor intencionadas pueden generar trastornos en los mercados si el banco central carece de transparencia y comunicaciones claras", apunta Eswar Prasad, profesor de la Universidad de Cornell.
Esta clase de situaciones son nuevas para un gobierno y un partido muy proclives al hermetismo. Un vistazo tras bambalinas a los acontecimientos de las últimas dos semanas revela un liderazgo chino que busca formas para frenar el auge del crédito, pero sin tener un plan claro para hacerlo.
Uno de los principales líderes chinos, el viceprimer ministro Ma Kai, ordenó una investigación sobre los rumores de una supuesta insolvencia de Bank of China Ltd., uno de los cuatro mayores bancos estatales del país, según fuentes.
El banco central ha estado tratando desde principios de junio de obligar a los bancos a prestar menos a las entidades del sistema paralelo, un conjunto de instituciones fiduciarias, casas de empeño, compañías de leasing y otros organismos no oficiales, cuyos créditos están ejerciendo mayor presión sobre una economía que ya está perdiendo fuerza, dicen economistas.
Para conseguir su objetivo, el banco central restringió el efectivo que circula en el mercado interbancario obligando a los bancos tradicionales a cambiar sus prácticas crediticias.
El 20 de junio, los líderes chinos temieron que la falta de liquidez había ido demasiado lejos. Las tasas de interés interbanca-rias, usadas por los bancos para prestarse entre sí, se dispararon a 30% ese día. Un rumor que circuló en Shanghai que indicaba que Bank of China no había realizado un pago de un préstamo interbancario adquirió mayor credibilidad cuando un periódico del país, el 21st Century Business Herald, difundió el presunto incumplimiento en su sitio web.
Bank of China desmintió oficialmente la noticia alrededor de las 8 de la noche e insistió que había realizado todos los pagos "a tiempo".
El Departamento Central de Propaganda del Partido Comunista ordenó a los medios chinos que dejaran de usar términos como "escasez de crédito" y "liquidez inadecuada" en sus artículos, según varias fuentes.
Voceros del Ministerio de Seguridad Pública, el Consejo de Estado, Bank of China, 21st Century Business Herald y el Departamento Central de Propaganda no respondieron a reiteradas solicitudes de comentario.
Desde 2009, el endeudamiento de China ha crecido tan rápido que se asemeja a las burbujas de crédito que generaron recesiones en Estados Unidos, Europa, Japón y Corea. Ese año, el banco central y los reguladores de China restringieron sin éxito las reglas de crédito. En los primeros cinco meses de 2013, el crédito interno, conocido en China como financiación social total, escaló 52% en relación a 2012.
Según las minutas de una reunión del PBOC el 19 de junio, examinadas por The Wall Street Journal, el banco central estaba especialmente preocupado por el hecho de que, en los primeros 10 días de junio, los bancos chinos habían elevado los préstamos en un trillón de yuanes (US$163.000 millones), un volumen que según el organismo "no se había visto nunca antes".
Durante la reunión, el PBOC indicó que el banco central debía enviar una clara advertencia a los bancos de que no podrían contar con su ayuda en caso de problemas de caja y que el banco central no aflojaría sus políticas monetarias, según las minutas.
Más tarde, el Consejo de Estado, el máximo órgano de gobierno, afirmó con un comunicado que mantendría el suministro de efectivo en un nivel "razonable", pero que quería que los bancos concedieran más préstamos a los "sectores emergentes estratégicos".
Pero pese a los intentos por calmar a los inversionistas, el 24 de junio, la bolsa china registró su mayor caída diaria en casi cuatro años, contribuyendo a un declive general de las bolsas y los commodities de todo el mundo.
Durante la reunión siguiente del Consejo de Estado, el 26 de junio, los líderes del país intentaron nuevamente calmar la si-tuación, diciendo que tenían que "estabilizar" las expectativas de los mercados. Sus acciones combinadas con las del banco central ayudaron a reducir los costos del endeudamiento interbancario. Pero la tasa aún sigue estando muy por encima de su rango de 3% a 4% de antes de junio. Los analistas anticipan que seguirá siendo alta como una continua advertencia para los bancos para que reformen sus prácticas crediticias.