Los secretos del plan económico de Massa y las razones para evitar la devaluación
Su misterioso cuaderno gris; las reservas que se agotan y las advertencias de los economistas de la oposición; la primera reunión con Kicillof y el futuro de Rubinstein
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Paradójicamente el destino de la Argentina vuelve a estar escrito en un cuaderno. Ya no se trata de los Gloria que develaron el mayor entramado de corrupción desde el regreso de la democracia, ni la libreta que solía utilizar Néstor Kirchner para seguir de cerca las cuentas macroeconómicas que le preocupaban. Ahora se trata de uno gris, estilo Moleskine, en el que Sergio Massa tiene anotadas 100 medidas para los primeros 90 días de gestión. Su lectura es que ese es el lapso de crédito que tiene antes de que empiecen los cuestionamientos de fondo en el Frente de Todos y, también, un margen de maniobra mayor con la sociedad.
Esta práctica es la misma que llevó adelante en Tigre y en la Anses y le sirve de recordatorio sobre distintos golpes de efecto que intenta dar vía Twitter desde que asumió. La primera hoja ya tiene varios anuncios tachados, pero hay otros que forman parte de la agenda que viene.
“No tengo ninguna intención de tocarlo a Pesce -Miguel, presidente del Banco Central-. Lo único que quiero es que Lisandro Cleri asuma como vicepresidente y maneje la mesa”, le dijo el viernes, al terminar una de las dos reuniones que hizo con su gabinete, a uno de los referentes de su mesa chica. Fue pocos minutos antes de la medianoche.
Por si no quedaba claro, agregó: “Ya les dije a todos que no jodan con el tema del Banco Central porque no tenemos margen para generar inestabilidad”.
Es que la situación es crítica. “El límite al populismo son las reservas. Hoy los economistas más optimistas hablan de 1500 millones de dólares de reservas netas positivas y otra gran parte se refiere directamente a cero con lo cual no se puede dejar que las cosas sucedan. Será imprescindible tomar decisiones urgentes o la realidad las tomará por ellos”, disparó escudado en el off the record un exministro de Economía.
En la oposición hacen una lectura concreta: para volver al punto de partida de comienzos de la gestión de Alberto Fernández se necesita hoy una devaluación de al menos el 30%, que lleve el tipo de cambio oficial a unos $ 180, pero eso ni siquiera soluciona la cuestión de fondo porque sin un programa macro contundente y un plan fiscal detallado de nada servirá ese “parche impopular”. Si eso no se lleva adelante “el perro se morderá la cola”, porque se conseguirán préstamos para seguir perdiendo reservas, dicen en el mundo Cambiemos.
Entre los economistas de la oposición que trabajan en un plan económico paralelo de cara a 2023 hay una lectura aún más ácida: “La presión ya está en la calle con los acampes, los piquetes y el crecimiento de los ataques a dirigentes, pero a su vez está en las góndolas con la inflación récord. Por eso no bastará con medidas aisladas para salir del laberinto”, agregó otro de los economistas más escuchados por el establishment.
La idea de devaluar que crece desde afuera del Gobierno llegó a la mesa rectangular en la que trabaja Massa dentro de la oficina del Ministerio de Economía -todavía no se sentó en el escritorio principal ni llevó un portarretrato, ya que mantiene encuentros en las sedes más diversas-, pero por el momento la descartó de plano.
“Eso lo piden los que miran la economía desde el Excel y a los que si hay 30, 40 o 50% de pobreza no les importa. Vamos a corregir las cuentas, pero desde otro lado”, azuzó Massa a su grupo de confianza y justificó que está avanzando en lo que llama “ordenamiento fiscal”. Todavía no queda claro el impacto concreto de las medidas anunciadas, ya que, como comprobó un exministro, a los argentinos no basta con hablarles con el corazón.
El rol del titular del Banco Central -que subió las tasas la semana pasada y tiene un diálogo constante con Massa- entró en una cuenta regresiva de definiciones que tampoco pasa inadvertida. El mandato de Pesce, junto al de Sergio Woyecheszen (por ahora vicepresidente), Zenón Biagosch, Betina Stein, Claudio Golonbek (superintendente de Entidades financieras) y Claudia Berger expiran el próximo 23 de septiembre y es allí donde la lapicera del Ministro de Economía ganará peso.
El trámite de renovación comienza con la firma de Massa, tal como sucedió cuando Alfonso Prat-Gay tuvo que extender el mandato del por entonces titular del Central Federico Sturzenegger.
Salvo Biagosch todos los cargos que vencen son de cuna albertista con lo cual -por más que no lo admitan oficialmente- se vienen nuevas negociaciones en el frente de Gobierno y una demostración de fuerzas de cara al futuro inmediato.
Esta semana se dará también una convocatoria a varios gobernadores con otro tema sensible en términos de fuerzas para un país sin fondos: la planificación de transferencias a provincias. Uno de los convocados principales será Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y uno de los mayores beneficiarios de transferencias en la gestión de los Fernández. En los primeros siete meses del año, los envíos discrecionales desde el gobierno nacional hacia el bastión que concentra el 36% del electorado se duplicaron respecto al mismo período de 2021, a unos $152.000 millones.
A diferencia de lo que ocurrió con Cristina y los cinco llamados diarios que mantiene con el presidente; Massa y Kicillof no se vieron las caras desde que el expresidente de la Cámara de Diputados asumió al frente de Hacienda. El tema que los reunirá será, cuanto menos, sensible en materia de construcción electoral y de poder político.
Otro de los convocados a reuniones puntuales será el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, después del “Lilita-gate” como llaman en Pro a las explosivas declaraciones de la titular de la Coalición Cívica, y el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad.
La agenda de la semana prevé también dos estaciones postergadas. La flamante secretaria de Energía, Flavia Royón, aseguró ayer que no habrá aumento para el nivel de bajos ingresos. Y que, para los sectores medios y altos “que no tengan subsidio”, las subas se darán en tres tramos, a partir de septiembre, y podrían ir desde $1200 a $5000.
Subrayó, también, la importancia de reducir el déficit. “El problema por el que no hicimos los anuncios fue que todavía no tenía el decreto de la designación de la Secretaría y era un papelón anunciarlo sin siquiera haber sido designada”, justificó un funcionario cercano a Massa, respecto del anuncio postergado. Sin embargo, en el Frente de Todos sumaron que había algunas diferencias que se saldaron en las últimas horas.
Otra cuestión inconclusa es la del Secretario de Programación Económica, o viceministro de Economía, como se lo llama coloquialmente. Mucho se habló del viaje de Gabriel Rubinstein y de la necesidad de esperar a su regreso para tener definiciones. Pero eso se produjo el jueves que aterrizó en la ciudad de Buenos Aires. Lo que se omitió es que estaba en Bariloche y de haberlo querido no se trataba de un destino lejano del que no podía regresar.
“Rubinstein va a estar en mi equipo y no importa dónde. Lo que sí es claro es que no quiero que me corran por los diarios”, se enojó Massa cuando le preguntaron las razones de esta segunda medida demorada. Él asegura tener a la persona y guardar el anuncio a futuro. Algunos de los sondeados ya admitieron haberle dicho que no.
La relación con los empresarios es otro eje que viene y tendrá varias aristas. Por un lado, mañana se anunciará una inversión china en una fábrica de fertilizantes. Un dato menor si no fuera por el país de origen de ese desembolso para un ministro con buena llegada a Estados Unidos. También habrá novedades en la relación con el campo. Después del primer encuentro en el quincho de Fadeeac (entidad de transporte de cargas), lugar que se ocultó como una cuestión de Estado y que fue elegido por el secretario de Economía del Conocimiento, Ariel Sujarchuk, solo una cosa le quedó clara al campo. El Gobierno tomó nota que son un sector clave de la economía al fin y, más allá de diferencias irreconciliables respecto del devenir del país, Massa les habló con el pragmatismo de quien necesita de dólares como el país del campo.
Con el corazón no basta, retrucó uno de los líderes de la mesa de enlace que espera el segundo encuentro para tener medidas concretas.
Algo similar ocurrirá en los próximos días con aceiteras y otros “fabricantes de dólares”, como llaman en el mundo Massa a los sectores con balanza positiva. Mientras tanto, hay otra luz de alarma que se enciende en el sector productivo y que en la Unión Industrial Argentina siguen con atención: en todas las cadenas de valor empieza a romperse la rueda de insumos. Todavía no es alarmante porque consumen stock, pero sí podría serlo si no se corrigen las demoras y falta de dólares de manera urgente.
De esto tomaron nota en la Secretaría de Comercio, donde habrá novedades en los próximos días. Algunas serán en el terreno de los fuegos artificiales y otras en las cuestiones con las que Matías Tombolini busca identificar su gestión. Después del relanzamiento el viernes del plan de cortes cuidados de carne -con acuerdo con el sector cárnico y precios de referencias-, se trabaja en un nuevo plan de precios cuidados, pero más del estilo de la gestión de Augusto Costa. Es decir, más como marco de referencia de precios y menos como control estilo Guillermo Moreno.
Habrá novedades, también, en materia tecnológica con la idea de que los consumidores puedan tener referencias. “Después de la era de los intendentes en las góndolas se viene la de las fotos de los consumidores. Ojalá fuera tan simple”, ironizó uno de los principales retailers ante la consulta de LA NACION. Se buscará implementar alarmas tempranas para los faltantes en góndola, en un país que tendrá un piso del 90% de inflación.
Por otro lado, desde la Aduana detectaron 722 empresas con supuestas irregularidades en comercio exterior y empezó a correr un lapso de sesenta días para que den respuestas. Se sumarán nuevas denuncias con nombre y apellido a la que ya formalizaron desde el organismo que lidera Guillermo Michel, con la presunción de que a río revuelto hubo ganancia de especuladores.
El equipo económico tiene por estos días una misión que está escrita en el cuaderno de Massa y que les recuerda en los whatsapps que sus funcionarios reciben tanto a la 1 AM como a las 6 AM: “En economía no hay tiempo y el crédito se agota demasiado rápido”. Claro que no se refiere al crédito en pesos que emite el Central.
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