Los pequeños inversionistas de EE.UU. huyen de las acciones
Hace unos meses, muchos inversionistas comunes y corrientes regresaban de puntillas al mercado de acciones. Ahora, vuelven a salir corriendo en busca de un refugio.
Karen y Roger Potyk, una pareja jubilada sin problemas económicos de San Antonio, en el estado de Texas, se habían quedado con algunas acciones en fondos de inversión bursátiles a pesar de su ansiedad tras la crisis financiera de 2008. Pero el brote de volatilidad bursátil tras el flash crash del 6 de mayo resultó ser la gota que colmó el vaso.
"Simplemente, no queríamos soportarlo más", afirma Karen Potyk. La pareja se deshizo de sus últimas acciones el 20 de mayo y pasaron el dinero a bonos, certificados de depósito y anualidades.
La confianza de los pequeños inversionistas en las acciones, que subieron de forma notable en la década de 1990, empezó a colapsar a partir de la debacle de las acciones tecnológicas y los escándalos de Enron y WorldCom de 2000-2002. La crisis financiera de 2007-2009 sólo empeoró la situación. Ahora, la retirada de los inversionistas comunes y corrientes significa que son una fuerza en descenso en un mercado que está cada vez más dominado por profesionales.
Algunos se vieron tentados por los valores durante el súbito auge de 70% que arrancó en marzo de 2009 y duró hasta abril. Pero datos de fondos de inversión y otras pistas sugieren que ese breve romance terminó.
Desilusión generalizada
En 2002, los inversionistas retiraron más dinero de fondos mutuos que invier¬ten en acciones estadounidenses que el que colocaron. Luego, entre 2007 y 2009, retiraron dinero durante tres años consecutivos. Eso marcó el primer período de tres años de retiros desde 1979-1981, según el Investment Company Institute (ICI por sus siglas en inglés), un grupo de la industria de fondos mutuos. Este año, los fondos de acciones estadounidenses recibieron entradas netas en enero, marzo y abril, pero los retiros se reanudaron en mayo.
Los inversionistas hablan de una desilusión creciente con las grandes instituciones, incluyendo empresas, gobiernos, bancos y partidos políticos, así como temores sobre la pesada deuda del país. La confianza de algunas personas en las acciones se vio seriamente golpeada por la incertidumbre que reapareció en mayo. Temen que el flash crash del 6 de mayo, cuando el Promedio Industrial Dow Jones cayó 700 puntos en ocho minutos antes de repuntar, es una señal de que los pequeños inversionistas están cada vez más a merced de empresas anónimas que realizan sus operaciones de corretaje con poderosas computadoras.
En los años 90, los inversionistas individuales eran importantes pilares del mercado financiero, pero su huida de las acciones está cambiando la dinámica. Al volcar dinero a los fondos mutuos, los pequeños inversionistas ayudaron a impulsar el precio de las acciones en los años 90 y en menor medida de 2003 a 2006. Ahora vuelven a sacar dinero, lo que los convierte en una carga para el mercado.
Los pequeños inversionistas vuelven a comportarse de acuerdo a la filosofía de cautela que desarrollaron durante la década de los 70. Ese fue el último período prolongado de debilidad bursátil, tras el cual a mucha gente le llevó diez años o más recuperar la confianza en las acciones.
"Me siento como la cola del perro, que es movida por los inversionistas institucionales que corren muchos riesgos, juegan muchos juegos y tie¬nen estos pedidos informatizados que me afectan mucho", lamenta Simeon Thibeaux, un empresario semi-jubilado en Louisiana.
La historia sugiere que los inversionistas acabarán por volver a las acciones, como lo hicieron en la década de los 80 y, aún con más fuerza, en los 90. Pero reconstruir su fe podría llevar tiempo, afirma Brian Reid, economista jefe del ICI. En otras situaciones similares, fue necesario un período de éxito extendido para volver a atraer a los inversionistas.
"Hemos atravesado dos de los peores mercados bajistas desde la Gran Depresión y eso les ha dado a los inversionistas una mejor referencia de los riesgos y peligros de invertir" en acciones, asegura Reid, en referencia a los mercados pesimistas de 2000-2002 y 2007-2009.
La disipación gradual de la confianza de los inversionistas puede verse en los patrones de inversión de los fondos de inversión.
Luego de salir perdiendo tras el estallido de la burbuja tecnológica en 2000, los inversionistas regresaron a los fondos de acciones estadounidenses en 2003, cuando las acciones inauguraron un nuevo mercado alcista, según datos del ICI. Pero las compras resultaron ser tibias y se convirtieron en ventas netas en el último trecho de 2006, incluso antes de que concluyera el mercado alcista en 2007. A pesar de lapsos ocasionales de flujos que ingresaron a los fondos de acciones estadounidenses, la tendencia a la venta continúa desde entonces. Los inversionistas retiraron un neto de US$7.000 millones de los fondos de inversión en los siete días que terminaron el 12 de mayo y US$13.000 millones dos semanas después, lo que eclipsó los depósitos realizados en los meses previos.
Ahora que el portafolio de los Potyk consiste exclusivamente en inversiones de renta fija, "ya no ganaré 8% sobre mi dinero, sino 4% o 5%, pero el dinero seguirá ahí", dijo Roger Potyk.
"No creo que haya ninguna estrategia de inversión ahora excepto la de abrocharse el cinturón de seguridad y esperar que uno no salga golpeado demasiado fuerte", dice Thibeaux.
Algunos asesores de inversiones les están aconsejando a sus clientes que, para los inversionistas a largo plazo, estos meses venideros serán óptimos para comprar acciones baratas. Pero hasta ahora, no son muchos los clientes que les estén haciendo caso.