Los pedidos de Moreno ya tienen impacto en el Big Mac
McDonald’s quitó de sus mostradores la foto del producto, que estaría más barato por orden del secretario
De los casi 120 países donde McDonald's tiene presencia, sólo en dos su producto emblemático, el Big Mac, no figura entre los más promocionados. En la India, el Maharaja Mac de pollo fue la salida que encontró la cadena de comidas rápidas para no violar la prohibición hinduista de comer carne vacuna. En la Argentina, en cambio, la religión podría denominarse "morenismo" y el pecado a combatir es la exhibición de datos que contradigan el relato oficial de que no hay inflación .
En el resto del mundo, y hasta hace un tiempo en la Argentina también, el Big Mac -ese sándwich de hamburguesa doble del cual se venden 50.000 millones de unidades anuales en todo el planeta- aparece en un lugar destacado en el menu board exhibido arriba de la línea de cajas. Y su precio se ubica en general en el promedio de los otros menús que se promocionan acompañados por papas fritas y gaseosa.
Los locales argentinos de McDonald's, sin embargo, no cumplen ninguna de las dos premisas. Aquí, los otros menús tradicionales superan en hasta un 50% el precio del Big Mac (los premium casi lo duplican). Y, quizás para compensar, la cadena de la "M" amarilla prácticamente escondió el Big Mac de su cartelería: hay que buscarlo en un cartel más chico en el extremo de la línea de cajas.
Aunque la empresa aduce que obedece a diversas políticas de promoción, en el sector es casi un secreto a voces que la decisión de pisar el precio de la hamburguesa doble con queso y pepinos se habría tomado luego de un pedido del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El funcionario no contestó la consulta de La Nacion.
¿Por qué el guardián de los precios se la agarró con el sándwich más popular del mundo? Hay dos teorías. La primera, de difícil comprobación, es que se trata de uno de los productos relevados por el índice de precios al consumidor (IPC) del Indec; al plancharlo, se baja artificialmente el indicador de inflación, aunque en una proporción muy reducida.
La segunda es más evidente. La revista británica The Economist elabora anualmente el "índice Big Mac". Esa comparación deja en evidencia que, aquí, los precios argentinos están muy cerca de los norteamericanos, aunque el ingreso promedio de sus ciudadanos muestre una brecha considerable. Si el índice releva un precio del Big Mac argentino artificialmente bajo podría llevar a pensar que el peso aún mantiene la competitividad cambiaria que ganó con la devaluación de 2002. En varios locales porteños, el menú Big Mac (con papas y gaseosa) se vende a 20,25 pesos, mientras que el resto de los menús oscila entre 28 y 30 pesos (los de carne seleccionada llegan a $ 37). El sándwich solo (el del índice Big Mac) cuesta 16 pesos, contra el rango de 21 a 23 en que se ubican los demás. El Whooper Doble, que sería el equivalente de la cadena competidora Burger King, cuesta $ 23 (o $ 30 en forma de menú).
Política de marketing
La empresa atribuye estas diferencias a una política de marketing destinada a realzar la performance de distintos productos. "Vamos jugando de distintas formas con lo que al público le genera más interés. Hay otras hamburguesas que van entrando y saliendo del menú; ahora, por ejemplo, estamos apostando fuerte a todo lo que es la línea Angus. El Big Mac ya es el ícono de la marca, con lo cual necesita menos promoción", sostuvo el director de Comunicaciones Corporativas para Latinoamérica Sur, Federico Ovejero. El vocero reconoció que existe la versión de que el precio del Big Mac "está pisado", pero lo vinculó con la necesidad de "dejarlo más competitivo para otros sectores" de la población.
El índice Big Mac se basa en la teoría de la paridad del poder de compra (PPP, por sus siglas en inglés), que permite comparar el costo de vida a través de una canasta de productos. En la última edición, en julio del año pasado, la revista The Economist debió hacer una revisión para el caso argentino. En la publicación original se consignaba que el precio de la hamburguesa era de 7 pesos (o 1,78 dólares al cambio de ese momento), lo que mostraba la moneda argentina muy subvaluada respecto del dólar, y al Big Mac argentino, entre los más baratos del mundo. Pero ese precio correspondía a una promoción temporal y el verdadero valor del Big Mac fue pronto corregido a 14 pesos, con lo cual el peso argentino quedó de mitad de tabla para arriba: comprar el sándwich aquí o en Estados Unidos costaba casi lo mismo.
"Estados Unidos es uno de los países con los que peor estamos porque nos atamos al dólar y el resto de las monedas en realidad se apreciaron frente al dólar", explicó Soledad Pérez Duhalde, analista de la consultora Abeceb.com.
El tipo de cambio multilateral (base 2001) es de 2,01, mientras que el bilateral con Estados Unidos se ubica en 1,30. "En 2010, el peso se devaluó 4,66 por ciento frente al dólar, contra una inflación argentina del 23,9 por ciento y una inflación en Estados Unidos del 1,5 por ciento. Así se va perdiendo competitividad desde el lado de la paridad cambiaria", agregó la economista.
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