Los mercados emergentes pierden el liderazgo económico del mundo
El péndulo de la economía global vuelve a oscilar en dirección del mundo desarrollado, mientras se aleja de las economías emergentes, que lideraron el crecimiento desde la crisis financiera.
Por Alex Frangos, en Hong Kong, Sudeep Reddy, en Washington,y John Lyons, en São Paulo.
Por primera vez desde mediados de 2007, las economías desarrolladas, incluyendo Japón, Estados Unidos y Europa, contribuyen en conjunto más a la economía global de US$74 billones (millones de millones) que las economías emergentes, entre ellas China, India y Brasil, según datos compilados por la firma de inversión Bridgewater Associates LP.
Este cambio de rumbo podría reconfigurar los flujos mundiales de capital y alterar los pronósticos en los que las empresas habían basado sus pletóricas esperanzas de cara a los mercados emergentes.
Entre las fuerzas que impulsan el cambio se destaca un Japón que resurge tras años de estancamiento. Los economistas calculan que el Producto Interno Bruto japonés creció 3,6% interanual el último trimestre, un poco más lento que el 4,1% del primer trimestre pero un salto significativo tras años de estancamiento.
El repunte de la economía estadounidense ha alimentado una expansión constante aunque tímida. Y se espera que los informes que serán publicados esta semana muestren que Europa se recuperó levemente en el último trimestre, revelando un leve crecimiento después de una prolongada recesión.
A la vez, los pesos pesados del mundo emergente —como Brasil, Rusia, India y China— están en problemas o se enfrían tras su estelar desempeño de los últimos años.
Esta tendencia podría presentar nuevos desafíos para empresas en todo el mundo con importantes operaciones globales. Algunas ya sienten la contracción.
Las condiciones en todo el mundo "se desaceleraron en un grado mucho mayor que lo anticipado", indicó Richard White, presidente ejecutivo de Flexible Steel Lacing Co., una empresa de Illinois que fabrica equipos industriales y mineros.
"La raíz del problema parece ser China", agregó White, cuya firma opera en 10 países y vende en más de 150. "La demanda que tenían, el apetito de mineral de hierro, cobre y carbón, impulsaba la actividad minera en Australia, Sudáfrica y Sudamérica".
La reconfiguración más reciente del crecimiento global es incipiente y aún podría cambiar de dirección, sobre todo si las economías emergentes se recuperan aunque sea sólo un poco.
Con todo, muchos países emergentes siguen siendo los de mayor crecimiento en el mundo, aunque no se estén expandiendo a la misma velocidad que antes. Economistas predicen que el PIB de China, la segunda mayor economía mundial, crezca 7,5% este año, su ritmo más lento desde 1990 pero mucho mayor al 2% de EE.UU. Los expertos prevén que muchas economías emergentes más pequeñas desde el Sudeste Asiático hasta Sudamérica crezcan a tasas relativamente fuertes, aunque más lentamente que en años previos.
Una señal de que las economías emergentes no se están beneficiando directamente del repunte de Occidente es que los índices de los gerentes de compras de los mercados emergentes, un termómetro del crecimiento del PIB, registraron su menor nivel desde comienzos de 2009, según una estimación agregada compilada por la consultora Capital Economics. Las mismas medidas para EE.UU., Europa y Japón se expandieron.
La vacilante recuperación europea aún no se ha traducido en un mayor comercio que podría beneficiar a los mercados emergentes.
Las cifras de la firma de inversión Bridgewater, basadas en parte en una estimación de las tasas de crecimiento actual en lugar de datos oficiales, muestra que EE.UU., Japón y otros mercados desarrollados aportarán alrededor de 60% de los aproximadamente US$2,4 billones en actividad económica adicional que pronostican los economistas para este año. Los mercados emergentes representan el resto.
Algunas multinacionales señalan que la desaceleración no las desalienta. Los mercados emergentes "siguen siendo una fantástica fuente de oportunidades", aseguró la semana pasada Herbert Hainer, presidente ejecutivo del gigante alemán de indumentaria deportiva Adidas.
Sin embargo, los resultados de Adidas muestran un impacto a corto plazo. La desaceleración de Rusia perjudicó sus resultados, indicó Hainer, y su facturación en China creció 6% en el primer semestre, frente a 19% en el mismo período de 2012.
No hay una explicación única de por qué las economías emergentes se están enfriando. El alza en las tasas de interés de EE.UU., basada en las expectativas de que la Reserva Federal retirará su programa de compra de bonos, ha reducido el crédito disponible en partes del mundo emergente que están expuestos a los mercados financieros globales.
La naturaleza de la recuperación estadounidense juega un papel importante. Las dos expansiones anteriores, el boom tecnológico en los años 90 y el auge inmobiliario a partir de 2000, fueron impulsadas por el consumo, que ha sido relativamente modesto en los últimos años. Eso significa un menor aumento de la demanda de bienes extranjeros.
Esta recuperación sugiere que un patrón tradicional, en que el crecimiento del mundo desarrollado sostenía a los grandes exportadores del mundo emergente, podría estar quebrándose en lugares como Asia.
Los indicadores económicos chinos más recientes muestran que su desaceleración podría estar tocando fondo, ya que el comercio y la producción industrial vuelven a subir. Aun así, pocos predicen un regreso a la expansión de dos dígitos.
La desaceleración de China redujo su demanda de commodities, lo que ha afectado profundamente a América Latina.
Brasil, la mayor economía de América Latina, se ha estancado en parte debido al menor apetito de China por materias primas como el mineral de hierro y el carbón. El PIB brasileño creció alrededor de 1% el año pasado, tras un destacado 7,5% en 2010. El real se ha derrumbado en los dos últimos años, agravando las preocupaciones sobre la inflación.
Sin embargo, el enfriamiento de muchas economías emergentes ha sido suave y está lejos de ser una crisis. Algunas empresas incluso llegan a mostrarse optimistas sobre algunos mercados.
Las ganancias de la minera brasileña Vale SA han descendido durante ocho trimestres consecutivos. El mayor cliente de Vale es de lejos China. Pero China seguirá necesitando mineral de hierro brasileño, dijo José Carlos Martins, director de estrategia de Vale.
"A mucha gente le quita el sueño China, pero a mí no", dice.
—Warangkana Chomchuen, Tom Orlik y Xiaoqing Pi contribuyeron a este artículo