Los límites de la economía a los planes sanitarios del Gobierno
Con la economía golpeada, caída de la recaudación y una pobreza del 42%, el Gobierno no tiene margen para cerrar más allá de mayo
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El jueves pasado Alberto Fernández anunció una símil Fase 1 durante nueve días. La medida afectará particularmente a bares, restaurantes, hoteles y actividades recreativas que ya venían en crisis, aunque incluso los comercios -que mostraban signos de recuperación en relación con la prepandemia- se verán golpeados. A más cierres, más ayuda estatal para intentar compensar los ingresos. Y con el déficit fiscal en la mira, los economistas consideran que el Gobierno no tiene mucho más margen para extender las duras restricciones más allá del 30 de mayo.
“No hay margen para cerrar más. Ya no daba el año pasado, que veníamos de una crisis fuerte, pero se logró sobrepasar porque se trataba de una pandemia global que no se podía evitar. No hace falta hablar en términos económicos, caminas la calle y ves locales cerrados. Si encima para que no caiga toda esa población en una situación crítica tenés que salir desde el Gobierno a dar ayuda, se vuelve al círculo infinito de déficit fiscal, emisión monetaria, inflación y pobreza”, expresó la economista Emilia Calicibete.
El año pasado el Estado cerró sus cuentas fiscales con un déficit del 6,5%, el valor más alto desde fines de la década de los ’90. En tanto, 6,5 puntos porcentuales fue lo que subió la pobreza en un año, que cerró 2020 afectando a un 42% de la población. Hoy, una familia tipo necesita $62.958 para no ser pobre, aunque, teniendo en cuenta que desde que arrancó el año la inflación promedia el 4% mensual, el precio base sigue aumentando mes a mes.
“Cuando aumenta la inflación, se va ajustando la Canasta Básica. Eso hace que más personas caigan en situación de pobreza si los ingresos no aumentan proporcionalmente. Entonces, el Gobierno trata de salir con ayuda económica para que la población no caiga por debajo de esa línea. Con negocios cerrados, obviamente el Estado también tiene que asistirlos para que subsistan. Eso genera una agravante en el estado de pobreza actual”, explicó Calicibete.
Además de más gastos, con la actividad económica parada el Gobierno puede recaudar menos impuestos. Y, sin la posibilidad de tomar deuda, la única solución que queda es incurrir en una mayor emisión monetaria. “Si ahora todo se vuelve a cerrar, vuelve la dependencia fiscal. Eso, a la larga, genera más inflación. El resultado de la emisión del año pasado no se vio al principio de la pandemia, sino en agosto, cuando los precios se empezaron a acelerar un 2,7% y llegó a un 4% desde diciembre hasta ahora. Es un círculo vicioso”, agregó la experta.
Agostina Myronec, economista de la consultora Ecolatina, señaló que la actividad económica va a registrar en mayo “un retroceso importante”. Antes de las nuevas restricciones, cuando los comercios tenían que cerrar a las 19 horas, la situación afectaba especialmente a aquellos sectores que no podían recuperar sus niveles prepandemia, como los hoteles, restaurantes y entretenimiento.
“Ahora con estas nuevas restricciones, que son más generalizadas y va a impactar en nueve días del mes, estimamos que en mayo habrá una caída más profunda que en los meses anteriores porque impactaría tanto en la producción de bienes como de servicios”, indicó.
De esta manera, el segundo trimestre cortaría la recuperación económica que se venía evidenciando. Para el cierre de 2021, la Argentina tendría un rebote de la economía del 6%. “Uno piensa que es optimista, pero cuando mira bien los números, si todo el año mantendría el nivel de actividad de marzo habría un crecimiento del 7% porque la base de comparación es muy baja”, diferenció.
Si bien el impacto de la segunda ola es algo que se venía esperando desde comienzos de este año, Myronec resaltó que el Gobierno “no tiene mucho margen” para cerrar la economía mucho más, “sobre todo por la situación social, la pobreza mayor al 40%”. En caso de que la símil Fase 1 se siga extendiendo, el Ejecutivo “no va a tener margen fiscal para seguir ampliando medidas paliativas; eso implica más inflación y puede presionar sobre la brecha cambiaria”.
Por su parte, Juan Ignacio Paolicchi, economista de Empiria, coincidió en que esta medida impacta de nuevo en los sectores que estuvieron más afectados el año pasado por la pandemia, aunque fue más precavido al analizar los posibles efectos del nuevo cierre.
“Quienes más trabajan los fines de semana son los restaurantes y los hoteles, que venían repuntando un poco. Hay que ver cuánto dura la medida y qué tan estricta es, porque si es como la que estamos viendo ahora, que no se puede circular pero igual la gente lo hace, es distinto, el impacto no sería tan significativo. Igual tiene un efecto en la actividad porque retrae la movilidad, la gente consume menos y a eso se le suma un nivel de salario real muy bajo y de pobreza muy alto, que complican la situación”, cerró.
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