Los inversionistas premian a Colombia, pero para algunos representa un castigo
Cuando Colombia llevó a cabo una amplia reforma fiscal, Wall Street premió al país aumentando su ponderación en uno de los índices de bonos de mercados emergentes más usados, lo que significó un mandato para que los gestores de fondos compraran más deuda colombiana.
Sin embargo, para la cultivadora de banano Paula Martínez, las consecuencias de esa decisión se han sentido como un castigo.
El ajuste en el índice llevó a los inversionistas a colocar miles de millones de dólares en la deuda del país denominada en pesos, lo que provocó una apreciación de la moneda colombiana frente al dólar. Eso, a su vez, ha dificultado que Martínez, de 57 años, compita con agricultores de otros países. Una divisa valorizada encarece las exportaciones de un país y reduce las ganancias de los exportadores cuando convierten los ingresos obtenidos en el extranjero.
La semana pasada, Martínez se unió a cientos de productores bananeros para protestar. Entre sus exigencias está que el gobierno revierta la trayectoria ascendente del peso. Las protestas causaron un muerto y más de una decena de heridos.
"La tasa de cambio es el principal problema para nosotros", señaló Martínez, quien lleva 30 años cultivando banano cerca de la frontera con Panamá. "Acá estamos mal, mal, mal".
El valor del peso se ha disparado desde marzo, cuando los inversionistas extranjeros empezaron a abalanzarse al mercado de bonos de Colombia. Seguían la sugerencia del banco J.P. Morgan Chase & Co., que elevó la ponderación de Colombia en un índice de bonos que sirve de guía para fondos que gestionan unos US$200.000 millones en inversiones. Para muchos, la decisión del banco fue equivalente a una orden de salir a comprar bonos colombianos.
El peso, que hasta entonces llevaba meses a la baja, registró su mayor avance porcentual diario en casi dos años el 19 de marzo, el día que J.P. Morgan anunció sus planes. Desde entonces, la moneda ha subido 7,3%, a 1.881 frente al dólar al cierre del miércoles. El índice de divisas de mercados emergentes de MSCI Inc. ha subido cerca de 3% durante el mismo período.
El alza del peso colombiano y las protestas que generó son un ejemplo de cómo la capacidad de Wall Street de marcar el rumbo de miles de millones de dólares de inversionistas de todo el mundo puede causar estragos en las aspiraciones de crecimiento de los países en desarrollo. Estos mercados quieren atraer capital extranjero, que después se puede usar para fo-mentar la expansión. No obstante, una base de inversionistas más grande también puede traer flujos de "dinero caliente" de especuladores, lo que genera volatilidad en los mercados financieros.
Esos flujos se han incrementado en los últimos años, conforme las bajas tasas de interés en los países desarrollados les per-mitieron a los gestores de dinero endeudarse de forma barata y luego invertir en mercados emergentes, donde los retornos en general son más altos. Algunos países han tratado de suavizar el impacto de dichos flujos interviniendo en los mercados de divisas o imponiendo controles de capital.
"Obtener fondos adicionales de esta forma probablemente no sea algo que los funcionarios aconsejen siempre", dice Javier Murcio, gestor de portafolio en Standish Mellon Asset Management Co., que supervisa US$160.000 millones y posee bonos colombianos. "Amplifica el conflicto para muchos países de mercados emergentes".
El 19 de marzo, J.P. Morgan anunció que los bonos colombianos denominados en pesos conformarían 8% de su índice GBI-EM Global Diversified, frente a 3,2% previamente.
El cambio, que según J.P. Morgan es uno de los mayores en los últimos cinco años, se produjo luego de que Colombia "mejoró la transparencia y accesibilidad para los inversionistas internacionales", señaló el banco en un comunicado. El año pasado, el gobierno de Colombia redujo el impuesto que los extranjeros tenían que pagar para poseer bonos en pesos.
J.P. Morgan prefirió no hacer más comentarios.
Inversiones en alza
El reposicionamiento fue una sorpresa para muchos inversionistas y causó un repunte en bonos, acciones y moneda colom-bianos. El bono de referencia en pesos ha subido 2,6% y el índice de acciones Colcap ha ganado 8,4% desde el cambio.
El dinero ya estaba llegando a Colombia antes de que J.P. Morgan modificara su índice. La economía del país está creciendo y la inflación es relativamente baja, lo que lo distingue de muchos de sus vecinos. El banco central también ha elevado las tasas de interés durante cuatro meses consecutivos, lo cual impulsa el peso al elevar los retornos sobre muchos activos de-nominados en esa moneda.
Desde el 19 de marzo, las acciones y los bonos han recibido un flujo de US$5.600 millones, según Deutsche Bank. Analistas proyectan que entre US$2.000 millones y US$4.000 millones adicionales llegarán en los próximos meses. La cuota de extranjeros con bonos denominados en pesos colombianos pasó de 6,5% a 12,5% desde el ajuste.
"Si tuviéramos que señalar un factor que contribuyó al repunte del peso, el aumento de la ponderación de J.P. Morgan fue el más importante", dice Marcela Meirelles, analista de deuda soberana latinoamericana de la firma de inversión TCW Group Inc., que gestiona US$142.000 millones. TCW aumentó sus activos de moneda y bonos colombianos tras el ajuste.
Ana Fernanda Maiguashca, codirectora del banco central de Colombia, llamado Banco de la República, escribió en un correo electrónico que el cambio en la ponderación de J.P. Morgan amplía la base de inversionistas del país y alimenta un desarrollo muy necesario en sus mercados financieros. También indicó que representa "riesgos macroeconómicos".
Algunos inversionistas argumentan que el peso no podrá mantener su fortaleza por mucho tiempo más. El Banco de la República incrementó sus esfuerzos para debilitar la moneda, para lo que planea comprar hasta US$2.000 millones, o unos US$30 diarios, entre julio y septiembre.
Además, no es inusual que un cambio en un índice de J.P. Morgan cause una reacción a corto plazo en los mercados de un país.
"La apreciación de la moneda por el ajuste no va a durar para siempre", dice Cathy Hepworth, gestora de portafolio de Prudential Fixed Income, que administra US$533.000 millones. Hepworth cuenta que aumentó sus posiciones de bonos colombianos después del cambio, pero agregó que su próxima decisión dependerá de si el banco central continúa elevando las tasas o decide concentrarse en debilitar el peso.
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