Los inversionistas apuestan a que Yellen seguirá apuntalando los mercados
Las teorías apocalípticas están en boga. Los analistas están preocupados por una posible burbuja en el mercado bursátil, otra en el mercado de bonos, el menor crecimiento de las ganancias de las empresas y el riesgo de una desaceleración en China.
Todos estos temores son legítimos, pero en este momento lo que les quita el sueño a los inversionistas se conoce en inglés como WWJD, por las siglas de What Will Janet Do?, o ¿qué hará Janet?, en referencia a Janet Yellen, quien sustituirá a Ben Bernanke al mando de la Reserva Federal de Estados Unidos. De momento, eso significaría un auge continuo en los precios de las acciones.
Durante más de cuatro años, el principal motor del mercado bursátil ha sido la disposición de la Fed a brindar varias formas de estímulo financiero, que actualmente consiste en un programa de compras de bonos por valor de US$85.000 millones mensuales. Se prevé que en algún momento el banco central de EE.UU. empiece a desmantelar esta ayuda.
Pero con base en las tranquilizadoras declaraciones de Yellen durante sus testimonios de confirmación, muchos inversionistas creen que esperará más tiempo antes de empezar a reducir el programa y que lo hará con mayor lentitud que lo haría Bernanke. Yellen asumirá el cargo el primero de febrero, si recibe el visto bueno del Senado. Si el estímulo se prolonga, las inversiones más arriesgadas se vuelven más atractivas, lo que ayuda a explicar la reciente fortaleza de los mercados.
"Nuestra mejor estimación es que la Fed aún no está muy cerca de hacer mucho de cara a una reducción activa" de su plan de compra de bonos, señala Gordon Fowler, presidente ejecutivo de Glenmede Trust Co., una firma de Filadelfia que administra US$25.000 millones. "La suposición arraigada es que la presidenta Yellen será muy complaciente con los mercados".
A comienzos del tercer trimestre, se desataron temores de que la Fed empezaría a retirar el estímulo antes de fin de año y eso provocó una ola de volatilidad, lo que afectó con particular virulencia a los mercados emergentes.
Unas cifras económicas decepcionantes y las turbulencias políticas en Washington convencieron al banco central de que debía aplazar su reducción de la ayuda. Ahora Fowler y muchos otros inversionistas creen que podrán seguir contando con el apoyo de la Fed durante algún tiempo.
El estratega de inversiones Edgar Peters, de First Quadrant L.P., una firma de California que gestiona US$18.000 millones en activos, cree que Bernanke podría transferir parte de su poder a Yellen antes de la transición formal. "Bernanke podría delegar más poder a ella en las próximas dos reuniones", a mediados de diciembre y fines de enero, indica Peters. Para los inversionistas, esto es significativo porque, en palabras de Fowler, "Yellen es más prudente dentro del espectro".
Con la inflación baja y una incertidumbre predominante en los indicadores económicos, la expectativa es que la economía no obligará a Yellen a reducir el estímulo en el corto plazo. Algunos creen que la Fed también será reacia a implementar cambios en la política monetaria hasta que la transición de poder se haya consolidado.
E incluso si la Fed sorprende a los mercados y toma medidas durante su reunión de diciembre, muchos creen que cualquier reducción en el programa de estímulo sería pequeña y lenta.
Varios inversionistas también opinan que si los mercados reaccionan con fuerza en el momento en que lleguen los recortes, Yellen podría suspenderlos o incluso restaurar el estímulo para calmar a los mercados y evitar cualquier riesgo de recesión. "Si los retornos de los bonos se disparan, la Fed anunciaría que incrementará su compra de bonos o algo por el estilo", prevé Peters.
Esta clase de optimismo es una panacea para los mercados. El Promedio Industrial Dow Jones acumula un alza de 23% en 2013 y ha estado registrando nuevos récords nominales desde marzo. El índice cerró el viernes a 16.086,41 puntos y se ubica a apenas 133 puntos de los 16.219,52, el nivel que necesita para alcanzar un récord real.
Pero incluso en un mercado alcista, las acciones protagonizan ocasionales retrocesos y muchos inversionistas creen que podría avecinarse uno de esos, independientemente de lo que haga la Fed.
"Las acciones podrían precipitarse 10% en los próximos meses, quizás a principios del año que viene, en el primer trimestre. Eso sería normal y saludable", opina Peters.
Con la bonanza actual en los mercados gracias a una Fed benigna, el gran riesgo ahora es que los mercados puedan reaccionar con movimientos radicales cuando el banco central empiece a reducir el estímulo.
"Creemos que el mayor riesgo único para el auge del mercado es un cambio en la política de la Fed", señala Jim McDonald, estratega jefe de inversión de Northern Trust Corp., firma que administra US$846.000 millones en Chicago.
Cuando la Fed empiece a desmantelar su programa de compra de bonos, "habrá volatilidad debido a la preocupación sobre si la expansión económica puede ser sostenible" sin la ayuda de la Fed, apunta McDonald. Aun así, cree que la institución no reducirá el estímulo hasta que la economía se haya fortalecido lo suficiente para seguir creciendo.
"Para que se desate un bajón en el mercado en este momento, la Fed tendría que cometer un error. Ese error sería endurecer la política demasiado y ahogar la incipiente recuperación económica. Pero considerando a la nueva presidenta de la Fed, la posibilidad de que eso suceda es menor", añadió.
Con el optimismo tan extendido, los inversionistas escépticos temen lo que pueda pasar si los mercados reciben una sorpresa.
Un problema en China o Europa o un brote inflacionario que obligara a la Fed a recortar su estímulo drásticamente podría sacudir a los inversionistas.
Aunque algún problema en el ámbito internacional es siempre una posibilidad, la inflación en EE.UU. parece ser una amenaza distante. Durante los 12 meses hasta octubre, subió apenas 1%, el incremento anual más pequeño desde octubre de 2009.